En Sudamérica los espacios que deja EE.UU. los va ocupando Brasil / Entrevista a Raúl Zibechi


Yásser Gómez / Mariátegui
15/06/10


El Encuentro de Saberes y Movimientos Sociales realizado en Lima tuvo como uno de sus expositores a Raúl Zibechi, periodista uruguayo e investigador de los movimientos sociales. Mariátegui. La revista de las ideas conversó con él sobre el tablero geopolítico de América Latina, el papel de Brasil como subimperio, la relación organizaciones sociales-gobiernos progresistas y la importancia de la aparición de la resistencia popular en Honduras.

- ¿El rol de Brasil como sub imperialismo en la región se ha incrementado en el gobierno de Lula? ¿De qué forma se expresa esta posición dominante en el continente?

- La idea de sub imperialismo fue formulada hace más de treinta años -cuando todavía estaba la dictadura militar en Brasil- por Rui Mauro Marini. Su idea era que Brasil era un espacio donde las multinacionales del norte la utilizaban para hacer negocios con otros países de la región, esa idea me parece muy intersante pero ahora no se puede utilizar de la misma forma. Porque lo que sucede hoy es que lo que se expande fuera de Brasil es el capital brasileño, si tu miras la IIRSA que básicamente une Pacífico con Atlántico en grandes corredores. 1.- Quienes la construyen son en lo fundamental empresas brasileñas financiadas por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BANDES) que es el banco de fomento estatal más grande del mundo. Y beneficia sobre todo al comercio de la principal potencia de la región que es Brasil, que necesita corredores para sacar sus productos industriales y comodities hacia Asia e importalos de ese continente.

Tenemos que tener en cuenta que hoy el Pacífico desplazó al Atlántico como el nudo del comercio mundial, durante quinientos años lo fue el Atlántico ahora es el Pacífico, ese es un cambio estratégico de larga duración. 2.- Hay una gran cantidad de empresas multinacionales de capital brasileño -llamadas multilatinas- que están jugando un papel importante en la región y en el mundo, Petrobras es el caso más evidente pero también Vale do Rio Doce, algunas estatales otras privadas, Petrobras es a medias, tiene una mayoría del Estado, es la cuarta petrolera del mundo en este momento.

Por supuesto estas empresas se expanden por la región, ya han tenido conflictos. Petrobras en Bolivia, Odebretch en Ecuador con el asunto de una represa que la construyó mal al punto que fue expulsada por el gobierno de Correa. Y muchas otras empresas que el Estado brasileño aún siendo de capital privado las capitaliza, las moderniza, las fusiona, grandes empresas como fue la de alimentación Savia y Perdigao que crearon Brasil Foods que es la segunda empresa multinacional del mundo en facturación de alimentos.

Ahí tienes lo que Lenin llamaba uno de los razgos del imperialismo, exportación de capital. Brasil necesita exportar capital porque el marco nacional no es suficiente para hacer buenos negocios, tienes que ir más allá de tus fronteras y muchas de las inversones que hace Brasil en la región son bienes comunes; petróleo, gas, minería, además de la infraestructura. 3.-Brasil comanda la MINUSTAH -misión internacional militar en Haití-, tiene la mayor parte de los soldados, además le corresponde la dirección militar y política. Entonces ya no sólo es exportación del capital, sino el segundo razgo del imperialismo que es la ocupación.

Brasil es una gran potencia, se calcula que en la próxima década va a terminar ubicándose como la quinta potencia del mundo, serán China, EE.UU., Japón, India y Brasil, va a desplazar a Alemania, estamos hablando de un país muy poderoso rodeado de un montón de países pequeños o medianos. Y ahí lo que estamos viviendo es un expansionismo del capital concentrado brasileño, de la burguesía brasileña. Como bien dice Aníbal Quijano en uno de sus trabajos: Brasil tiene la única buguesía verdadera de la región. Que tiene un proyecto estratégico, que con Lula se ha incrementado en estos ocho años, pero que ya venía de antes y gane quien gane las elecciones va a continuar. Lula lo que le ha dado es más potencia a este expansionismo brasileño, más direccionamiento y creo que es lo que va a seguir pasando a partir de ahora.

