Colombia: Las FARC-EP sin el Mono Jojoy


Carlos Medina Gallego / Mariátegui
23/10/10


A través de un “modesto” operativo militar que utilizó 30 aviones, 28 helicópteros y descargó 50 bombas de 250 kilos sobre un área de trescientos metros donde estaba ubicado el campamento guerrillero de las FARC, en el Departamento del Meta al sur de la Sierra de la Macarena, en la región de la Julia, según informan los medios de comunicación, las fuerzas oficiales, acabaron con la vida “política” y la actividad militar de Jorge Briceño, el “mono Jojoy”.

Nacido en una familia campesina en Cabrera, Departamento de Cundinamarca, Julio Suarez Rojas, es uno de los muchos campesinos que en este país encontraron y hallan en la guerrilla, una razón para vivir y luchar contra la pobreza y la falta de oportunidades, y han templando su carácter y temperamento a lo largo de los años en un conflicto que los va haciendo cada vez más obstinados y violentos. La imagen que se le atribuye se la ganó, en parte por su particular crudeza al abordar las decisiones de la guerra, aspecto que es propio del oficio y, en parte, a una montada campaña publicitaria de quererlo presentar como un “gran enemigo”. Pero en la práctica era un campesino con poder y una ilustración política básica que le permitía contar entre campesinos con el liderazgo, que lo llevó a ser miembro del Secretariado de las FARC, amigo cercano y protegido de los principales dirigentes de la organización, Jacobo Arenas y Manuel Marulanda, ya desaparecidos.

La muerte del Mono Jojoy es sin duda un duro golpe para las FARC, como lo han sido la de Raúl Reyes, el negro Acacio, Iván Ríos… y todos los demás. Desde antes de morir ya tenía reemplazo, según la costumbre de las FARC, e indudablemente como en todas las guerras: el Mono ha Muerto, Viva el Mono.

El Bloque Oriental sentirá la dureza del golpe y sus mandos buscaran controlar el impacto del mismo en términos de deserciones y entregas, las cuales muy probablemente se van a dar. Pero asimilado el golpe iniciaran el proceso de reconstrucción y volverán a pelear, con nuevos jefes, nuevas motivaciones y más cicatrices. Los otros Bloques y frentes están metidos en sus respectivas guerras y procesos y continuaran en ellas. Las FARC han construido la cultura de la invencibilidad, son capaces de creer que se pueden recuperar con el tiempo de cualquier golpe y, seguramente, podrán seguir existiendo militarmente eternamente. Otra cosa es la legitimidad con que pueden hacerlo, hoy tienen este blanco muy erosionado y no resulta ni nacional, ni internacionalmente fácil reconstruirlo, más cuando se dejaron atrapar por el discurso institucional que considera que cuando ceden es porque están derrotados…

Muchos demócratas que hemos defendido a lo largo de los años la salida política al conflicto armado, estigmatizados como agentes del terrorismos, idiotas útiles, seguimos insistiendo en la necesidad de liberar a los “prisioneros de guerra” que tienen, no como muestra de debilidad, sino, como un acto humanitario e igualmente que se erijan los espacios y caminos para que la paz definitiva venga de mano de la solución política negociada.

En general, pienso como igual que con las muertes anteriores, de los miembros del Secretariado y del Estado Mayor Central, las FARC tomaran como un hecho de Guerra la muerte del Mono Jojoy.

Pero, lo que para las FARC puede ser una muerte de otro dirigente más, para el nuevo gobierno tiene un valor distinto, el embate se produce cuando comenzaba a cuestionarse los resultados obtenidos en los últimos meses por la fuerza pública en el marco de la seguridad democrática, mostrando así que la nueva administración sigue trabajando en su estrategia de aniquilamiento de las FARC y no tiene el menor interés de dialogar con nadie; la herencia del presidente Uribe: Inteligencia en Tierra y Combate en Aire, les sigue dando resultados; y dicha inteligencia de largo aliento les es útil y con los cuerpos especializados que están detrás de los miembros del Secretariado van dándole los resultados esperados.

No deja de preocupar a la oposición y a la democracia los 20 computadores, las sesenta USB y las dos memorias extraíbles…, porque si uno solo generó lo que creó, lo que seguramente se viene encima es SODOMA y Gomorra… pasada la fiesta sigue la guerra, sembrando de muerte de campesinos y pobres, de uno y otro ejercito, un territorio que esta urgido de paz y de gobernantes y políticos capaces de apostarle con valor a la salida política negociada y de suficiente pudor para no llevar al foro de naciones lo que debía ser una vergüenza de la patria. Espere4mos que el autismo de uno y otro actor algún día llegue a su fin.

Carlos Medina Gallego. Docente- Investigador. Universidad Nacional de Colombia


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