Texto y Fotos: Yásser Gómez / Mariátegui
Desde Caracas
08/09/09
Aunque la Revolución Bolivariana tiene 10 años, sólo existe un periódico a nivel nacional, que se publica todos los días y que acompaña política e ideológicamente el proceso. Es el Diario VEA que apareció en los quioscos el 2 de septiembre del 2003, tiene un tiraje de 100 mil ejemplares. Está dirigido por Guillermo García Ponce, ex miembro del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela, fundador de la Junta Patriótica y protagonista de los sucesos que provocaron la caída del dictador Marcos Pérez Jiménez.
Estamos en la sede del diario ubicado en San Agustín del Norte en Caracas, acompañados por Omar Filomeno, editor de Internacionales e integrante del Comité Directivo del diario. Él es un periodista uruguayo que reside en Venezuela hace 33 años, ha pasado su vida entre salas de redacción y cabinas de radio, entre tinta y micrófonos. En los talleres donde se imprime el popular diario, Filomeno nos enseña las nuevas rotativas importadas desde la India, que elevará la calidad gráfica del periódico. En una esquina están en fila, inmensos rollos de papel y a un costado amontonados en paquetes, ediciones pasadas de VEA. Después nos dirigimos a la sala de reuniones, -que está junto a la de redacción-, las paredes están decoradas con retratos de Simón Bolívar y de Ernesto Che Guevara. Que mejor lugar para conversar con Omar, sobre el diario comprometido con Venezuela.
- ¿Cuál es el balance de estos seis años de trabajo periodístico e ideológico?
- El Diario VEA ha logrado su propósito como un nuevo medio de comunicación, no sujeto a las presiones de la extrema derecha, que predomina virtualmente todo el panorama mediático nacional. En el caso nuestro, el periódico que es un tabloide combate contra diarios de formato estándar, que a su vez tienen una gran tradición desde el punto de vista periodístico-comercial como son los casos de El Universal, El Nacional. Estos periódicos han sido adquiridos por gente que vive fuera del país y que desde luego están en contra del proceso revolucionario de la República Bolivariana de Venezuela.
- Desde el inicio decidieron tomar un posición anti imperialista...
- Es que no había este tipo de medios. Se editaban y se siguen editando numerosas publicaciones semanales, mensuales, bimensuales pero no diarias. El diario implica un contacto permanente con el lector, una comunicación constante entre el lector que compra el periódico. Es un diario que tiene gran aceptación en la población, porque no sigue la corriente de los enemigos, no hay forma de decir adversarios a tipos que están planteando soluciones violentas para los problemas de Venezuela. Entonces la existencia de esa clase de sujetos como los golpistas del 2002, que quieren volver a repetirlo y ustedes lo pueden ver en sus propios medios. Es un motivo de lucha para el diario.
-Los suplementos como Debate Socialista, encartes con temas de Historia, el mismo Orbe (de Prensa Latina) son el mayor aporte del diario VEA, porque tratan temas como marxismo, socialismo, lucha de clases...
- La gente viene al diario a pedir el suplemento, que es un aporte a la formación ideológica del pueblo, sirve para contribuir y aportar conocimientos e ideas sobre la revolución, sobre el socialismo. Son temas en los que aquí, antes nadie se preocupaba por enseñar o inducir. Hubo sí, un pasado guerrillero que le costó la vida a miles de campesinos y obreros, esos fueron masacrados, sin piedad e implacablemente por los gobiernos criminales de Acción Democrática (AD) y de COPEI, que eran los detentores del poder y una fuerza criminal en acción.
- ¿Qué medidas constitucionales debería tomar el Estado para que televisoras como Globovisión se sujeten a las leyes y no promuevan Golpes de Estado, ni el magnicido contra Hugo Chávez?
- Esta es una cuestión muy compleja. En principio, esta empresa como institución no quisiéramos que el gobierno tenga que tomar medidas drásticas, que por supuesto serán empleadas por la misma oposición criminal para decir que esto no es una democracia. Para lanzar sus acostumbrados disparates y agravios como que aquí no hay libertad de expresión. En Venezuela sí hay libertad de expresión, lo que no puede seguir habiendo, -y es lo que se está discutiendo ahora- es el mantenimiento de espadas de damócles pendiendo sobre nuestros cuellos, para que supuestamente estos medios aventureros, golpistas -y con todos esos adjetivos que se los han ganado- vuelvan con un golpe de Estado como el del 2002 y las guarimbas (bloqueos de calles sorpresivos), pero el pueblo lo resiste estoicamente. Sin embargo, esta capacidad de resistir las estulticias y las vilezas de la oposición armada a la que nos estamos enfrentando, ya no aguanta más. Ellos saben muy bien, que si están armados, nosotros también lo estamos, con las armas de la ley, la justicia y del aparato militar venezolano, para repeler cualquier intento de nueva agresión.
- En Venezuela la mayoría de los medios de comunicación defienden los intereses de la oposición oligárquica, pero se presentan como democráticos y objetivos
¿Cómo analiza esto?
- Todos los medios en Venezuela -que es un escenario estratégico y táctico a nivel continental- tienen una posición política. Aquí no hay ningún diario, que sea diario porque sí. Es diario para elogiar o desprestigiar a alguien, es porque alguien está pagando, eso en términos de comunicación es propaganda política. Entonces, esos medios que han violado todos estos años los fundamentos morales y éticos de la civilización, que han agredido el hilo constitucional, ahora pretenden que la mayoría de la población acompañe sus posiciones extremistas, en vez de ponerle limite a sus agresiones, como lo estamos haciendo.
- Este terrorismo mediático no ha desaparecido...
- No sólo no ha desparecido, sino que es más poderoso que antes. En el sentido que le están dando más dinero -desde el exterior- para el derrocamiento, el magnicidio o algún tipo de atentado contra el régimen del presidente Hugo Chávez.
- Ustedes asumen una posición política...
- Pero no es que venga el partido de gobierno, pidiéndonos que publiquemos su noticia. Sino que nuestra conciencia determina lo que debe ser conveniente para su publicación y lo que no lo es, dejarlo como secundario.
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