Por eso esta alianza es tan fuerte que muchas de estas multinacionales financia la campaña del PT, financiaron la de Lula, la primera, la segunda elección y ahora un aparte de ellas van a financiar a Vilma. Brasil incluso tiene una disposición militar muy enfocada hacia la defensa de la Amazonía que es de las últimas décadas y muy focalizada la defensa de sus fuentes de energía. Por ejemplo ha hecho operativos militares en la frontera con Paraguay para defender la represa de Itaypú, en Perú está el conflicto con la hidroeléctrica de Inambari. Lo cual indica que los conflictos con Brasil van a crecer, ese expansionismo como siempre sucede va a generar resistencias, roces y problemas.

- Eso en términos económicos. Pero en lo geopolítico Brasil ha tomado una posición de distanciamiento de los EE.UU. en algunos temas como cuestionar las bases militares norteamericanas en Colombia...

- Por un lado hay un declive de los EE.UU. muy fuerte y en la región de Sudamérica la tendencia es a que los espacios que deja EE.UU. los va ocupando Brasil, es una tendencia, que a mi modo de ver es positiva, porque no todo es blanco y negro. Es decir, el crecimiento de Brasil a costa de los EE.UU. equilibra, porque hasta ahora teníamos un mundo unipolar que vayamos a un mundo multipolar es importante, porque se que va a haber un equilibrio mundial y nadie va a ser la potencia.

Eso tiene que ver con las relaciones entre estados. Ahora al interior de los estados eso no resuelve los problemas de los sectores populares, pero me parece positiva como lo es la creación de la UNASUR y del Consejo de Defensa Sudamericano, porque hay un país que tiene la vocación de ser potencia mundial, lo era y ahora está decayendo, que es EE.UU. que considera a América Latina como su patio trasero y ya no lo va a ser, pero es necesario fortalecer la unidad de los países sudamericanos frente al imperio, está muy bien aunque prefiero el ALBA. Es insuficiente, porque en cada país uno lucha por la emancipación, pero me parece muy importante ese nivel de unidad. No es contradictorio, es positivo y Brasil es el que lleva la voz cantante, lógicamente porque es la mitad de la población y de la superficie de Sudamérica y en esa pelea vamos a estar un buen tiempo.

- ¿Cuál es tu balance sobre la relación entre los movimientos sociales y los gobiernos progresistas?

- Ha sucedido que con la excepción de Bolivia y parcialmente de Venezuela, bajo los gobiernos progresistas los movimientos se han debilitado mucho. Porque por un lado los gobiernos resuelven algunas urgencias de las personas como el hambre extrema, hay unas políticas sociales que benefician a los sectores populares. Entonces en los sectores populares y los movimientos hay por un lado, menos urgencia y por otro lado al haber menos necesidad hay más dificultad de los movimientos para organizar a todos esos sectores. Además ha habido unas tendencias fuertes a la cooptación de los movimientos, en la medida que algunos gobiernos nombran cuadros de los movimientos en cargos de gobierno.

Esta es una tendencia que es inevitable que no depende de los movimientos, pero que si uno observa en los últimos diez años los movimientos se han debilitado, en parte porque sus ciclos de lucha no pueden ser permanentes. Y porque la política de los gobiernos progresistas para estabilizarse como gobiernos ha sido aplacar el conflicto social. Entonces también esto es contradictorio porque tiene aspectos positivos: que la gente se alimente mejor, tenga mejor salud, educación, pero a su vez no se resuelven los problemas de fondo.

Porque la característica de los gobiernos progresistas es que no han producido cambios estructurales, entonces el neoliberalismo sigue y me estoy refiriendo en concreto a Argentina, Chile -cuando estaba la Concertación-, Paraguay, Uruguay, Brasil y Ecuador que tiene esa dualidad, porque continúa el extractivismo, la minería y hay un fuerte enfrentamiento con el movimiento indígena.

