Los orígenes del estructuralismo, el aporte de Claude Lévi-Strauss y la antropología estructural


Periódico Humanidad / Mariátegui
06/09/10


Habría que empezar este análisis del discurso estructuralista reconociendo la problemática que se deriva del hecho de ser una teoría con orígenes científicos consistentes, es decir, surgida en la actividad científica como producto histórico definido[1] y desde dicho desarrollo y presencia dirigida al ámbito de las discusiones propiamente filosóficas[2]. Creemos que esto no impide la especulación ni el debate y si más bien proporciona limites y parámetros estables desde los cuales conducir el dialogo. Esta constatación de la precisión y la objetividad es un pequeño homenaje a Claude Lévi-Strauss, fallecido hace unos meses (2010) concluyendo una vida entregada al intelecto, el estudio y la producción teórica.

El estructuralismo alcanzó en la obra de Claude Lévi-Strauss su mas alto nivel de fundamentacion y claridad. Su originalidad consistió en intentar una sistematización realmente científica y rigurosa de los estudios de los productos socio-culturales. Si bien sus paradigmas científicos eran las ciencias naturales y tuvo formación en derecho y filosofía, fue en el ámbito de la antropología cultural, con el análisis de las construcciones sociales[3] entendidas como lenguajes articulados con lo que realizo un aporte critico a la civilización occidental del siglo XX y un soporte coherente a las criticas de la modernidad y la hegemonía del capitalismo, entendido como referente y modelo de vida y construcción de identidades.

Para el discurso estructuralista, tanto el desarrollo del ser humano como especie gregaria, como el de los individuos determinados está regulado por constantes que sustentan y determinan su actuar y su vivir. Siendo esto así, el hombre es una construcción[4] más que un constructor y el mundo en su devenir es más presencia objetiva que magia e ilusión. Nuestra psyche es la consecuencia de nuestras disposiciones fisiológicas en interacción permanente con la realidad que trabajamos y que elaboramos con la palabra. Esta capacidad nuestra, auténticamente humana se manifiesta en la elaborada construcción de sentidos, en la organización de nuestros contextos y de nuestro vivir solidario, aún en el caso de los grupos humanos de cultura material poco desarrollada y de estadio social arcaico y salvaje.[5]

El estructuralismo es una practica, una actividad, enmarcada en la ciencia no como técnica, sino como trabajo analítico, como examen riguroso de procesos y problemas, fenómenos y situaciones que ameritan esclarecimiento y ser catalogados y sistematizados organizadamente en el quehacer humano y su contemplación teórica. Surge como respuesta al natural desgaste de metafísicas discapacitadas para responder a las interrogantes del hombre contemporáneo y su mundo tecnologizado y autoconsciente.[6]

Podemos afirmar que esta radicalización de la objetividad[7], planteada por el estructuralismo, es lo que nos hace sujetos realmente libres, sin exageraciones, ídolos ni dramas. Esta reconstrucción mental, teórica, discursiva y textual nos ubica en el mundo de los objetos reales y los entes ideales con plena autoconciencia de nuestras potencialidades humanas y nuestra finitud de mortales. Así la visión científica contribuye a formar nuestra moralidad y nuestro sentido estético sin dejar de cumplir su rol de búsqueda del saber y la verdad. En cuanto a su papel especifico como ciencia[8], como saber organizado, solo el compromiso con el nivel experimentable de la realidad, aquel donde se desenvuelven las personas y las comunidades le da la coherencia necesaria a su acción. Esto no impide el otorgar un rol al azar y la imperfección, propios del inacabado universo material. Esto también permite el librarse de la autoritaria tradición metafísica euro centrista y antropocentrista con lo que se abren las posibilidades para múltiples maneras de entender y asumir el mundo, multiplicidad que en la tolerancia, el respeto y la solidaridad genera un nuevo y distinto rol para el hombre.

