Uruguay: Lilian Celiberti: La politización de los problemas de la vida cotidiana es el aporte del movimiento de mujeres
Mariátegui
Foto: elpueblosoberano.net
13/08/10
Lilian Celiberti (Uruguay), activista feminista y de derechos humanos, coordina el colectivo feminista Cotidiano Mujer de Uruguay y la Articulación Feminista MERCOSUR, participó en Lima del Encuentro Saberes y Movimientos Sociales organizado por el Programa Democracia y Transformación Global. Mariátegui. La revista de las ideas conversó con ella sobre la política económica y de derechos humanos de los gobiernos del Frente Amplio y del protagonismo de las mujeres en la lucha de los movimientos sociales así como de su llegada a la presidencia en algunos países de América Latina.
- ¿Cuál es tu análisis sobre la política de derechos humanos de los gobiernos del Frente Amplio? Teniendo en cuenta que en el referendum no se pudo aprobar el tema de la nulidad y el poco interés de Mujica en relación a juzgar a los militares violadores de derechos humanos.
- Considero que si hay una identidad unificadora del pensamiento de izquierda en el Uruguay es el tema de la memoria y de la justicia, porque la causa contra la dictadura no fue minoritaria fue una lucha verdaderamente popular. Un espacio en el que multiplicidad de organizaciones y ciudadanos como que condensa una parte de la historia del país muy significativa y una dictadura que mientras transcurrian los años tenía menos apoyo. Podríamos decir que es una causa nacional. Entonces, si bien en el primer gobierno del Frente Amplio fue muy significativo porque veníamos de un aplastamiento de la temática, después de la pérdida en 1989 del referéndum para derogar la ley que imposibilitaba investigar. Eso generó como un aplastamientio en el movimiento social con los temas de la memoria y también los gobierno contribuyeron a eso, casi estaba estigmatizado hablar de memoria. Porque eso era tener ojos en la nuca como decía Julio María Sanguinetti que fue presidente dos veces. Entonces fue significativo lo que abrió Tabaré Vásquez con la búsqueda de cuerpos en los centros militares, cuarteles y la investigación de algunos de los crímenes, incluso el tema del Plan Cóndor la coordinación de los vuelos de la muerte con Argentina. Y el hecho de que hoy existan militares presos como no había ocurrido antes.
Pero parece que queda en el lugar simbólico de decir, bueno efectivamente castiguemos, estos militares están presos. Es simbólico porque una institución como las Fuerzas Armadas sigue manteniendo el secreto sobre los crímenes de la dictadura como un pacto mafioso, porque no hay un sólo militar -como si pasó en la Argentina- que haya realmente abierto un proceso de autocrítica, de revisión, de confesiones y eso demuestra que estos pasos han sido simbólicos y que de alguna manera lo que ha pasado ahora con Mujica que fue un guerrillero, estuvo muchos años preso, tiene un peso simbólico muy grande en la sociedad uruguaya y además el es un líder carismático. Es que de alguna manera sigue considerando que la dictadura sólo fue un enfrentamiento entre ejércitos: uno contrainsurgente o de liberación y uno de conservación, y no es así.
La dictadura y la resistencia a la dictadura se hizo desde lo privado, desde cada casa, la dictadura tocó todos los estamentos de la sociedad, la educación de los jóvenes, la militarización de la sociedad, la implantanción del miedo y por lo tanto, la lucha contra la dictadura es una causa nacional. Y para mí esa es una diferencia fundamental que tengo con las expresiones de Mujica y de alguna manera creo que es algo que volvió a unificar cierto pensamiento de izquierda, porque la gente se sintió muy agredida con esas expresiones y el último 20 de mayo la gente salió a las calles a decir no, no nos vamos a olvidar ni vamos a perdonar. Y no es una cuestión de castigo, hay algunas expresiones y movimientos que expresan juicio y castigo. La palabra castigo no la siento, siento la justicia, la necesidad de reparación integral en el sentido más político de la palabra.
- ¿Los gobiernos del Frente Amplio han girado hacia la derecha con sus decisiones en los bloques como UNASUR, MERCOSUR?
- En términos de la política económica el gobierno de Mujica establece un pacto con una parte de la izquierda moderada que está representada por el ministerio de Economía y una visión más tecnocrática que esta basada en unos principios que son preocupantes. A partir de eso es que digo, que en general la izquierda latinoamericana no ha hecho un proceso de debate desde los ámbitos propiamente capitalistas. Porque una cosa es tener mis ideas y saber que nunca las voy a aplicar, así es re fácil porque puedo ser ultraradical y tener un mundo perfecto que jamás se adecua a la realidad. Entonces, digo que no ha habido un debate real de como avanzar en nuevas experimentaciones sociales que disputen al capitalismo realmente campos inportantes de experiencia social. Y por el contrario, lo que más me preocupa es que de alguna manera se vuelven a ensalsar algunos principios del neoliberalismo como por ejemplo: "la necesidad de las inversiones extranjeras" como un punto central del "desarrollo" del país.
