Honduras: No hay nada que negociar salvo la caída de los golpistas


Carlos Aznarez / Mariátegui
Foto: VTV
13/07/09

Algunas reflexiones obligadas sobre las “conversaciones negociadoras” que se están realizando en Costa Rica con el mediador Oscar Arias como anfitrión:

Antes que nada, decir que Arias no puede ser mediador de nada importante. Y lo que está ocurriendo en Honduras es más que eso, ya que el golpe fascista producido contra el presidente legitimo Manuel Zelaya y el pueblo hondureño afecta a toda Latinoamérica.

Ya se sabía que Arias tiene una larga historia de cretinismos. A saber: a) participando en encuentros con dirigentes de la derecha mundial (entre los que sobresalía el ex presidente español José María Aznar) para acordar medidas de contención al “terrorismo” y vinculando con esa figura a los movimientos sociales latinoamericanos; b) ser uno de los grandes impulsores del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos.

Pero si eso no alcanzara, sólo basta observar las filmaciones de lo que fue la reunión de este jueves en San José. Los gestos de congratulación, los abrazos y hasta los besos que repartieron Arias y su esposa con el presidente golpista Micheletti durante las llamadas “negociaciones” . Incluso, para afrenta de quienes están reclamando en el mundo por la restitución del presidente legítimo en Honduras, es bochornosa la presencia del mandatario costarricense al lado de Goriletti, con rostro complaciente y legitimador , mientras el trogloldita hondureño leía un comunicado reafirmando su idea de que no va a abandonar el gobierno y reiterando que el proceso electoral de noviembre sigue su curso “normal”.

¿Por qué insistir en este señalamiento de Arias? Simplemente, porque creemos que esta mediación está invalidada de entrada y fue impuesta ni más ni menos por el imperialismo norteamericano para conducir el enfrentamiento contra el golpismo a un callejón sin salida.

Esto es lo que percibe con total claridad la resistencia popular que durante semanas ocupan las principales calles de Honduras. No hay nada que negociar con los golpistas salvo que se vayan del lugar que ilegítimamente han ocupado. Por más que el señor Arias y sus mandamases gringos sigan insinuando “reconciliación” y “deponer los enconos mayores”, lo que se está jugando en esta prueba de ensayo imperialista es mucho más importante que las palabras huecas que puedan decir los que fingen mediar y por detrás apoyan a sus oligarquías locales.

En Honduras, en cambio, el pueblo habla con voz muy clara y en ese sentido ese “comando unificado de la resistencia” que es el Frente Nacional contra el Golpe de Estado que coordina las acciones populares en todo el país, lo ha expresado con toda contundencia en un documento que le acercaron a Mel Zelaya varios de sus delegados que viajaron a San José: "Rechazamos la posibilidad de la legitimación de las autoridades de facto y reafirmamos que la única salida aceptable es el regreso al orden institucional". Y no dudaron de englobar en esta declaración la advertencia de que para los que asesinaron al joven Obed Murillo y a otros manifestantes, los que secuestraron al presidente Zelaya y golpearon a varios dirigentes populares, los que mantiene al país al vilo del toque de queda, no pueden quedar impunes y merecer (como se insiste en círculos ligados a los EEUU y a los “mediadores”) una amnistía por sus actos criminales.

Como bien dijera un manifestante que este jueves bloqueaba la carretera internacional en Honduras: “Este proceso que estamos haciendo en la calle no tiene retorno, de aquí no salimos hasta que vuelva Zelaya y si alguien intenta burlar la voluntad del pueblo, se tendrá que enfrentar con nuestra rebeldía”.

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