No deja de ser interesante que sea la misma ciencia experimental en el siglo XX la que constate la riqueza de la variedad de los modos de vida sociales y humanos[9] y que el paradigma europeo y occidental es solo un modelo entre otros, que le debe su prestigio y difusión al control del capital, de los medios de producción y de la tecnología comunicacional. Este giro copernicano coloca al hombre occidental al mismo nivel que sus pares australianos, tibetanos, ashaninkas o pigmeos. Si la guerra es la culminación y el sentido de la cultura occidental, ¡bienvenido sea el cambio de paradigma y la aceptación del verdadero reflejo del hombre en el espejo de la teoría científica!. Curiosamente, podríamos llegar a concluir que el occidente humanista con su cultura de la diferencia de clases, de sexos, de generaciones y grupos étnicos, es el que vive precisamente en la barbarie y con un nuevo paradigma científico[10] podríamos asimilar los aportes que la diversidad del colectivo humano no occidental podría alcanzar. Un mundo sin ídolos ni nocivas ilusiones en que la ciencia no sea una herramienta de opresión y mentira sino la construcción de sociedades libres y dinámicas, conscientes de su finitud y con ello, de su valor.

Tenemos en la historia del arte, con los impresionistas del siglo XIX y con los abstraccionistas y cubistas de comienzos del siglo XX un interés por hacer de la forma[11], el elemento primordial de la creación. Así también, el estructuralismo se concentra no en los elementos aislados sino que asume que son las estructuras de lo existente, en tanto configuración formal de los procesos, aquello que determina y define lo real. Es el orden impersonal y lógicamente verdadero lo que constituye el valor de este hipertexto que es el mundo, hipertexto del que formamos parte y del que nos distanciamos parcialmente para comprenderlo.

El valor de la comunicación[12] reside tanto en la carga semántica que posee como en el nexo mismo que establece entre los miembros de la comunidad por el hecho mismo de existir. Este postulado nos permite comprender como la certeza del planteamiento estructuralista es certera y encuentra un correlato favorable en el mundo contemporáneo, un mundo en que la significación, el sentido, lo comunicable, etc, son elementos de la vida misma sin los cuales nuestro mundo seria un desierto silencioso y oscuro, habitado por sombras siniestras y mudas. Este valor de la comunicación se ve reafirmado si tal como afirma el estructuralismo estamos ante sistemas elaborados de modo consistente[13], que en su propio devenir, qué es el de la especie humana, han desarrollado aquellas cualidades que lo hacen indistinguible de lo propiamente humano. Si es que existe un alma, ésta alma es la mente y si es que existe el espíritu, éste es el desarrollo colectivo de las sociedades humanas que en la inteligibilidad, la comprensión, el diálogo y la critica identidad se construyen y elaboran.

El estructuralismo parte de la premisa del valor semiótico de los procesos sociales[14]. Esto a modo de constatación, sosteniendo que la ciencia no es un discurso arbitrario que se construye de modo animista o mágico, sino que responde con lógica verdad a la real constitución del mundo. Si esto es así, el científico tiene como herramienta básica su capacidad analítica y critica, así como su imaginación para reconstruir mental y textualmente dicha realidad. Este valor de las relaciones, de las combinaciones y de los limites paradigmáticos es uno de los principales elementos que otorgan rigor científico al discurso estructuralista. Si la lengua es el elemento que cohesiona las sociedades humanas, de ello podríamos deducir, como hace el estructuralismo, qué es en su estructura profunda donde podríamos rastrear el elemento innato, propiamente humano que nos distingue de la bestia[15]. Esa conexión de palabra y pensamiento, de soporte y significado y yendo más allá, de texto y sentido, es aquello que nos reafirma como seres libres, dignos y verdaderos en nuestra diversidad de experiencias, orígenes y destinos.

Si la dialéctica era la ciencia mas elevada entre los griegos, si la metafísica lo fue durante mas de mil años en la filosofía occidental, podemos sostener que siendo la filosofía una construcción textual y un discurso positivamente contemplativo, en la actualidad sus valores mas importantes serian el servir como soporte epistemológico de las ciencias y de la praxis social y en un nivel mas profundo, ser instrumento de autocrítica metatextual que reflexione acerca de las propias herramientas del discurso filosófico y científico. Así, uno de los grandes aportes del estructuralismo seria el haber despertado a esta conciencia de la importancia de la reflexión gnoseológica e instrumental acerca del lenguaje[16] y sus capacidades para articular y construir verdades provistas de correlatos tangibles.