Incluso en este momento se está hablando de grandes inversiones en minería y lo relacionado a pasta de celulosa. Entonces todo eso fundamentado por el lado de la necesidad del crecimiento para la equidad social, por lo cual la equidad social se convierte en un reparto -pero sin tocar la ganancia-. Claro, si tengo más para repartir entonces puedo tener un Estado benefactor, en cierta medida compensatorio de las políticas económicas, pero ninguna transformación del marco capitalista. Eso es lo que a mí me preocupa, porque no lo pienso como un déficit de fulano o mengano, lo pienso como un déficit político de la izquierda latinoamericana, porque también los que se presentan como espacios alternativos como el ALBA (Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), están basados en la producción petrolera o en los megaproyectos como el gasoducto del sur, sin ningún cuestionamiento serio al marco capitalista. Ni que decir del IIRSA (Iniciativa de Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana) que es un proyecto más avanzado de inversión estratégica al capitalismo de acceso a los recursos naturales, pensados en recursos y no en términos de bienes comunes. Hay un debate como muy atrasado y muy polarizado, es como que si el espacio de la crítica fuera apenas un hilito.
Por ejemplo si yo critico el ALBA, la UNASUR (Unión de Naciones Sudamericanas) la gente me dice, entonces tú criticas todo qué fácil es. Es que siento que hay una necesidad de encontrar nuevos mitos y a mi me preocupa eso. Tal vés porque vengo de una generación en la que creó muchos mitos, fuimos derrotados y lo pagamos muy caro. Desde México hasta la Patagonia tenemos miles de muertos, desaparecidos, torturados entonces siento que la esperanza como -dice Boaventura- no está blindada, la esperanza no es un bien infinito para los pueblos. Es decir la esperanza hay que cuidarla y hay que cuidar las alternativas, porque lo que hay por afuera son los verdaderos enemigos. Es como una ideología que está muy impregnada en los medios de comunicación de presentismo de no pienses para atrás ni para adelante, viví hoy porque no sabés lo que va a pasar.
En relación a los espacios actuales se ha aprobado la presencia de Nestor Kirchner en la UNASUR, pero me parece que hay poca claridad todavía de hacia a donde apostar al desarrollo de esos espacios. No sólo desde Uruguay también desde los otros gobernantes. No puedo decir que la UNASUR representa nuestras aspiraciones integracionistas desde la mirada de los movimientos sociales. Es un espacio más sobre el cual incidir con el cual disputar, así lo veo.
- ¿Cuál es la importancia del protagonismo de la mujer los últimos 30 años en la lucha de los movimientos sociales?
- Ha sido central. Porque las mujeres formamos parte de todos los movimientos sociales de cualquier tipo hables del afrodescendiente, del ecologista, del indígena, del campesino. Lo que ha pasado en los últimos 30 años en América Latina -que me parece sustancial- es la creación de las mujeres como sujeto político, las mujeres hemos existido siempre, el tema es que nunca fuimos sujetos propios de la política hemos sido participes de muchos movimientos políticos sociales, estoy hablando desde el sindicalismo o cualquier movimiento cultural de base. Lo nuevo es que este sujeto político hace una ruptura con algunas cuestiones escenciales, por ejemplo: la distribución del poder, la creación de la corporeización del cuerpo de las mujeres como presente con voz y no sólo como presencia. Es decir, una voz que se califica y que por lo tanto trae la experiencia de las mujeres a la vida pública, estoy hablando de la violencia contra las mujeres, del abandono de los hombres en relación a la crianza de los hijos, esas cosas que siempre el pensamiento emancipador o de izquierda a considerado menor. Si tu sos un líder y le pegas a tu mujer eso no importa es un tema privado. Y las mujeres dijeron no es más un tema privado, es un tema público.
