Movimiento Quebracho: La odisea de estar en manos de la justicia argentina


Quebracho / Mariátegui
17/04/10


El 22 de abril comienza el juicio a Quebracho por el repudio al asesinato del maestro Fuentealba en Neuquén a manos del gobierno de Sobisch. Hoy queremos detenernos en una particular muestra del aparato de impunidad y arbitrariedad con el que se rige nuestra "justicia" de clase. Roberto "Boli" Lescano y Fernando Esteche son dos reconocidos dirigentes del MPR-Quebracho. Ambos fueron detenidos ilegalmente. Lescano fue secuestrado en pleno centro porteño por patotas de Seguridad del Estado, al estilo grupos de tareas, y el segundo, encarcelado sólo por ser referente de nuestra organización, dado que hasta la misma "justicia" acepta que no participó del escrache. Sin preocuparse porque los cargos fueran excarcelables, ni por probar que estas dos personas estuvieron siquiera en el lugar de los hechos que se les imputaban, el aparato judicial decidió mantenerlos presos en un Penal de Máxima Seguridad, contra toda norma legal, por 6 meses.

El escándalo mayor fue que, para lograr que se cumplan sus derechos, estos compañeros se vieron forzados a iniciar una Huelga de Hambre hasta lograr la libertad. La huelga, durante la cual sólo consumieron agua, duró 43 días. Recién entonces, con la salud de ambos quebrantada e internados de urgencia, se cumplió lo que era un derecho y recuperaron su libertad.

A continuación transcribimos la que fuera la carta pública donde explicaban las razones de la huelga de hambre.


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Carta por el inicio de la huelga de hambre de Esteche y Lescano

21 de agosto de 2007

Penal de Máxima Seguridad de Ezeiza, Bs. As.


Huelga de hambre por nuestra libertad


Faltando unos cuantos días para cumplir cinco meses de prisión, hemos resuelto, luego de haber esperado en vano alguna corrección a esta injusticia de parte de las instancias judiciales de apelación, exponer a los argentinos la penosa situación a que se nos somete hoy por el hecho de ser reconocidos militantes populares.

Hace casi cinco meses fusilaron a un trabajador docente en la trágica Neuquén, Carlos Fuentealba; y el autor ideológico y responsable político de semejante crimen hoy se pasea como gran señor en el mundo político.

Justamente como reacción a esta injusticia, Quebracho y otras organizaciones populares repudiaron a este siniestro personaje en su ostentoso local partidario porteño.

No pretendemos que todos compartan lo hecho. Sabemos que para algunos eso sólo fue una manifestación de impotencia. Sabemos también que para otros son equiparables algunos vidrios rotos con aquel sangriento fusilamiento. Y otros tantos, con desidia disimulada, proponen dejar las cosas en manos de la "justicia" y con complicidad disfrazada explican que "hay otros caminos", pero ni ellos ni nadie los recorren. Porque, en rigor, en nuestra Patria, vienen fusilando argentinos que luchan: desaparece López, una maestra se debate entre la vida y la muerte luego de que un funcionario embistiera una marcha y... nos preguntamos con todos ¿cuál debe ser la reacción, cuál la respuesta digna?

La respuesta la iremos construyendo entre todos, eso no lo dudamos, porque nuestro pensamiento no está contaminado de ninguna pretensión mesiánica ni de la soberbia que pretende poseer la verdad. Pero advertimos que la injusticia, la desigualdad y la impunidad son elementos que empujan a nuestro pueblo a reaccionar por su supervivencia y lo peor que enfrenta es la soberbia y el autismo. La realidad con la que se encuentra es la vida misma y no las tablas del INDEC.

Hay situaciones que constituyen crímenes que lesionan la búsqueda de Democracia con Justicia Social. El asesinato de Aníbal Verón en Salta a manos de un francotirador, Víctor Choque en Tierra del Fuego, Teresa Rodríguez en Cutral Có, los masacrados en el puente de Corrientes, Darío Santillán y Maximiliano Kostequi en Avellaneda, Javier Barrionuevo, los masacrados en el Argentinazo del 19 y 20 de diciembre, los pibes de Cromagnon, Carlos Fuentealba. Todos son argentinos que cayeron bajo balas de "fuerzas de seguridad" y salvo casos puntuales donde algún policía fue preso, ningún responsable político, ningún funcionario responsable de las represiones fue nunca procesado y mucho menos encarcelado. A lo sumo hubo algunas renuncias de funcionarios de tercera línea.

