¿Y si se enfrentan Corea del Norte y Corea del Sur en el Mundial Sudáfrica 2010?



Germán Gonaldi / APM - Mariátegui
Fotos: Reuters / AP
19/06/10


Una, la del norte, comunista, otra, ultracapitalista y pro occidental. Ambas naciones se amenazan con una guerra por un incidente no esclarecido en la frontera marítima. Estados Unidos mete la cola y China mira desde cerca. ¿Y si mejor dirimen sus diferencias en el verde césped?

Es muy improbable, pero acaso, por los caprichos del fútbol en una de las semifinales del Mundial de Sudáfrica a punto de comenzar, se enfrenten las selecciones de Corea del Norte y Corea del Sur, países divididos por el paralelo 38 desde el año 1948 cuando en los comienzos de la guerra fría ésta península asiática fue disputada por estrategias geopolíticas de Estados Unidos de Harry Truman, la Ex Unión Soviética de Stalin y la China de Mao Tse Tung.

Por estas horas, es más probable que el enfrentamiento sea real y no precisamente en una cancha de fútbol, sino en el campo de las armas, ya que desde las dos naciones se agitan sospechas y clamores de guerra por un incidente no esclarecido en el Mar Amarillo, el más grave desde el fin de la guerra en 1953.

El pasado 26 de marzo una corbeta del Corea del Sur naufragó provocando la muerte de 46 marinos. Una reciente investigación internacional acusa al régimen norcoreano de haber bombardeado el barco en una zona marítima en disputa, pero los funcionarios de Pyongyang lo niegan, alegando que “fabricaron” las pruebas.

Incidentes de este tipo no hacen más que ahondar las profundas diferencias ideológicas a ambos lados del paralelo 38. Tienen sistemas de vida muy distintos y hasta llegan a la cita futbolera con distintas expectativas.

La cultura, la historia, el legado y el linaje étnico los unen pero en la política y en el fútbol, las dos Coreas son polos opuestos. Los del sur son aliados a Estados Unidos y al mundo occidental y los del norte son un régimen comunista, muy cerrado hacia el exterior de sus fronteras, cuyo único apoyo proviene de la potencia emergente China.

En Sudáfrica, los “Guerreros Taeguk” surcoreanos jugarán su séptimo mundial consecutivo, desde su primera experiencia mundialista en aquel México ‘86, pasando por su mejor actuación en su historia: el glorioso tercer puesto en Corea - Japón 2002. Ahora sus expectativas son las de pasar a octavos de final pero deberán luchar por un puesto con Grecia, Nigeria y la Argentina de Maradona y Messi. Complicado pero posible, y si pasan de ronda, nunca se sabe en este tipo de competencias.

Por su parte los jugadores de la República Popular de Corea ya “están hechos” con haber llegado a un mundial luego de 44 años, ocasión en que derrotaron a Italia 1 a 0 y sorprendieron al mundo al pasar a cuartos de final. Después de aquel Inglaterra `66 se contentarán con algún triunfo en un grupo G muy complicado: nada menos que ante la favorita Brasil, la peligrosa Portugal y los elefantes de Costa Marfil. Muy difícil para el equipo que dirige Kim Jong-Hun.

La vida de un surcoreano es muy distinta a la de su vecino septentrional.

En la moderna capital surcoreana, Seúl, abundan y brillan los aparatos electrónicos de última tecnología, alimentos de todo tipo y sofisticados productos que lo llevan a tener un estilo occidental. La influencia cultural y económica estadounidense es evidente y los surcoreanos no reniegan de ello, al contrario, se sienten libres. Pero la represión a movilizaciones sociales son hechos muy habituales.

Si vamos más allá, al plano de lo estratégico político, históricamente Estados Unidos sostiene la economía a Corea del Sur como barrera de contención a la influencia soviética y china. Es el aliado político numero uno para Seúl.

