Cuba y Ecuador: Las raíces de Alfaro y Martí


Pedro Martínez Pírez
Mariategui.info
01/02/15

La historia de las relaciones entre Cuba y Ecuador está sólidamente asentada en los vínculos forjados por sus próceres Eloy Alfaro y José Martí, quienes se conocieron en la ciudad de Nueva York el 24 de octubre de 1890. 

El Apóstol de la independencia de Cuba calificó a Alfaro como “uno de los pocos hombres de creación en América”, y fue el Viejo Luchador ecuatoriano el único presidente de Nuestra América que el 19 de diciembre de 1895, siete meses después de la caída de Martí en Dos Ríos, en el oriente cubano, escribió a la Reina Regente de España pidiendo la independencia de Cuba.

No fue ese el único gesto de Alfaro a favor de la independencia cubana. El líder ecuatoriano trató de organizar un contingente armado para que se sumara en Cuba a los mambises que combatían a los colonialistas españoles. También donó su salario como presidente de Ecuador a los fondos para la lucha independentista en Cuba y convocó a una reunión en México en apoyo a la independencia de la Mayor de las Antillas.

Durante la lucha contra la tiranía de Fulgencio Batista fue Ecuador uno de los países que acogió a numerosos exiliados cubanos del Movimiento 26 de Julio, que en Quito y Guayaquil recibieron la solidaridad de la sociedad ecuatoriana.

Y un joven periodista ecuatoriano, Carlos Bastidas Argüello, estuvo cerca de dos meses en la Sierra Maestra, donde compartió con Fidel Castro, Ernesto Che Guevara y otros comandantes guerrilleros, y habló con el seudónimo de Atahualpa Recio por la emisora clandestina Radio Rebelde, creada el 24 de febrero de 1958.

Bastidas, de sólo 23 años de edad, fue asesinado por sicarios de la tiranía de Fulgencio Batista en La Habana el 13 de mayo de ese año, en vísperas de su salida de Cuba, pero pudieron conocerse algunas fotografías tomadas en la Sierra Maestra junto al Comandante Fidel Castro.

Por decisión de sus padres los restos de Carlos Bastidas reposan en el Panteón de los Mártires y Héroes de las luchas por la liberación de Cuba, en el Cementerio Cristóbal Colón de La Habana, y al joven periodista ecuatoriano le fue conferido el título de fundador de Radio Rebelde de la Sierra Maestra.

Bastidas Argüello sigue siendo el último periodista asesinado en Cuba.

Otro eslabón de la amistad con Cuba es la intelectual comunista Nela Martínez, considerada la Ecuatoriana del Siglo XX, quien guardó la bandera cubana desde 1963, cuando el gobierno de Carlos Julio Arosemena, presionado por la CIA norteamericana, rompió las relaciones con Cuba, hasta 1979, cuando el presidente Jaime Roldós decidió restablecerlas.

Por su propia decisión y la de su familia la mitad de las cenizas de Nela Martínez reposan también en el Mausoleo, junto a Carlos Bastidas en la Necrópolis de La Habana.

Y en la historia de las relaciones cubano-ecuatorianas sobresale la entrañable amistad cultivada a lo largo de los años entre Fidel Castro y Oswaldo Guayasamín.

Fidel y el pintor ecuatoriano se conocieron la noche del sábado 6 de mayo de 1961 en la sede del ICAP, el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, donde Guayasamín hizo el primero de los cuatro retratos realizados al Comandante cubano, el último de los cuales a propósito del 70 cumpleaños del líder cubano.

Guayasamín se había personado en la Embajada cubana en Quito en los días de la agresión imperialista por Playa Girón, en abril de 1961, para patentizar su solidaridad con Cuba y solicitar un encuentro con Fidel en La Habana, para hacerle un retrato.

Tuve el honor de trasladar, en mi calidad de Encargado de Negocios de Cuba en Ecuador, el pedido al ICAP, y su director, Giraldo Mazola, actual embajador cubano en Namibia, hizo las gestiones con la heroína Celia Sánchez Manduley, y fue posible el primer retrato de Fidel, realizado por Guayasamín, a quien el líder cubano calificó como el hombre más generoso y humano que había conocido a lo largo de su vida.

Y otro momento clave en la sólida relación entre Cuba y Ecuador fue cuando Rafael Correa Delgado, sobrino nieto de Alfaro, se convirtió en el primer presidente de Nuestra América que decidió no asistir a la llamada Cumbre de las Américas de 2012 en la ciudad colombiana Cartagena de Indias, porque no estaba Cuba, excluida por el veto y la insolencia de la potencia del Norte.

El gesto de Correa, continuador de la ética radical y revolucionaria de Alfaro, fue el factor desencadenante de hechos que harán posible la participación de Cuba en la Cumbre de las Américas de abril próximo en Panamá.

Y no es un hecho fortuito que fuera Rafael Correa el presidente que hablara en representación de toda Nuestra América en el aniversario 50 de la entrada victoriosa de Fidel Castro a La Habana, el 8 de enero de 2009.

En los ocho años del mandato de Correa, al frente de la Revolución Ciudadana, se han fortalecido notablemente los vínculos y la cooperación entre las dos naciones integrantes del ALBA, la Alianza Bolivariana de Nuestra América.

Y Cuba hace dos años, y Ecuador ahora como presidente pro tempore de la CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, se mantienen unidas y trabajando, como continuadoras de los ideales de Alfaro, Martí y Bolívar, para hacer posible la segunda y definitiva independencia de Nuestra América.

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