Perú: 23 de octubre de 1965

Foto: Luis de la Puente en Mesa Pelada (1965).

Jan Lust / Mariátegui
23/10/14

Elecciones no. La guerra ira creando las condiciones que faltan. Es fácil darse cuenta de que en esta perspectiva el juego electoral, el juego parlamentario, el juego en suma de la política tradicional pierde abso­lutamente en importancia. Puestos en la perspectiva de una guerra larga es claro que poco, ridículamente poco, tiene que hacer al lado de la capaci­dad creadora y transformadora de la misma guerra del pueblo. Una guerra de esta naturaleza, desencadenadora de todas las potencias heroicas de las ma­sas, no necesita inevitablemente de tan mezquinos recursos para ir creando las condiciones revolucionarias. Si algunas faltan, ella misma las irá creando en el camino. Por eso nos abstenemos nosotros de entrar en ese juego co­rrompido y corruptor y preferimos identificarnos con ese profundo y alen­tador rechazo que expresa el pueblo cuando dice: “La política es una co­chinada.” Nosotros nos abstenemos y nos seguiremos absteniendo. Nosotros no nos llamamos a engaño: si el pueblo participa -y en alta proporción- en las elecciones, no es porque el pueblo crea en ellas. El pueblo participa porque hasta ahora no se le ha abierto otro camino. Más, cuando este cami­no se le ofrezca, recuperando su fe, el pueblo se lanzará incontenible por el mismo. Identificándonos con su rechazo nosotros tenemos una cita his­tórica con el pueblo. Puntualmente en ella nos encontremos.

MIR,
Nuestra Posición
1964


Se quejan de que los burgueses y los oligarcas los aplasten con sus campañas, como si esa fuera cosa de sorprender a nadie. Lo primero que tiene que comprender un revolucionario es que las clases dominantes han organizado el estado de manera de poder mantenerlo por todos los medios. Y se valen no solo de armas, se valen no solo de las armas físicas, no solo de los fusiles, sino se valen de todos los instrumentos para influir, para engañar, para confundir. Y los que creen que les van a ganar en unas elecciones a los imperialistas no son más que unos ingenuos; y los que creen que incluso el día que ganan unas elecciones los van a dejar tomar posesión, no son más que unos superingenuos.

Fidel Castro,
Discurso pronunciado en la clausura de la primera conferencia de la OLAS
1967



El día 23 de octubre de 1965 fueron asesinados, hasta ahora bajo circunstancias no aclaradas, los siguientes camaradas del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) que lucharon por una patria digna, soberana y socialista:

Luis de la Puente
Paúl Escobar
Rubén Tupayachi
Edmundo Cuzquén
José Maria Parisini
Hugo Soto Ponce
Bejamin Quispe

El poeta del pueblo, Gustavo Valcárcel, escribió lo siguiente sobre Luis de la Puente, secretario-general del MIR.

Luis de la Puente Uceda

Se retuerce la tarde. Los hombres, las mujeres
estrechan el silencio de sus manos
tu antigua palidez se vuelve roja
mi vieja alegría se desgrana
llora el cristal en el vacío
tierra beben los indios, llanto puro,
tu nombre empieza a verse en las pizarras
Mesa Pelada dice el pueblo
pétalo negro, negra arena, sueño obscuro.

Repta el luto por los árboles
se brava en las carpetas de la Puente
la aurora no quiere darnos cara
los buques se alejan sin pañuelos
crecen labios y puños apretados
el rocío vuela al cielo de tristeza
el viento se lleva los sonidos
la Guerrilla un minuto se detiene
Mesa Pelada dice el pueblo
sierra negra, negra polen, piedra obscurecida.

Los niños se guardan sus preguntas
tirita el tiempo en los relojes
la hoz se mira en el martillo
cae polvo de espejos, lluvia de hambre,
asciende el crespón como una ola
han matado a de la Puente en dos palabras
a metralla con marca de Caín.

