La religión no es latigazo ni lapidación / Preguntas para la cumbre ASPA en Perú


Yassin Kaoud / Mariátegui
07/01/11


En varios eventos he dictado clases y conferencias en los cuáles he reconocido los aportes de la civilización árabe y musulmana al desarrollo de la humanidad.

En esta oportunidad, quiero comentar una noticia reciente acerca de una mujer Sudaní azotada con latigazos en público por usar como prenda de vestir un pantalón. Esta noticia en particular que avergüenza a cualquier nación por tratarse de una agresión profunda a los derechos del ser humano, se asemeja a costumbres detestables que anteriormente ya he comentado como la condena a muerte por lapidación en público de una mujer iraní acusada de una supuesta infidelidad; de costumbres como cortar cabezas, la amputación de manos practicada en los países del Golfo Árabe; la circuncisión de mujeres en el África, el casamiento de un hombre con cuatro mujeres; el matrimonio por placer; y los crímenes de honor.

Para que mi opinión no se entienda como una ofensa hacia la religión y sea malinterpretada por parte de los fanáticos e hipócritas religiosos que abundan, esta vez quisiera hacer un comentario muy breve sobre el trasfondo de estas prácticas salvajes disfrazadas y penetradas en la religión, que cuentan con la bendición de algunos los gobernantes en el mundo árabe, sean éstos de Estados monárquicos, emiratos tribales, o de Repúblicas dictatoriales con sistema presidenciales hereditarios.

Para comenzar los gobiernos que se autodenominan laicos y demócratas tienen prisioneros políticos que terminan sus condenas pero que siguen en las cárceles sin derecho de visita de sus familiares y de sus abogados, allí se ejecutan prácticas constantes de tortura al estilo de Israel, que es un Estado colonialista usurpador, racista y que ejerce el terrorismo de Estado.

Por otro lado vemos al dictador de Sudán el General Omar Hassan al-Bashir, el mismo que fue acusado por la Corte Penal Internacional de La Haya por los sucesos de Darfur, hoy justifica los azotes hacia una pobre mujer por usar pantalón y amenaza a la nación con imponer la aplicación del Shariaá (legislación religiosa musulmana) en el país. El General mencionado, tiempo atrás al igual que Saddam Hussein, cometió masacres contra su pueblo apoyado por gobiernos de Occidente. Los gobernantes de los países del Golfo aliados, primero con Inglaterra y luego con los Estados Unidos, sostenidos por la lluvia de petrodólares, durante muchas décadas del siglo pasado se ocuparon de formar grupos de extremistas y fanáticos religiosos para combatir, a veces, contra la ilustración árabe y la racionalidad y otras contra el avance comunista soviético en Afganistán, también contra el auge izquierdista que se generaba en el Medio Oriente, en otras ocasiones apoyaban indirectamente las acciones de los “contra” en Nicaragua. Hasta que un día, esos mismos grupos de extremistas y fanáticos religiosos salieron de su control y practicaron el terrorismo en contra de los gobiernos que los habían creado y contra otras naciones.

A pesar que los países del Golfo Árabe siguen contando en la actualidad con el apoyo de los Estados Unidos, en su condición de neocolonias, y de todo el avance en la construcción, en las inversiones y las finanzas, en los últimos cincuenta años, gracias a la contribución de los profesionales árabes, en especial de los palestinos, libaneses, egipcios y sirios que ayudaron en la educación y en la urbanización de gran parte de las tribus beduinas del desierto, luego que los hijos de las familias ricas del Golfo estudiaron en las mejores universidades de occidente, muchos siguen comportándose y pensando de la misma forma, viajan a bordo de sus jets privados a distintas partes del mundo para cazar animales, tratan a sus sirvientes como sí fueran esclavos, en otras ocasiones algunos de sus embajadores o funcionarios tratan a los mismos árabes con la misma soberbia de la ignorancia beduina.