Sin embargo, cabe señalarse que pese a la originalidad del estructuralismo, originalidad debida a su origen el ámbito de la ciencia, de modo legitimo se la puede relacionar con la obra de otros autores cuya labor constituyo una contribución tanto en el ámbito de la especulación filosófica como en el quehacer científico[17], tales como el psicoanálisis de Sigmund Freud, o el materialismo dialéctico e histórico de Karl Marx y Friedrich Engels.

Como afirma Kant en la Critica de la Razón Pura, quién desconoce los límites de la ciencia, pretendiendo hacerle un favor, les hace un daño. El valor del estructuralismo reside precisamente en haber surgido como producto de la evolución científica occidental[18] y haber llegado a ser una herramienta de cuestionamiento de ese mismo orden euro céntrico y autoritario. Así, desde la ciencia, en el moderno siglo XX, se ha establecido un discurso metatextual que asume los procesos sociales y culturales con real objetividad científica, desprovisto de metafísicas estériles y que motiva a una real evolución de la ciencia y su praxis, encaminadas hacia el hombre integrado en su colectividad y consciente de su finitud.

Creemos que este denominado antihumanismo estructuralista[19] lleva precisamente, hacia un verdadero humanismo universalista que este más allá del europeismo etnocéntrico e imperialista, un humanismo que no sea privilegio de determinada etnía, clase social o grupo de poder, sino que sea una praxis libertaria compartida por el colectivo humano socialmente consciente y responsable de su labor de construir la verdadera historia de la humanidad plenamente desarrollada. Si esto trae como consecuencia el renunciar a modelos arcaicos y caducos basados en la explotación y la desigualdad, entonces la filosofía y la ciencia habrán asumido su rol y se habrán reconciliado con el ser humano que los creo.

Para Lévi-Strauss, el problema no se encuentra tanto en el análisis del lenguaje[20] que es la estructura básica de la organización humana, sino en las construcciones socioculturales que sin ser lenguaje se organizan como tal. Esta problematicidad del hecho social y del fenómeno humano constituye el desafió permanente del quehacer de los científicos sociales: el acceder a la comprensión de aquello que vamos construyendo y organizando y que se sostiene de modo coherente con nuestras propias concepciones y capacidades innatas. Este reconocimiento del elemento concreto no es un determinismo fatalista, sino el reconocernos como libres[21] en tanto conscientes y decididos en medio de un entorno que nos define en nuestras limitaciones y que existe de modo independiente respecto de nuestros deseos pero que precisamente, mediante la ciencia, la técnica y la tecnología, podemos controlar. La filosofía seria el respiro que flota sobre todo ese movimiento.

[1]“(Estructura) en esencia, es un conjunto de leyes que definen (e instituyen) un ámbito de objetos o de entes (matemáticos, psicológicos, jurídicos, físicos, económicos, químicos, biológicos, sociales, etc.), estableciendo relaciones entre ellos y especificando sus conductas y/o sus formas de evolución típicas” Reale, G.-Antiseri, D., Historia del pensamiento filosófico y científico, Barcelona, Editorial Herder, 1988. p.824

[2] “Los hombres al igual que las piezas de ajedrez o las cartas de una baraja, y también del mismo modo que los entes lingüísticos, matemáticos o geométricos, no tienen significados y no existen fuera de las relaciones que los instituyen, los constituyen y especifican su conducta. Los hombres, los sujetos, son formas y no substancias” Op. Cit, p.824

[3] Levi Strauss en Las estructuras elementales del parentesco (1949) “Empleando el modelo de lingüística (utilizando estadísticas, conceptos y técnicas lógico-matemáticas) Lévi Strauss consigue poner de manifiesto relaciones y estructuras constantes, por debajo de la diversidad y de la distinta complejidad de los sistemas de parentesco” Op. Cit, p.826

