Ante las elecciones del 26-S ¿Qué ofrece la derecha venezolana?


Rodrigo Cabezas / Mariátegui
06/09/10


De cara a la elección de los integrantes de la nueva Asamblea Nacional, que se constituirá en el Poder Legislativo de la República en el periodo 2011- 2015, es pertinente interrogarse sobre la oferta electoral que postula la opción política de la derecha venezolana.

Debe suponerse en rigor que los partidos políticos tienen un programa que ofertar, una visión o proyecto de país por el cual invitar a luchar o asumir para construir el futuro. La oposición carece de aquello. Su agenda se mueve entre participar en procesos democráticos y preparar una salida de fuerza contra el gobierno legítimo de Hugo Chávez. No son una opción auténticamente democrática. Sus líneas políticas se las dictan desde el exterior intereses transnacionales y en el país son simples actores de reparto de los dueños de medios de comunicación que han “jurado” salir del Presidente y “parar” la revolución bolivariana. Por ello de nuevo se les ve criticar al CNE, poner en duda su imparcialidad y negarse a comprometerse a respaldar el resultado que emane de la voluntad popular, sea cual fuere este, tal y como ya lo ha anunciado el presidente Chávez y el PSUV.

El diseño de su política se sustenta en el odio y la venganza. Quieren la mayoría parlamentaria para linchar políticamente al chavismo, para enjuiciar al Presidente, para detener el proceso de cambio por la vía de la ruptura política. Su agenda la alimentan con el anticomunismo que raya en lo burdo y estupido. Es el mismo argumento o cuartada utilizada en las décadas de los años sesenta y setenta del siglo pasado para satanizar o desacreditar el proyecto de sociedad socialista que levanta la izquierda venezolana. Al utilizar de manera oficial y frontal a la jerarquía de la iglesia católica pretenden darle contenido religioso a las infamias contra el gobierno bolivariano y su proyecto de sociedad igualitaria. Asemejar la propuesta socialista bolivariana al periodo estalinista o al régimen de partido único es una falta de rigor intelectual de una derecha en mengua.

La propuesta legislativa de la derecha apenas si se asoma a enunciar o presentar varias leyes sin darle contenido, es decir, sin referirse a las consecuencias sociales políticas o económicas que de ellas se derivarían. Acá esta el trasfondo que devela a quien le sirve la derecha venezolana. Cuando abordan el tema de la defensa de la propiedad privada no pueden ocultar que se trata de la preservación de la concentración y centralización del capital que supone la existencia de monopolios y oligopolios que tiranizan a los ciudadanos con márgenes de ganancia y fijación de precios de bienes necesarios arbitrariamente. O bien el restablecimiento del latifundio en el campo, la pesca de arrastre para una minoría o canales de distribución de alimentos en manos privadas capitalistas.

Cuando critican a la nueva PDVSA por su rol social o resultados financieros subyace el cuestionamiento a la política de soberanía petrolera que líquido el proceso de privatización y entrega de nuestra riqueza petrolera. Me pregunto: ¿Se atreverán los diputados de derecha a proponer una modificación de la ley que nacionalizo la faja petrolífera del Orinoco en 2007? ¿Se aventuraran a sugerir la reforma de la Ley de Hidrocarburos para que las transnacionales paguen 1% del impuesto de regalía como en la década del noventa y no el 30% de ahora? ¿Exigirán que Citgo no pague dividendos a su accionista principal como en el pasado y que reciba descuentos en la venta del barril petrolero como lo avaló la meritocracia petrolera entreguista?

Al referirse al control del presupuesto de la nación cuestionaran que este sea el gobierno de America latina que destina el mayor porcentaje del presupuesto del gobierno central al gasto social y no al pago de deuda como en los gobiernos de AD y COPEI. ¿Volverían a repetir el decreto de liquidación del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) como en 1996? Reinstauraran los créditos indexados y la cuota balón que expropiaban las viviendas y los vehículos de las familias de clase media por medio de la usura bancaria?

La derecha venezolana no tiene proyecto de país. Su receta camuflada, vergonzosamente escondida sigue siendo el neoliberalismo de mercado que achica el Estado, privatiza las riquezas, apertura indiscriminadamente el comercio y privilegia al capital por encima del trabajo. Nada nuevo ofrece la derecha venezolana de este siglo; por lo menos al finalizar el siglo pasado tenían el valor de defender los paquetes económicos neoliberales. Los mismos viejos actores, los mismos viejos intereses. Solo que ahora esconden en el anticomunismo y su sed de venganza su subordinación al consenso de Washington. Son la antihistoria.

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