Eso me parece que ha generado un cambio en la propia concepción de la política, porque hoy ya no la consideramos como algo externo sino como algo que nos involucra en nuestra vida personal, tratando de establecer una coherencia entre lo que pensamos y lo que hacemos. Me parece que ese es el principal aporte del movimiento de mujeres, la politización de problemas de la vida cotidiana. Y en ese balance hemos ganado mucho, pero creo que tambien tenemos un terreno en disputa, por ejemplo todavía existen una serie de prejuicios propios de cada quien en relación a cada quien. Es decir, entre los movimientos sobre todo para quienes somos feministas, tenemos un planteamiento radical respecto a los cambios de las relaciones de poder y eso les choca a muchos de nuestros compañeros hombres, les hace ruido y a muchas mujeres también. Entonces, el disputar ese espacio genera como algunas incomodidades y estamos en el proceso de poner en diálogo esa perspectiva. De todas maneras creo que las mujeres han hecho un cambio radical en la política, los vemos en las mujeres campesinas que están organizadas, las cocaleras, las trabajadoras domésticas, las mujeres recolectoras de residuos se organizan. Es decir que hay una pluralización también de ese sujeto político mujer, es tremendamente diverso y plural de la misma manera que también lo son los feminismos. Por eso también es necesario empezar a hablar en plurales todo el tiempo, en cualquier espacio.
- Con respecto a esto en gobiernos progresistas como Venezuela o Bolivia hay un protagonismo visible de las mujeres en los cargos públicos, en los liderazgos ¿Esto se debe al resultado de su propia lucha o a las cuotas que le otorgan las leyes?
- El hecho de que emerja el protagonismo de mujeres tal vés en algunas de las situaciones políticas, eso depende. Por ejemplo creo que Venezuela no es lo mismo que Bolivia en cuanto a proceso político, me parece que el liderazgo de Hugo Chávez es como más omnipresente, lo cual también hace que puede haber muchas mujeres pero ¿hasta que punto tienen voz propia y disputan un pensamiento propio con el líder? habría que verlo. Lo que he visto y lo que me preocupa en cierta medida es esa visión tan autocentrada de Chávez como un liderazgo individual que me parece que es un tremendo riesgo para cualquier proceso político de cambio, esto no lo hace nunca un líder. Son procesos colectivos y hay una distancia entre ese proceso colectivo y el líder, me parece que ese es un problema. Y en el caso de Bolivia, me parece que ahí si hay una mayor disputa desde las mujeres de sus lugares, de sus liderazgos, de su participación, incluso algunos cuestionamientos que se hacen a las formas en que el MAS (Movimiento Al Socialismo) -que es una expresión política- construye y reconoce esos liderazgos desde los movimientos.
En otras circunstancias a veces las cuotas son importantes, no las defiendo eternamente ni me parece que tampoco valen en cualquier contexto. Pero cuando no hay se nota, en Uruguay la izquierda tiene una escasísima representación de mujeres, entonces algo pasa. En general en los países como Argentina por ejemplo la ley de cuotas significa hoy que el 46% de los espacios parlamentarios esten ocupado por mujeres y me parece que eso es un punto central para que otras perspectivas -no es único porque no todas las mujeres van a representar las mismas cosas, porque pertenecemos a diferentes sectores de clase- pero es un derecho que hay que defender.
- ¿El que Michel Bachelet y Cristina Fernández asuman la presidencia de Chile y Argentina respectivamente, ha significado algún cambio a favor de las mujeres en el continente?
- Ha significado la ruptura de un imaginario en el cual es como decir esos espacios no son para las mujeres. En ese sentido creo que Bachelet ha contribuido mucho a eso, es como defender el derecho de, no más que eso. En algunos casos como el de Bachelet me parece que ella introduce cosas, tengo más confuso lo de Cristina Fernández, tal vés en términos de empatía me siento menos identificada con su figura. Y en el caso de Bachelet tiene cosas que rompe como el hecho de que es una madre soltera, que crió a sus hijos, que tuvo varios matrimonios sin casarse y no es menor en la ruptura de un imaginario de que las cosas son de una determinada manera, que quien hace política, quien es una imagen pública es aquel o aquella que sigue las reglas, en ese sentido me parece una persona rupturista.
Pero obviamente es más un movimiento simbólico que representa para las nuevas generaciones, para las niñas que -como decían en Chile- hoy se pueden imaginar que "yo quiero ser presidenta" y eso, diez años atrás tal vés ni se les ocurría, porque jamás había habido en América Latina mujeres presidentas o las hubo como en Bolivia pero por el periodo de un año y de transición entre un golpe de Estado y otro. Lo fundamental de los cambios sean liderados por hombres o mujeres es que nunca va a estar arriba, siempre va a estar en la medida en que desde la vida cotidiana, desde los pueblos, las ciudades, los campos, que la gente se organice. Y en ese sentido creo que lo que hace ese vínculo es el hecho de la existencia de un movimiento de mujeres muy amplio en América Latina, muy rico, diverso y cuestionador.
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