Mientras nosotros, dirigentes nacionales de Quebracho, reconocidos militantes del campo popular que no tenemos ningún cargo ni acusación por robo, tráfico de armas o drogas, violación, asesinato, cohecho, nada, ningún delito común pueden encontrar en nosotros; - mientras tanto estamos purgando una condena de hecho.

Casi todos los responsables de las muertes de argentinos ostentan hoy cargos públicos ejecutivos o legislativos. Todos viven bien y tranquilos en sus lujosas residencias.

Nosotros, después de esperar meses que gane la cordura, enfrentamos hoy una situación de reclusión penal. En una y otra instancia judicial nos imputan ser "responsables políticos" de los hechos. Se animan, los muy valientes, a cargar contra nosotros, mientras que ninguno gastó una gota de tinta en perseguir a los verdaderos saqueadores y asesinos.

Resultan procaces y obscenos reivindicando a la heroica generación de los ’70 mientras nos llaman “bestias” a nosotros por una vidriera rota.

Hoy empezamos una Huelga de Hambre hasta que se nos libere.

Es la única instancia que nos queda. Cuando nuestros compañeros construyen una marcha son encarcelados antes de bajarse de los trenes. A muchos les resulta indiferente esta situación de persecución sobre una organización popular; otros la festejan sordamente.

Nosotros no tenemos que estar presos, huelgan argumentos jurídicos que los abogados de FIDELA y CORREPI en cada recurso han presentado. Pero se hacen oídos sordos y se nos niega toda presunción de inocencia como el goce de libertad, porque ya se nos ha condenado, antes del juicio: (donde el juez ya anuncia para nosotros penas mayores a las mínimas).

Por otro lado ven todos los argentinos a unos cuantos sabandijas que, aun condenados, están en libertad. Ése es el país que padecemos.

Somos argentinos, tenemos familia, no somos delincuentes y todas nuestras acciones políticas están inspiradas en la búsqueda de la justicia social y la dignidad. Sabemos de persecuciones y de cárcel. Boli Lescano fue preso de Lanusse, de Isabel y las Tres A, de Videla; y Alfonsín lo tuvo preso unos años para sustentar la teoría de los demonios. No es un hombre millonario y sigue creyendo que es posible, con la fuerza de nuestro pueblo, construir un país mejor.

Esteche estuvo preso en Caseros por una causa que contra Quebracho inició Menem y Corach, instruida por el juez Liporaci, probado delincuente. Luego fue perseguido por Galeano, otro delincuente. Hoy nuevamente está en prisión.

Los jueces delincuentes no van a la cárcel, simplemente renuncian y cobran su jubilación.

Nosotros pedimos nuestra libertad, no es eso ninguna cosa excepcional ni privilegiada, es un derecho que tenemos como argentinos. Sólo nos queda plantear esa petición de esta manera. Que quienquiera sea, asuma la responsabilidad de tener a dos argentinos presos por opositores. Nosotros no podemos ya transcurrir esta condena pasivamente, como algo natural cuando es una aberración jurídica y política.

No vamos a pintar el paisaje social con toda su carga de drama para que se entienda porqué luchamos, esa es otra discusión. Pedimos nuestra libertad y el procesamiento de Sobisch.

Esta medida es la única que tenemos a mano. Nuestros compañeros son perseguidos, reprimidos y presos cada vez que se manifiestan por nuestra libertad.

Llamamos a las argentinas y argentinos que comprenden este justo reclamo de libertad a que nos acompañen con su solidaridad.


Un fuerte abrazo.


Fernando Esteche
Raúl “Boli” Lescano


(miembros del colectivo de Presos Políticos "Carlos Fuentealba")


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¡Fuentealba presente!

22 de abril, Juicio a Quebracho

Sobisch sigue impune


MPR QUEBRACHO


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011-15 59364309; 1556109563

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