[4] “El actuar humano es un actuar regulado por las escasas normas formales que hace surgir el estructuralismo. La historia humana es como un juego de ajedrez, cuyas piezas se mueven de acuerdo con lo que indican las reglas. (…) El estructuralismo pretende captar las reglas que, arraigadas en el espíritu de la humanidad, estructuran no solo las configuraciones de la vida social de los hombres sino también sus productos mentales” Op. Cit. p.828

[5] “El pensamiento salvaje, señala (Lévi-Strauss), no es en absoluto menos lógico que el del hombre civilizado; esto se puede comprobar en las catalogaciones de fenómenos naturales que efectúan los primitivos o en sus clasificaciones totémicas. El pensamiento salvaje es un ordenamiento de la naturaleza que revela una rígida lógica estructural”.Op. cit. p.829

[6] “La actividad estructuralista se apoya en la idea de que los mencionados conceptos (significante, significado, código, sincronía, diacronía, etc.) y otros análogos que se han tomado de la lingüística, no solo pueden servir de cara a las cuestiones filosóficas, literarias, sociales y epistemológicas; parte asimismo del supuesto de que solo desde ese mundo de ideas es posible procurar una solución adecuada a tales problemas”.Broekman, Jan M. El estructuralismo, Barcelona, Editorial Herder, 1974. p.7

[7] “La búsqueda estructuralista del “orden de los fenómenos no equivale a introducir en la realidad un orden preconcebido, sino que exige mas bien una reproducción, una reconstrucción y conformación modélica de esa realidad (que esta regida) por una cierta organización lógica (que) remite a casos de orden y notas comunes de tales fenómenos, que de otro modo nunca podrían reducirse a un común denominador” Op. Cit. p.12

[8] “a)La ciencia solo puede darse cuando se desvincula de la inmediatez de la vivencia…y de la experiencia en general. (…) b) Hay que incluir el estructuralismo entre los modernos empeños científicos que, al nivel de la racionalidad, abogan directamente a favor del irracional enfocado científicamente. (…) c) reconocer la equivalencia de los sistemas lingüísticos estudiados para poner de relieve el carácter sistemático de tales lenguas y de los sistemas de significación vinculados a las mismas. Desde aquí se abrió una oportunidad a la relativización del antropocentrismo y culturalismo occidentales. (…) d) repudio del idealismo filosófico en cuanto que vuelve a tratarse del papel del sujeto… El yo, el sujeto, no es ni el centro de sí mismo ni el centro del mundo, aunque hast5a ahora se había tenido por tal. Semejante centro no existe en absoluto”. Op. Cit. pp.21-23

[9] “a) Los llamados “salvajes” poseen una ciencia de lo concreto que en muchos aspectos supera nuestro conocimiento occidental del mismo. Para hacerse cargo de ello se requiere de una relativizacion -difícilmente realizable- de los propios esquemas del conocimiento, sobre todo, dado que ese saber de lo concreto solo puede hacérsenos comprensible con nuestros medios de e4xpresion. A este respecto las clasificaciones totémicas han de entenderse como realizaciones específicamente científicas y filosóficas”. Op. Cit. p.148

[10] b) La idea de tal método científico universal, es decir, de un funcionalismo generalizable como base para una teoría del espíritu humano, viene provocada por estructuras homologas, que muy a menudo tienen su origen en la actividad no refleja de ese espíritu. La lingüística, la antropología cultural y el psicoanálisis forman así un triangulo metodológico que ha de asumir el papel desempeñado en las ciencias humanas por los viejos principios tradicionales. Existe además la problemática filosófica y epistemológica de que ese triangulo pueda referirse a una totalidad de la practica humana con ayuda de un modelo totalitario construido y estructurado” Op. Cit. p.149

