Perú: Patria Libre, Apología e Hipocresía


Roque Gonzáles La Rosa / Mariátegui
27/07/09


Víctor Mayorga fue uno de los parlamentarios que mas resueltamente denunció el caso de las 7 personas arbitrariamente detenidas en Aguas Verdes en el sicosocial que urdió Octavio Salazar y su ayudante el ministro del interior Luis Alva Castro en febrero del 2008. Como ninguno de sus colegas Mayorga visitó a los detenidos en los penales donde se encontraban, sabiendo que uno de ellos había sido militante del MRTA lo apoyó públicamente defendiendo el derecho de toda persona a asociarse libremente para hacer política. Sorprende entonces, no el carga montón en su contra que le han armado desde la derecha e incluso desde sectores de su partido a partir de la conferencia de prensa en la que Patria Libre denunció el acoso policial de sus actividades, sino más bien la manera en que Mayorga ha reculado posiciones optando por darse de sorprendido, antes que plantarse serenamente en el derecho, su derecho, de permitir la expresión pública y abierta de las diversas formas de pensar políticamente y de entender el pasado reciente.

La figura de apología es tan vaga e imprecisa, rayana en la libertad de expresión y conciencia que en pocos países hoy se sostiene como figura penal, a punta de repetirlo los medios nos han hecho creer que los militantes de Patria Libre dedicaron su presencia en el congreso a elogiar a Néstor Cerpa Cartolini, el periodismo nos exoneró entonces de escuchar por nosotros mismos lo que en realidad de parte de los militantes de Patria Libre fue una simple constatación histórica ,Néstor Cerpa Cartolini fue un líder obrero, dirigente como tal de uno de los hitos de la lucha sindical en nuestro país como fue la toma de la fábrica de Cromotex que costó la vida de muchos de sus compañeros el año 79, hecho considerado por Alberto Flores Galindo en su Tradición Autoritaria como uno de los muchos prólogos de lo que será luego el conflicto interno que sacudió nuestro país. Señalar esto es tan solo una constatación con la que comulga la sociología y la historia, no es apología de nada. También se constata históricamente que el proyecto insurgente del MRTA culminó, que sus líderes han enrumbado sueños y yerros por nuevos caminos, nuestro continente constata que las otroras guerrillas pueden convertirse en alternativas democráticas de poder, evidentemente no con discursos testimoniales como los de Patria Libre, autoreferenciales, enfocados en el pasado, no es que tampoco a partir de nuestra historia podamos demandar un espacio sino lo sabemos nutrir de propuesta y amplitud.

La sociedad peruana sostiene un discurso sobre la reconciliación cargado de hipocresía, celebró la llegada del ex preso político, vinculado al MRTA Yehude Simon al premierato en tanto lo hacia desde la derecha, reconvertido al centrismo; condena el intento de reinserción de los ex alzados en armas si es que estos aun preservan elementos de su identidad, de su historia; no hay reconciliación con dignidad, el derrotado lo debe ser totalmente, debe despojarse, hay que arrancarle hasta su memoria.

La intolerancia no es solamente una línea de acción del régimen aprista, se cobija también en la izquierda que se reserva el derecho de admisión a sus magras filas previa autocrítica o deslinde con nuestros pasado a los que tomamos parte del conflicto interno, se reproduce entre los opositores que entre conciencia y cálculo optan por el yo no fui, y se ensaña con quienes teniendo todo el derecho de plantear viejos sueños en nuevos escenarios no alcanzan a superar el discurso auto referencial e identitario.

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