La sorprendente performance de PRO en las elecciones generales puso en alerta y movilización a la militancia y sobre todo a ciudadanos lúcidos. La consecuencia fue una campaña épica, persona por persona, de la que Argentina no tenía recuerdos recientes. Si los comicios son favorables al FPV, el destino de este país se definirá en las calles.
José Cornejo
Mariátegui
22/11/15
Este domingo será determinante para el futuro de los sudamericanos. El partido patronal más nítido desde la UCEDÉ de Álvaro Alsogaray tiene chances de acceder a la presidencia de Argentina. Los medios del stablishment adelantan una victoria de hasta 16 puntos porcentuales y convencieron al ala más conservadora de nuestra sociedad que la suerte está echada.
Sin embargo, los mismos diarios y encuestadoras que no pudieron anticipar la antológica victoria de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires tampoco son verosímiles para anticipar el resultado de este domingo. Menos aún de esta campaña subterránea que nos remite a cuando los rusos derrotaron a los nazis hogar por hogar en Stalingrado.
Si el kirchnerismo revierte el imaginario mediático y vence en los comicios, es muy posible que el revanchismo cultivado por Clarín y otros aliados de envergadura llamen a un golpe cívico. Es posible que miles de caceroleros intenten tomar las principales plazas del país. Y como en 2001, como en 2008 habrá que defender la democracia y la voluntad popular.
Este domingo puede pasar cualquier cosa, incluso que el kirchnerismo gane. Habrá que seguir movilizados para consolidar este nuevo capítulo de la lucha de nuestro Pueblo.
(agenciapacourondo.com.ar)
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