[11] “En el estructuralismo, entendido sobre todo como actividad filosófica, el problema del orden se ha convertido en objeto de la filosofía, y ya no se considera simplemente como su fundamento, como era el caso, por ejemplo en la antigua cosmología rationalis de orientación antológica (…) El complejo de estructura y ordo es tema del paso de una cosmología clásica -de orientación antológica- a una cosmología moderna, para la cual el tema del orden solo puede ser realmente tema mediante la liberación de un orden tomado como base. La cosmología clásica interpretaba el ser como ser. Necesariamente se descuido el tema “mundo” del orden pensado aquí implícitamente, es decir, el carácter de conjunto de todo lo existente.”
Op. Cit. pp. 174-175

[12] (El estructuralismo) se ha originado bajo el supuesto de que las teorías y los métodos de la lingüística estructural son directa o indirectamente aplicables al análisis de todos los aspectos de la cultura humana, en cuanto que todos ellos, como la lengua, pueden interpretarse como sistema de signos. El estructuralismo en este sentido es mas o menos sinónimo, como señala Jonathan Culler, de la semiología o semiótica, la ciencia de los signos, según palabras de Saussure, “au sein de la vie sociale” Robey, David (selección e introducción) Introducción al estructuralismo, Madrid, Alianza Editorial, 1976. p.11

[13] “¿Cuál es, por lo tanto, la tesis central del estructuralismo saussuriano en lo que a la lengua se refiere? En primer lugar, y en su aspecto mas general, consiste en lo siguiente: que cada lengua está cortada por un patrón único y que las unidades que componen las locuciones -mas exactamente, las unidades que identificamos (o postulamos como “constructos” teóricos) en el análisis de las locuciones- pueden identificarse únicamente en términos de sus relaciones con otras unidades de la misma lengua”.Lyons, John: Estructuralismo y lingüística EN: Op. Cit. p.15

“¿Cuál es, por lo tanto, la tesis central del estructuralismo saussuriano en lo que a la lengua se refiere? En primer lugar, y en su aspecto mas general, consiste en lo siguiente:

[14] “La noción de que la lingüística puede ser útil para el estudio de otros fenómenos culturales se basa en dos ideas fundamentales: en primer lugar que los fenómenos sociales y culturales son signos y en un segundo lugar que no tienen una esencia propia, sino que están definidos por una red de relaciones tanto internas como externas. Se puede intentar poner el acento en una o en otra de estas proposiciones (…) uno podría intentar distinguir entre semiologia y estructuralismo, pero de hecho las dos son inseparables, pues al estudiar los signos uno tiene que investigar el sistema de relaciones que permite que se produzca significado y, recíprocamente, las relaciones pertinentes entre los elementos solo se pueden determinar si se considera a estos como signos.” Culler, Jonathan: La base lingüística del estructuralismo, EN: Op. cit p.39

[15] “Al igual que la lingüística estructural se esfuerza en establecer que existen universales a “nivel profundo” que yacen bajo la diversidad de las lenguas humanas, así también la antropología social estructuralista intenta descubrir universales a “nivel profundo” tras la diversidad de las culturas humanas. Los antropólogos han estado tratando de hallar tales universales durante mas de cien años, pero han tenido muy poco éxito. Sin embargo, los estructuralistas piensan que ellos tienen ahora (1973) la clave del problema.” Leach, Edmund: El estructuralismo en la antropología social, EN: Op. Cit. p.61

[16] “Resulta difícil sostener que el conjunto total de las categorías lingüísticas pueda aplicarse a los otros sistemas de signos; la afirmación básica que enlaza la semiótica con la lingüística es la de que todos los procesos semióticos pueden analizarse en el mismo sentido en que puede analizarse la lingüística, es decir, como una dialéctica entre códigos y mensajes, langue y parole, competencia y actuación. La tarea de la semiótica consiste en aislar diferentes sistemas de significación, regulado cada uno de ellos mediante normas especificas, y demostrar que existe una significación y que existen unas normas. No obstante, la semiótica se propone, además, legar a ser capaz de describir, estructurar y legitimizar todo su campo de investigación usando un conjunto unificado de instrumentos teóricos. Afirmar que la semiótica no es una rama de la lingüística no significa que la semiótica no tenga autonomía o unidad; sencillamente puede significar que la lingüística es una de las ramas de la semiótica.” Eco, Humberto: La vida social como sistema de signos, EN Op. Cit. p.89

