Perú: Agroexportación: millonarias ganancias, explotación laboral, míseros sueldos y represión sindical


Mariátegui
07/11/10


Los defensores del Neoliberalismo dicen que ya no está vigente la lucha de clases, pero la misma existencia del capitalismo desecha esta tesis. Porque el sistema económico predominante necesita maximizar y acumular las ganancias junto a la explotación de l@s trabajador@s para producir la riqueza que irá a los bolsillos de la patronal. Por eso hoy, en todo el mundo se multiplican las protestas y las huelgas de la clase trabajadora como en China, Grecia, Francia, España, México, Argentina, Portugal, Corea del Sur y el mismo EE.UU.. Y a pesar de la precarización laboral, del uso de la alta tecnología para la producción, la predominancia del sistema financiero virtual, emerge -como a inicios del XX- la lucha de clases de los trabajadores en el campo y en la ciudad.

En los últimos 20 años de predominio neoliberal, apareció en la agricultura peruana el espárrago, un producto estrella que se siembra en la costa sur y norte del país. Sin embargo, las exportaciones millonarias que genera este vegetal, se contradicen con las condiciones infrahumanas y los paupérrimos sueldos que soportan los trabajadores /as de la agroindustria, además del irresponsable uso que los empresarios hacen del agua en las zonas desérticas donde están sus campos.


En este contexto se realiza el relanzamiento de la campaña Agroexportación sin Explotación impulsada por los sindicatos de trabajadores de las empresas Sociedad Agrícola Virú y CAMPOSOL (SITECASA), la Asociación Aurora Vivar, Perú Equidad, la Alianza por Derechos Laborales en la Agroindustria, el despacho de la congresista Gloria Ramos y la Red Peruana por una Globalización con Equidad (RedGE). Mariátegui. La revista de las ideas conversó con los protagonistas de esta historia de inequidades.


Genaro Quispe Venturo, secretario general del Sindicato de trabajadores de la Sociedad Agrícola Virú, dice que la situación laboral para los trabajadores de la agroindustria es un desastre. "Porque no respetan los derechos laborales, la salud ni la seguridad, sobre todo el de las mujeres -muchas de ellas embarazadas- a quienes les dan trabajos muy pesados". En los campos -confiesa Genaro- se trabaja un promedio de 10 horas diarias pero las empresas sólo pagan 6, 7 u 8 horas. "El gerente nos obliga a trabajar ese tiempo en trabajos forzosos, sin descanso. Nos hacen firmar contratos entre tres y cinco meses".


La Sociedad Agrícola Virú -ubicada en la región La Libertad- es la segunda empresa agroexportadora de espárragos a nivel mundial, además producen alcachofa, pimiento piquillo y otras hortalizas.

El sindicato se fundó el 9 de julio del 2007, tienen un pliego de reclamos que fue presentado en noviembre del 2009 y hasta hoy no tiene solución. "Nos han citado estos días para conversar, porque nosotros ya hemos presentado el plazo de huelga y el 8 de noviembre debemos empezar esta" afirma Quispe Venturo.

Genaro trabaja en esta empresa desde hace 17 años y durante este tiempo la patronal siempre mostró su incomodidad cuando él reclamaba por los derechos de los trabajadores. "En el 2007 logramos organizarnos e hicimos un paro de tres días. Ahí formamos el sindicato, la empresa al enterarse que era dirigente me degradó y a los quince días ya no figuraba como supervisor sino como obrero hasta hoy".

Existe mucha represión contra los dirigentes y afiliados al sindicato. "A los trabajadores que se afilian los chantajean, la empresa los amenaza con despedirlos o no renovarles el contrato".

Los trabajadores laboran de lunes a domingo, tienen vacaciones de quince días una vez al año, no reciben gratificaciones por fiestas patrias ni por navidad.

La empresa Agrícola Virú nunca ha repartido la productividad entre sus trabajadores porque aseguran que no obtienen utilidades y siempre están en pérdida. "Sin embargo los campos y las fábricas están creciendo. Por ejemplo, durante abril y mayo la fábrica cerró pero en esos meses compraron 400 hectáreas con plantación productiva y 20 tractores. Entonces ¿Dónde está la pérdida?", advierte Genaro.


Hace dos semanas, los trabajadores de CAMPOSOL protagonizaron una combativa huelga de 15 días, donde la patronal tuvo que movilizar a la policía en los vehículos de la empresa para reprimir a los huelguistas con el saldo de varios heridos de bala. Felipe Escobedo es delegado del Sindicato de trabajadores de CAMPOSOL - SITECASA y nos cuenta la situación de los trabajadores agrícolas.

Escobedo asegura que decidieron hacer la huelga porque la empresa CAMPOSOL despidió a seis trabajadores sin justificación. Además destaca que el sindicato participó en las diversas etapas de conciliación con la patronal para buscar llegar a un acuerdo. "Pero la empresa siempre negó nuestros petitorios como la reposición de los compañeros despedidos, el justo pesado de las jabas y que el pago sea de acuerdo al trabajo realizado".


Además de la brutal represión policial contra las mujeres, Felipe cuenta de la complicidad de algunos médicos con CAMPOSOL. "A una trabajadora le golpearon el estómago y le han hecho botar sangre por su vagina, ella ha estado grave. Y a pesar de eso, en el hospital el médico legista se parcializó con la empresa y diagnosticó que ella no tenía nada". Escobedo añade: "Pensaban que con la fuerza iban a detener nuestra protesta para que continuáramos sometidos a sus abusos y violaciones de los derechos laborales. Pero la clase trabajadora ha reaccionado y ha dicho basta".

