El fanatismo religioso y las libertades personales


Yassin Kaoud / Mariátegui
Foto: kamshots.co.uk
17/07/10


Hace unos días atrás, me llamó la atención una noticia sobre el caso de una mujer, en la República de Irán, que iba a ser lapidada en público acusada de adulterio por las autoridades. Algunos se preguntaban por qué no solucionar este asunto con el divorcio, si era un asunto familiar, y de pareja y no un asunto de Estado ni de religión.

Otros, incluyéndome, condenamos estas prácticas primitivas y nos extrañamos que en pleno siglo XXI, todavía escuchemos y veamos costumbres y legislaciones religiosas que se originaron para adecuarse a una realidad del siglo VII. Definitivamente éstas tenían que prescribir con el avance del tiempo y la evolución de la humanidad. Las cosas no son dadas para siempre ni pueden servir para todos los lugares ni para todo el tiempo.
Lamentablemente el fanatismo religioso ocupa mucho espacio en nuestras sociedades, sea éste islámico, cristiano o judío. Hasta hoy día los fanáticos de la iglesias cristianas se oponen por ejemplo, a la píldora del día siguiente y los demás métodos anticonceptivos, aún cuando el embarazo constituye un peligro para la madre y ni qué hablar de los casos en que las mujeres resultan embarazadas producto de una violación, como si esto fuera asunto religioso y no de salud pública. Otros ejemplo de fanáticos religiosos, justificaron la invasión angloamericana contra Irak o guardaron un silencio cómplice, como el Vaticano.

En las sociedades musulmanas y en distintos países, todavía hay interpretaciones muy erradas de la religión, las cuales creen tener toda la verdad en el nombre de Díos. Esta actitud pone en peligro la integración y la cultura de estas sociedades por medio de su intromisión, de manera cínica e insólita, en la vida cotidiana y en las libertades personales. Además, prohíben, satanizan, y tildan de infieles a los demás. Todavía existen sociedad que tienen por costumbres lapidar, dar latigazos, cortar las manos y decapitar en público. Se practica la circuncisión de las mujeres en algunos países de África, el casamiento de un hombre con cuatro mujeres a la vez, y otras costumbres infernales etc.

Los afganos talibanes, bajo un pensamiento bastante primitivo, obligan a las mujeres cubrirse totalmente el rostro y el cuerpo, como sí la mujer fuera una vergüenza para ellos, no es un texto coránico ni Islámico.
Todas las mujeres del mundo son libres de usar o no usar velo o jigab. En Francia las autoridades quieren prohibir esta práctica de cubrirse el rostro totalmente, alegando que se trata de una cuestión de defensa de la seguridad de los demás, y porque atenta contra la identidad cultural y nacional de su sociedad.

Un sector del fanatismo extremista en medio oriente debido a su ignorancia, cree que la sociedad occidental es corrompida totalmente y se parece a un burdel con sus jovencitas que ejercen la prostitución al cambiarse de pareja frecuentemente y no conservan la virginidad hasta el matrimonio, consideran que la cultura occidental es una amenaza para sus sociedades que quieren imponerse a la fuerza. Lamentablemente a lo largo de la historia las civilizaciones e imperios con todos sus aportes científicos y culturales al servicio del progreso de la humanidad se impusieron con la fuerza del hierro y el fuego. Desde la época de los asirios, babilonios, griegos, persas, pasando por los faraónicos, romanos y las religiones judía, cristiana y musulmana hasta los imperios como el otomano, británico, español y americano.

Nuestro problema con occidente no es religioso o cultural y de cruzadas como creen los seguidores del terrorista Ben Laden, sino como dijo el gran pensador palestino Edward Said: “occidente siempre ha creado una imagen falsa sobre oriente para justificar implícitamente sus ambiciones colonialistas”, hoy día en un mudo globalizado no hay tal choque de civilizaciones sino choque de ignorancias e intereses para prevalecer entre los fanáticos de occidente y de oriente porque no comprende cada uno el mundo y el espacio del otro.

De manera anecdótica hace varios años publiqué un artículo titulado: “del jamás y los demonios”, algunos hipócritas religiosos me criticaron duramente a través del correo privado, lamento que el tempo me ha dado la razón y mis temores eran ciertos. En aquel entones escribí sobre el sufrimiento del pueblo palestino del terrorismo cotidiano del estado israelí y el terrorismo de los colonos judíos instalados en su territorio y como por primera vez los fanáticos judíos trajeron la practica del el terrorismo al medio oriente en los años 30 y 40 a través de las organizaciones judías sionistas armadas desde Europa como la Haganá , Shtern y otras. Tal como lo como dijo el premio Nóbel José Saramago: “las ciudades palestinas son grandes campos de concentración”.

También escribí sobre la corrupción de la autoridad dominada por al Fatah que ocupa todas las instituciones de la OLP. Y del pueblo en una suerte de mafias contra toda practica democrática para ejercer el poder y compartir con otras organizaciones. Al mismo tiempo sobre la mentalidad retrograda del movimiento Jamás que en el fondo quería la afganistanización y talibanización de Gasa y la causa, al final llegaron a derramar la sangre palestina en sus disputas y debilitar nuestra causa justa. Hablé de los países árabes que todavía hay reyes y príncipes a estas alturas de la historia dictaduras laicas, republicas con sistema presidencial hereditario y los derechos humanos, la democracia, el estado de derecho nada cuenta.

Otra vez un hipócrita religioso me critica porque en mi perfil de facebook dice Agnóstico, preguntándome insólitamente ¿porqué no creo en las religiones siendo mi familia musulmana y mi esposa cristiana? Puedo explicarle largo rato pero me da por decirle y a usted que le importa metiche.

Lima, Perú julio 2010

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Este artíulo también lo escribí en árabe aquí omití algunos detalles y una parte referente a la época Pre islámica. Para su publicación en la red mundial Palestina y otros sitios.

Comentarios

Unknown dijo…
Creo que si uno lee la novela "Caín" de José Saramago, entiende, de manera irónica y brillante, por qué el judeo-cristianismo está basado en la hipocresía y la mentira, dado que su supuesto dios es un ser malvado y perverso. Y lo mismo se aplica al islamismo. Sobre mentiras y mitos no se puede construir nada positivo para la sociedad. Es muy simple. Y el fanatismo, es el síntoma más visible de la ignorancia, otra fuente de todo tipo de barbaridades. Pero muchas sociedades todavía se sustentan en estos "principios", así que tenemos guerras, arbitrariedades y atrocidades para rato. Sólo cuando la humanidad llegue a aceptar que la ciencia es el único norte confiable y razonable, este tipo de primitivismos irá disminuyendo.