En los casos de Bolivia y Venezuela creo que son escenarios más abiertos, porque los gobiernos siguen con el extractivismo pero están buscando ir a otro lugar para industrializar los productos como el gas, el petróleo y también los gobiernos necesitan a los movimientos, porque en esos países las derechas quieren derrocarlos.

- Relacionando esto con que en los últimos tiempos gobiernos de derecha están llegando al poder como en Panamá, Chile ¿Cómo influye esto en debilitar o fortalecer los movimientos sociales?

- Hay un reposicionamiento del imperio en la región y de las derechas, durante los ocho años de George W. Bush el imperio estuvo muy ocupado en Afganistán e Irak, hoy ha visto que ha perdido terreno en la región entonces intenta recuperarlo, las bases militares en Panamá, Colombia, el fortalecimiento de las derechas también tiene que ver con esto, el golpe en Honduras, la ocupación de Haití. Hay una disputa cada vez más intensa regional de los EE.UU. que quierea fianzar su hegemonia en el Caribe y Centro América por eso la invasión a Haití, las bases militares en Panamá, el golpe de Honduras y tiene un grave problema en México donde la guerra con el narcotráfico la está perdiendo el gobierno de Calderón.

Entonces aquí hay un escenario móvil, hubo retirada de las derechas y del imperio, ahora una mayor presencia y en los próximos dos, tres años se va a terminar de configurar un escenario cuyo punto de equilibrio puede ser las elecciones en Brasil en octubre de este año. Si gana la derecha es un problema desde el punto de vista regional aunque la interna de Brasil mucho no va a cambiar -sabemos que entre Lula y Serra no hay grandes diferencias-, pero en el escenario imperio-región una derrota de Vilma sería un punto fuerte a favor de la ofensiva del imperio.

- En Honduras a partir del golpe de estado provocó la aparición de un movimiento social más orgánico...

- Honduras ha sido durante la guerra centroamericana una base militar de los EE.UU., eso no cambia de la noche a la mañana, no va a pasar a ser un país rebelde. Se han abierto espacios, veo como que puede ser el principio de un cambio en Honduras que no va a ser rápido, pero el golpe de estado ha removido cosas y se la ha clarificado a una parte de la población de que se trata esta historia. Creo que podemos entender la situación interna de Honduras como un despertar, me parece que no va a haber una cosecha rápida, pero es muy interesante. Porque los cambios que se den en los lugares que controla mucho el imperio son importantes.

Por ejemplo, en este momento un cambio en el mismo Honduras sería importante, en México, Colombia o Perú aunque no está nada fácil, pero sí, el crear problemas en esos lugares donde los tenían muy sólidos sería muy importante. De todos modos creo que se va dibujando en general un escenario regional a corto plazo de afianzamiento de Brasil y de algunos países que lo rodean Bolivia, Argentina, Paraguay, Uruguay, Venezuela y Ecuador tal vés. Después el afianzamiento de Colombia, Perú y de toda la región centroamericana hasta México y el Caribe. El continente queda de alguna manera a dos aguas como partido y creo que a corto plazo ese escenario que es el de hoy, no se va a modificar.

Pero -volviendo a lo de Honduras- que se abran grietas en el tablero del otro es muy importante, por eso lo que pueda ocurrir en Honduras tiene una trascendencia importante, hay que seguirlo. Es difícil que pueda haber cambios en Honduras. Esos cambios en el territorio controlado por el enemigo es difícil que sean electorales, porque están muy afianzadas las maquinarias de la derecha y el clientelismo. Tendría que ser insurreccionales como fueron en Bolivia, Ecuador, Venezuela o en Argentina incluso. Esos cambios donde la derecha está bien afianzada, tiene que ser un movimiento de abajo que lo desarme. Ellos tienen los mecanismos electorales muy aceitados, es muy difícil que la izquierda pueda ganar y ustedes aquí en el Perú lo tienen bien claro.

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