Después del paro los trabajadores se reunieron con los representantes de CAMPOSOL en la sede del Ministerio de Trabajo de Lima. LLegaron al acuerdo de que se reponga a tres de los seis trabajadores despedidos y los otros tres serán al menos indeminizados. "No se encontró otra alternativa por la soberbia y el autoritarismo de los representantes de la empresa".

Según el dirigente sindical de CAMPOSOL, cuando trabajan más de ocho horas -tanto en el campo como en la planta- la empresa no les paga este tiempo extra. Al contrario han creado una especie de tarea -como le define Felipe- para pagarse estas horas extras, que es llenar las jabas -cajas- con los espárragos cosechados y según lo que pese ganan "bonos de productividad". Pero CAMPOSOL hace trampa porque el pesaje no lo hacen el campo -donde pueda ser observado por los trabajadores- sino que se lo llevan al local de la empresa y le colocan el peso que les conviene. Y en la planta cuando hay alta productividad trabajan hasta cinco horas más.

Felipe Escobedo estuvo 8 años despedido por sindicalizase, hace seis meses se ha reincorporado por una resolución suprema a favor del derecho de sindicalización. "Este decreto especifica de que no es necesario tener sindicato dentro de la empresa sino tener la representatividad de los trabajadores para obtener el amparo a un fuero sindical. Porque en ese entonces cuando hice el paro de CAMPOSOL que había bastante violaciones a los derechos, me puse al frente -no había sindicato- y formé una Comisión Transitoria. Me repusieron en la empresa porque según la legislación el mio fue un despido nulo".

La indignación de Felipe se acentúa cuando denuncia que el Ministerio de Trabajo en vez de hacer cumplir las leyes se parcializa con la patronal, dejando sin protección a los trabajadores. Y añade "En CAMPOSOL son dos años que no nos dan utilidades, dicen que siempre tiene pérdidas".

Hay un acuerdo entre la empresa CAMPOSOL y el sindicato para que el 12 de noviembre se instale una mesa de diálogo para tratar otras problemáticas de los trabajadores.


Erick Nicholson, es vicepresidente del sindicato Unión de Campesinos de los EE.UU., visitó el Perú para conocer la realidad de los trabajadores de la agroindustria y solidarizarse con ellos. Nicholson afirma que tienen como objetivo dar a conocer estas malas prácticas laborales a la sociedad civil y a las empresas que comercian estos productos en los EE.UU. "Tenemos un doble propósito: uno como sindicalistas de apoyar a nuestros hermanos /as aquí en Perú para que puedan alcanzar un mejor nivel de vida y la otra es que consumimos la mayoría del espárrago que ustedes producen. Entonces nos interesa, nos urge saber si ese espárrago ha sido producido bajo condiciones justas".

El sindicalista norteamericano afirma que hay mucho capital extranjero invertido en estas agroempresas y que estas subsidian sus verdaderos costos de producción mediante la explotación de los trabajadores. "No estamos de acuerdo con eso y vamos a hacer lo que podamos para que esto cambie, como la intervención que realizamos en la Embajada de los EE.UU. en Lima donde denunciamos el incumplimiento del gobierno peruano de los capítulos laborales del TLC Perú-EE.UU".

Además le han escrito una carta a la Ministra de Trabajo expresando sus inquietudes. Nicholson advierte que el Perú tiene que tomar una decisión muy estratégica. "Si intenta competir en el mercado mundial produciendo espárragos más baratos gracias a la explotación de los trabajadores -hablando honestamente- va a ser algo repugnante para muchos consumidores cuando se den cuenta de como se produce este espárrago tan barato. Y muchos de ellos van a dejar de comprarlos".

El dirigente de la Unión de Campesinos dice que en los EE.UU. la situación de los trabajadores de la agroindustria es similar a la de nuestro país. "Tenemos el mismo desafío que acá, leyes discriminatorias que no protejen a un campesino de igual forma que un trabajador de régimen común y de las pocas leyes que hay tampoco le ponen vigor. Es la misma forma de obligar a los trabajadores /as a subsidiar los verdaderos costos de producción".


La congresista de Unión Por el Perú (UPP) Gloria Ramos ha presentado un proyecto que reforma la Ley 27360 (2000, que aprueba las Normas de Promoción del Sector Agrario) para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores de la agroindustria. Después de dos años de presentada -con muchos intentos para archivarla- recién está en las comisiones Agraria y de Trabajo a la espera de su aprobación, para que después sea debatida en el pleno del Congreso de la República.

Gloria Ramos confiesa que cuando viajó a Ica fue testigo de como las mujeres que trabajan en las plantaciones de espárragos se levantaban a las 2 de la mañana para preparar la comida de sus hijos y luego ir a trabajar a los campos de 12 a 14 horas con sueldos que están por debajo del mínimo vital. "Por eso hemos trabajado esta iniciativa legislativa con varias organizaciones de la sociedad civil como la Asociación Aurora Vivar, los sindicatos de Ica, CAMPOSOL, VIRU y el Colegio de Abogados de Ica para que se derogue el artículo 7 de la mal llamada Ley de la Promoción Agraria que solamente beneficia a los agroexportadores".

Esta Ley 27360 -sobre todo en su artículo 7- no respeta los derechos laborales de los trabajadores de la agroexportación. Gloria afirma que esta modificatoria la han presentado en el proyecto de ley Nro 2545 el año 2007. "Estamos solicitando que los trabajadores de la agroindustria tengan dos gratificaciones (fiestas patrias y navidad) al año -como lo reciben todos los trabajadores privados-, su CTS y si son despedidos que tengan derecho a 45 sueldos".

La parlamentaria de UPP promete que batallará en el Legislativo hasta el final para que se apruebe este proyecto de ley. "No es justo que a costa de los pobres estas empresas obtengan ganancias extraordinarias" finaliza.

Comentarios

Anónimo dijo…
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