Su materia se ha hecho harina de los Andes
pan de pobres, trigo de esperanzas,
círculo sin tiempo, línea que no acaba,
la nostalgia ha huido por los cerros
el fuego avanza a paso redoblado
Javier Heraud torna con su gente
la mirada del pueblo, como lápiz,
escribe rebelión
los poemas se afilan cual espadas
Mesa Pelada dice el pueblo
bala negra, negra sangre, ojo ensombrecido.

Luis del alba
un puente no más hay ahora para ti
el que une tu nombre al porvenir.
Guerrilleros, ¡silencio!
mi Partido, el Partido de Mariátegui,
le inclina sus banderas.
Guerrilleros, ¡silencio!
su sombre nos saluda
digámosle al caído todos juntos:
de la Puente inmortal
para ti la vida ha comenzado en el Perú

Gustavo Valcárcel
Antología Poética
1986

El MIR consideraba a la lucha armada como el método más eficiente para que el pueblo peruano pudiera llegar al poder. No consideró el camino electoral como una vía adecuada para este propósito.

Los resultados de las elecciones regionales y municipales del pasado 5 de octubre, el debate que se está generando en las organizaciones progresistas sobre las tareas de la izquierda frente a las siguientes elecciones y tomando en cuenta el legajo histórico y revolucionario de los camaradas del MIR, me he atrevido a elaborar las siguientes consideraciones:

1) Entiendo que una organización política de izquierda debe participar en las elecciones porque nuestro pueblo tiene la conciencia que solamente cuando una organización participa en las elecciones es una organización política. Sin embargo, considero que una izquierda que busca la toma del poder debería enfocarse, ahora, en las siguientes dos cosas: (i) el desarrollo de una organización revolucionaria; y, (ii) el desarrollo de sus capacidades políticas e ideológicas. El desarrollo de los puntos (i) y (ii) no es posible si pensamos que se debería contestar políticamente a todas las ocurrencias coyunturales. Por ejemplo, no se necesita participar en elecciones. Se debería más bien pensar en un plan de largo alcance apuntando a la toma de poder, con metas de corto, mediano y largo alcance.

2) Es cierto, como dice el Che en su escrito “El partido de la clase obrera. El partido Marxista- Leninista”, que “los partidos marxistas no pueden cruzarse de brazos esperando que las condiciones objetivas y subjetivas, formadas a través del complejo mecanismo de la lucha de clases, alcancen todos los requisitos necesarios para que el poder caiga en manos del pueblo como una fruta madura”. En el Perú, sin embargo, no existen las condiciones objetivas y subjetivas (en el sentido como las ha definido Lenin) para un proceso revolucionario. No cabe ninguna duda que las condiciones objetivas madurarán en el tiempo porque el mismo capitalismo nos ayuda en eso. Las condiciones subjetivas dependen de nosotros, dependen si tenemos cuadros, dependen si tenemos organización y dependen si tenemos las capacidades políticas, ideológicas y organizativas para ayudar a que el pueblo peruano llegue al poder.

3) Para el desarrollo de la organización revolucionaria no basta elaborar un programa máximo y mínimo. La organización debe organizarse, debe tener una vida, debe tener una cultura propia.

4) Para el desarrollo de nuestras capacidades políticas e ideológicas considero muy oportuno que se desarrolle una versión actualizada de los Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana. Conocer la realidad de nuestro país es clave para cambiarlo. Como dice el Che en el mencionado texto arriba, la “condición esencial del revolucionaria” es “saber interpretar la realidad”.

5) El desarrollo de la organización como organización nunca termina, y tampoco el estudio. Seguramente nadie va a estar en contra de eso pero hay que tomar en cuenta que cada militante debe convertirse en cuadro y cada cuadro en dirigente. No podemos tener dirigentes, algunos cuadros y una masa de militantes como cañón de fuego. Nadie es imprescindible.

Hasta la victoria siempre,

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