Uruguay. El paisito marca el camino

Mariátegui
21/12/13 

Por Gerardo Szalkowicz. Uruguay se convirtió en el primer país en legalizar la producción y consumo de marihuana, marcando un nuevo paradigma y una ruptura histórica con las políticas punitivas y de combate al narcotráfico. Junto al aborto y al matrimonio igualitario, ´el paisito´ ratifica su tradición pionera en materia legislativa.

Entrada la noche del pasado martes -justo el Día Internacional de los Derechos Humanos-, el Senado uruguayo dio luz verde al proyecto de ley que establece "el control y la regulación por parte del Estado de la importación, exportación, plantación, cultivo, cosecha, producción, adquisición, almacenamiento, comercialización, distribución y consumo de la marihuana".

La iniciativa, inédita en el mundo, había sido presentada en cadena nacional por el presidente José Mujica el 19 de junio de 2012 y aprobada en Diputados el 31 de julio pasado. Con la promulgación por parte del mandatario este viernes, la ley ya entra en vigencia y se prevé sea reglamentada en los próximos 90 días.

El país oriental alimenta así su tradición pionera en materia de derechos individuales. En octubre de 2012 se había convertido en la segunda nación latinoamericana en despenalizar el aborto (Cuba lo hizo en 1965) y en mayo de este año legalizó el matrimonio igualitario, hasta entonces sólo avalado en Argentina y en la Ciudad de México.

Pero ampliando la mirada al siglo pasado, hay otros tantos antecedentes de su impronta vanguardista. Uruguay fue el primer país en aceptar el divorcio por la sola voluntad de la mujer (1913) y en instalar el voto femenino (1927). También fue uno de los primeros en abolir la pena de muerte, en 1907, y en establecer la jornada laboral de ocho horas.

Vamo´ arriba la Celeste

La ley, mediante la cual el Estado asume el control de toda la cadena de producción y distribución de la marihuana, busca arrebatarle el mercado al narcotráfico. Prevé la creación del Instituto de Regulación y Control de Cannabis (Ircca), que funcionará en la órbita del Ministerio de Salud Pública y controlará las plantaciones, el cultivo, la cosecha, producción, acopio y expendio.

Permite el autocultivo personal (con un límite de seis plantas o una producción máxima de 480 gramos) y el cultivo en clubes de membresía (con 15 a 45 socios y un número de plantas proporcional, con un máximo de 99).

Además, se otorgarán licencias de expendio de cannabis psicoactivo a las farmacias. Quienes compren allí -mayores de 18 años y residentes en el país- deberán inscribirse en un registro de usuarios y podrán comprar un máximo de 40 gramos mensuales.

Experimento charrúa

"Hay que tener audacia y buscar otros caminos ante un problema que nos tiene agarrados", reflexionó Mujica tras la aprobación. Y pidió que "el mundo nos ayude a hacer esta experiencia, que nos permita adoptar un experimento sociopolítico frente a un problema tan grave como es el narcotráfico".

El presidente uruguayo también expresó que "Einstein decía que no hay mayor absurdo que pretender cambiar los resultados repitiendo siempre la misma fórmula. Por eso nosotros queremos probar otros métodos. Sabemos que nos internamos en un camino donde no hay una universidad que nos diga qué hacer. Comienza un largo proceso que demandará trabajo, porque hay que algunas cosas donde no existe experiencia y, por lo tanto, hay que crear mecanismos. ¿Que vamos a tener dificultades? Seguramente, pero mucha mayor dificultad representa la cantidad de muertos que tenemos hoy por causas vinculadas al narcotráfico".

Por su parte, el presidente de la Junta Nacional de Drogas, Julio Calzada, informó que la venta de marihuana en las farmacias comenzará en el segundo semestre de 2014. E insistió en que el gobierno no está liberalizando el mercado sino que está regulando uno que ya existe: "Se trata de establecer un conjunto de herramientas que permitirán a las autoridades dar cuenta de un mercado que hoy está en manos de las organizaciones criminales".

Calzada marcó otro aspecto interesante de la iniciativa: "Hasta ahora lo que hubo en el mundo es la ´guerra a las drogas´, que significa que combate la Policía o el Ejército. Entonces la droga es una cuestión policial o militar. Lo que nosotros estamos haciendo es considerarlo una cuestión de salud y, por lo tanto, estamos en una política de reducción de daños que no es necesariamente un tema policial".

Por su parte, Diego Cánepa, secretario de la Presidencia, señaló que "las farmacias venden drogas que son muchísimo más duras y adictivas que la marihuana". Y agregó: "Está comprobado que es mucho más difícil para un Estado controlar un mercado ilegal que uno legal. No queremos cometer los mismos errores de los que nos dicen que la solución es lo que se hizo hasta ahora pese a que los resultados nos dicen sistemáticamente lo contrario".

Con la materialización de esta legislación, Uruguay desafía las doctrinas represivas establecidas en el protocolo sobre fiscalización internacional de drogas de 1948 y la convención única sobre estupefacientes de 1961.

Sin dudas, plantea un nuevo paradigma y un punto de inflexión en materia de políticas de drogas, abandonando el prohibicionismo y las estrategias punitivas. Mientras en buena parte de la región el debate sobre la despenalización de la marihuana empieza a caminar con más fuerza, el pequeño país recostado sobre el Río de la Plata aparece como el faro que va marcando el rumbo.

Comentarios