[16] “Marx sabia, por ejemplo, que las superestructuras, aunque determinadas en ultima instancia por las estructuras de producción social, tienen, sin embargo, su propia articulación interna, y que por lo tanto, no se puede explicar la relación entre, por ejemplo, ideología y “base económica” a no ser que se haya comprendido previamente en su propia organización interna ese sistema de representaciones que es la ideología (…) Levi Strauss ha señalado frecuentemente que su propia obra es una forma de “análisis de ideología” y ha puesto de manifiesto la coherencia existente en este aspecto con las teorías de Marx.” Mepham, John: Las ciencias estructuralistas y la filosofía, EN: Op. Cit. p.166

[18] “El estructuralismo no ha sido en su origen una doctrina filosófica ni una ideología sino un método científico. El estructuralismo es, por lo tanto, creación de la ciencia y no de la filosofía. Solo mas tarde, en virtud de su adecuación a la solución de diversos problemas científicos, de su aplicación al dominio tradicional de las humanidades y de las implicaciones o proyecciones extracientificas, ha tratado de convertirse en doctrina, pero sin alcanzar hasta hoy (1986) una formulación explicita y coherente.” Li Carrillo, Víctor: El estructuralismo y el pensamiento contemporáneo, Lima, Edición del autor, 1986, p13

[19] “Esta idea (el estructuralismo) es esencialmente antihumanista, en el sentido en que nos solo revoca el humanismo clásico de la cultura europea, sino también el humanismo entendido como religión del hombre o como búsqueda del sentido de la existencia. Las categorías tradicionales asociadas al concepto de hombre, como el lenguaje, la vida o el trabajo, aparecen, tras en análisis estructural como sistemas abstractos en los que aparece haberse desvanecido aquel universo de pasiones y sentimientos que el existencialismo convirtió en el centro de su proyecto filosófico e ideológico.” Op. Cit. p.145

[20] “El sistema de parentesco es un lenguaje; no es un lenguaje universal, y puede ser desplazado por otros medios de expresión y de acción. Desde el punto de vista del sociólogo, esto quiere decir que, en presencia de una determinada cultura, se plantea siempre un interrogante preliminar: el sistema ¿es sistemático? Una pregunta semejante, a primera vista absurda, solo seria realmente referida a la lengua; porque la lengua es el sistema de significación por excelencia; ella no puede no significar y su existencia se agota en la significación. El problema debe en cambio, ser examinado con rigor creciente a medida que uno se aleja de la lengua para tomar en cuenta otros sistemas que aspiran también a la significación, pero cuyo valor de significación resulta parcial, fragmentario o subjetivo: organización social, arte, etcétera.”
Lévi-Strauss, Claude: Antropología estructural, Buenos Aires, EUDEBA, 1968 p.46

[21] “Para definir de manera conveniente las relaciones entre lenguaje y cultura es preciso, me parece, excluir desde un principio dos hipótesis. Una, aquella según la cual no puede haber ninguna relación entre los dos ordenes; otra, la hipótesis inversa de una correlación total en todos los plenos (…) Mi hipótesis de trabajo pretende, pues, ocupar una posición intermedia: es probable que puedan descubrirse ciertas correlaciones, entre determinados aspectos y en ciertos niveles, y para nosotros se trata de encontrar cuáles son esos aspectos y dónde están esos niveles. Antropólogos y lingüistas pueden colaborar en esta tarea. Pero el principal beneficiario de nuestros eventuales descubrimientos no serán ni la antropología ni la lingüística, tal como actualmente las concebimos: estos descubrimientos beneficiaran a una ciencia a la vez muy antigua y muy nueva, una antropología” entendida en el sentido mas amplio del termino, es decir, un conocimiento del hombre que asocie diferentes métodos y disciplinas, y que nos revelará un día los resortes secretos que mueven a este huésped, presente en nuestros debates sin haber sido invitado: el espíritu humano.” Op. cit. p.73

Leonel P. Silva M.
Universidad Nacional Mayor de San Marcos - Perú

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