Decenas de siglos han pasado desde la fundación de las religiones monoteístas que fueron el reflejo de la realidad sociocultural de aquellas sociedades en aquel entonces. A pesar que las religiones fueron producto de la imaginación del hombre, debido a sus conocimientos limitados y ante su incapacidad de explicar los fenómenos de la naturaleza, surgen con un mensaje noble y con ciertas reglas y valores morales que apuestan por el bien de la humanidad para corregir y controlar la conducta e instintos del hombre en su evolución continua. Donde Dios el creador es el símbolo del bien, la tolerancia y la piedad y no es sinónimo del castigo ni de venganza.

Que pueden producir las sociedades como la nuestra donde hay una mezcla entre las costumbres de los beduinos de las tribus nómadas del desierto en el siglo VII además de la ficción y herencias populares exageradas y entre los hábitos religiosos para reproducirlas en el siglo XXI, considerándolas como fundamentos de los mensajes celestiales que no admiten discusión alguna, donde se interpretan fuera de su contexto histórico que son aplicables a todo tipo de sociedad y de tiempo.

Castigar con latigazos a esta indefensa mujer es una expresión mínima de los latigazos de ignorancia y salvajismo que sufre la conciencia falsa sobre la religión de algunas sociedades.

A lo largo de varios siglos y desde la caída de los califatos se ha paralizado el avance de la civilización árabe, ya no hay pensamiento renovado ni creación, el mundo árabe se vio afectado profundamente cuando cayó en las garras del colonialismo sucesivo de los turcos Otomanos; el imperio Británico y francés; y en la actualidad del colonialismo israelí norteamericano. La civilización árabe se quedó al igual que otras civilizaciones como parte de la historia que fueron sustituidas por las nuevas.

Es digno de mencionar que la religión islámica constituyó el eje principal de la civilización árabe así como también hubo otros factores de suma importancia como la acumulación de culturas, la realidad sociocultural de los árabes pre islámicos, la formación del idioma, y la ubicación geográfica estratégica para el desarrollo del comercio etc. Pero toda esta realidad y factores que han acompañado la civilización han terminado. Para que se pueda reconstruir la civilización debemos someter toda esta herencia histórica cultural a la crítica de la razón y separar lo que constituye costumbres beduinas que corresponden a otros tiempos y lo que es religión con nuevos valores como la tolerancia y leyes democráticas de ciudadanía, para así sentar una base acumulativa hacia una civilización más humana.

El próximo mes de febrero se celebrará en Lima la tercera Cumbre de los Países de América del Sur y Países Árabes (ASPA), las entrevistas no solamente deberían concentrarse en los aspectos de cooperación, inversiones y mercados, asuntos que conciernen a los pueblos que buscan integrarse económicamente, sino también en estos temas que conciernen a los pueblos que buscan interrelacionarse culturalmente. Sin dejar de lado el tema acerca de los prisioneros políticos y de opinión, que conciernen al campo de los derechos humanos.


Lima - Perú enero de 2011.

Este artículo fue escrito y publicado originalmente en idioma Árabe.

Yassin Kaoud es Vicepresidente de la Federación Árabe del Perú, sin embargo este artículo es a titulo personal.


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III Cumbre América del Sur - Países Árabes

Del 13 al 16 de febrero 2011, el Perú será sede de la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de América del Sur y Países Árabes (ASPA), así como de la Reunión de Altos Oficiales y el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de esos países. Estos eventos estarán acompañados de una serie de importantes actividades culturales y de un Foro Empresarial árabe-sudamericano.

Los países de América del Sur comparten, desde sus orígenes coloniales, muchos rasgos culturales con la milenaria civilización árabe, transmitidos a través del conquistador español. La distancia geográfica y los avatares históricos nos llevaron por caminos diferentes durante la etapa de formación de los respectivos Estados-Nación. Pero en la actualidad esos caminos de la historia son convergentes, ya que ambas regiones comparten el mismo interés por el desarrollo económico, por la preservación del medio ambiente y por el diálogo intercultural, como medios para consolidar la paz mundial, a la que aspiran por igual.

Adicionalmente, las dos regiones vienen registrando progresos económicos y técnicos importantes, que pueden enriquecerse con el intercambio recíproco de comercio e inversión en sectores claves, tales como el manejo de recursos hídricos, la agricultura y alimentación, la energía y la infraestructura en los transportes, las telecomunicaciones y el turismo.

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