Del norte de la península poco se sabe, porque la información está sistemáticamente bloqueada por las autoridades del régimen comunista. No se permite el uso de celulares a sus habitantes, tampoco el uso de Internet. Tiene grandes problemas para alimentar a su población, sólo produce arroz que no alcanza para todos. Su único sostén económico viene de China que la provee de alimentos, pero aun así se sospecha que hay grandes hambrunas. Eso sí, es una potencia nuclear mundial y poseen la bomba atómica.

Se estima que Corea del Norte es el país mas cerrado del mundo. Es muy difícil conseguir información fidedigna. Gobierna el jefe del Partido de los Trabajadores Kim Jong-Il, hijo del “presidente eterno” Kim Il Sung, “fundador de la patria” en 1945, bajo una filosofía ideológica Juche, una desviación del marxismo leninismo mezclada con nacionalismo que le da a las masas, en la teoría, el protagonismo de la construcción de la revolución.

Una comparación rápida de las dos Corea da una idea de las diferencias entre ambos países. Según el portal Wikipedia, “El impacto de la desnutrición prolongada ha llevado que la estatura promedio de los hombres sea 8 cm menor en Corea del Norte que en Corea del Sur. La diferencia en la expectativa de vida es de 12 años a favor de Corea del Sur. El Producto Interno Bruto (PIB) per cápita estimado en Corea del Norte es de 1.118 de dólares, comparado con 19.751 en Corea del Sur. El comercio exterior de Corea del Norte suma de $ 5.200 millones, mientras que el de Corea del Sur alcanza $ 719.900 millones”.

Un ejemplo de las diferencias irreconciliables se vio cuando Corea del Norte decidió jugar sus partidos de las eliminatorias asiáticas contra su vecina en la ciudad China de Shangai ya que el gobierno de Pyongyang se negó a exhibir la bandera de Corea del Sur y a que se entone su himno, como es habitual en los partidos internacionales.

Los clarines de guerra se agitan con anuncios y hechos que no hacen más que elevar la temperatura entre Seúl y Pyongyang. La semana pasada Corea del Sur realizó maniobras militares en las que participaron miles de soldados surcoreanos simulando una ataque enemigo y para esta semana está previsto que buques de guerra y un portaviones estadounidenses sean parte de un entrenamiento militar antisubmarino, ejercicio que estaba previsto para fines de este mes o principios de julio pero que se adelantó para intimidar a Corea del Norte.

A su vez, en este país el domingo 30 de mayo se manifestaron 100 mil personas en una plaza de la capital para protestar contra Corea del Sur y su presidente, Lee Myung-Bak, al que acusaron de traidor. Pyongyang amenazó con una guerra total si la ONU, a pedido de Seúl y Washington, impone sanciones por el incidente marítimo.

Pasó la guerra entre 1950 y 1953 y desde ese año, las dos Corea están técnicamente en guerra; el conflicto se cerró con un armisticio y no con un tratado de paz. Hoy vuelven los escarceos y juegos bélicos, y las grandes potencias no son ajenas. Los ojos del mundo se posarán sobre ellos si, por una de esas casualidades del fútbol, el 6 o 7 de julio en Cape Town o Durban una nación partida en dos se enfrenta en un Mundial organizado por la FIFA.

Habrá que estar atento a si las gambetas del ídolo surcoreano Park Ji-Sung, del Manchester United inglés, son suficientes para vulnerar a la férrea defensa de los del norte o si el capitán norcoreano que juega en el fútbol ruso desde 2007 Hong Yong-Jo podrá llevar a la gloria a su selección.

En los cuatro partidos disputados para clasificar a Sudáfrica hubo tres empates, y un triunfo de Corea del Sur por la mínima diferencia. Todo muy parejo. Como si fuera un símil de la política, se miran, se cuidan, se amenazan pero nadie toma la iniciativa por temor a la reacción del otro.

Fuese como fuese la contienda deportiva, lo que pedimos humildemente desde estas páginas pre mundialistas es que haya paz y que el enfrentamiento deportivo sirva para unir a una nación que el imperialismo y la política han separado.

ggonaldi@prensamercosur.com.ar

APM - Agencia Periodística del Mercosur

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