Perú: Espinar, la lucha por el agua


Roberto Ojeda / Mariátegui
Desde Cusco
Fotos: European Pressphoto Agency
25/09/10


El proyecto Majes Sihuas II consiste en la ampliación del proyecto de irrigación de las pampas de Majes y Sihuas en Arequipa, para el que han proyectado la construcción de la represa de Angostura, captando aguas del alto Apurimac en la provincia de Espinar, que serían desviadas para irrigar 60,000 hectáreas en la zona del proyecto. Esto disminuiría la cantidad de agua en la cuenca del Apurimac, perjudicando a la población de Espinar (Cusco), que ya vive escasez de agua.

Como dice Eduardo Gil Mora (Consultor en temas de gestión ambiental): “Los defensores del proyecto Majes-Siguas II, sostienen que serán irrigadas 38,500 hectáreas en los próximos cinco años y que beneficiará a más de 30,000 usuarios; sin embargo, también es necesario puntualizar que con las aguas del río Apurímac y sus tributarios, se podrían irrigar más de 60,000 ha. en la cuenca alta del río Apurímac, en Espinar, y beneficiar a más 70,000 habitantes, sin necesidad de endeudar al país y haciendo que las praderas de Espinar sean las más productivas del Perú…”

El objetivo de ProInversion es claro: convertir al valle de Majes en una zona de agro-exportación, las tierras no serán vendidas en pequeñas porciones, sino que se venderán en grandes extensiones, pensando en inversionistas de gran capital. Es decir, los beneficiarios directos son grandes empresarios agrícolas, no las comunidades ni la población arequipeña.

Por esa razón, la población de Espinar, “cuna de la nación kana”, se opuso al proyecto desarrollando un gran paro en el mes de marzo, con respaldo de las organizaciones y autoridades de la región Cusco, estos pusieron una demanda para que el proyecto no prospere mientras no terminen de elaborarse los estudios de balance hídrico y de impacto ambiental. El gobierno desoyó las demandas y programó para el 15 de setiembre la “buena pro” del proyecto, generando que las organizaciones de Espinar programaran un paro indefinido para el día 13 de setiembre.


El gobierno adelantó la fecha de validación del proyecto para el día 13, entregando la buena pro al consorcio Angostura Sihuas, conformado por las empresas españolas Cobra Instalaciones, Servicios de España y COSAPI del Perú. Sorprendió así a la población y evitó que la demanda interpuesta por el gobierno regional lograse interrumpir sus planes. Esto generó la agudización del conflicto, el paro indefinido generó enfrentamientos en la ciudad de Yauri, capital de Espinar, donde los policías y los pobladores se enfrentaron a “waraqasos”, esas hondas usadas desde los tiempos prehispánicos.

La situación se puso muy violenta, una bomba lacrimógena impactó en el rostro del dirigente Silvestre Carlos, se produjeron 27 heridos, incluyendo heridos de bala, entre estos, Leoncio Fernández Pacheco (47) murió al promediar la medianoche del miércoles. Al día siguiente su entierro fue masivo y pidieron que sea declarado mártir de la lucha en defensa del agua. Ante situación tan tensa, el quinto día de paralización, el gobierno envió al monseñor Cabrejos de la Conferencia Episcopal Peruana como mediador, en una negociación para solucionar el conflicto, pero no llegó a ningún acuerdo importante.

Las organizaciones regionales (incluyendo a la FDTC) realizaron un paro de 48 horas el 21 y 22 de setiembre, que bloqueó todos los caminos principales de Cusco, se suspendió el servicio de trenes y las labores escolares. Los estudiantes tomaron la Universidad de San Antonio durante toda la semana e intentaron tomar el Aeropuerto siendo reprimidos violentamente por la policía, algunos manifestantes amenazaron con impedir las elecciones regionales y municipales del 3 de octubre, para callar al gobierno que dice que “el paro tienen intereses electorales”. Algunos destrozaron la estatua de Haya de la Torre, líder del partido aprista (actual gobernante).



Las organizaciones de la provincia de Canchis se sumaron a la huelga durante toda la semana. Recibieron a los espinaerenses y juntos bloquearon el puente Arturo, donde en los años pasados se concentraron los levantamientos qanchis. El conflicto dejó de ser provincial, Canchis se suma porque también ven sus aguas afectadas con el proyecto de la hidroeléctrica de Salcca Pucara, entendiendo que se trata de la misma lucha. Las demandas son las mismas, el enemigo es el mismo.

El conflicto ahora es regional, pues el proyecto Majes Sihuas disminuirá el caudal de un río que atraviesa 7 provincias y su realización afectaría el ecosistema de toda la región; pero lo es más porque el pueblo ha entendido que defender el agua es una lucha por la vida.

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