Cuba sí, en nombre de la verdad


Gustavo Espinoza M.* / Mariátegui
30/01/11


Mientras nos reunimos en Lima, para celebrar con alborozo el 52 aniversario de la Revolución Cubana, muy cerca de nosotros, más allá de nuestras fronteras, en Florianópolis (Brasil), una escuela de samba, con más de 2.500 personas, prepara su participación en las fiestas del Carnaval en el Estado de Santa Catarina en honor a la Cuba revolucionaria.

El lema de la Escuela que se organiza con este propósito es: Cuba Sí, en nombre de la Verdad!

El cable nos informa que millares de camisetas con la imagen del Che y la bandera cubana; una canción hermosa que cita la historia de Cuba y los logros de la Revolución y un coche multicolor con enormes figuras de Martí, Fidel y el Che, serán mostrados en la ocasión, y que el desfile será televisado para todo el Brasil.

¡Signo de los tiempos, sin duda!. Estos tiempos en los que el cable submarino une hoy Cuba con Venezuela, y permite que los pueblos de América sumen mejor sus voluntades, afirmen su derecho a existir, levanten su bandera de combate y demuestren a todos que la historia no da vuelta atrás.

52 años han pasado desde el inicio de la gesta libertaria que hoy evocamos. Y doscientos desde que en 1811 el prócer Francisco Antonio de Zela se alzara en armas contra el dominio español, organizara el gobierno local en Tacna y la defensa de la ciudad y asumiera su mando con el sugerente título de “Comandante de las Fuerzas Unidas de América”, dado que coordinaba sus acciones con los patriotas argentinos del Tribuno Castelli.

Aunque Zela fue encarcelado, condenado y confinado en el Presidio de Chagres, en las Antillas, donde murió en 1919; su epopeya marca la continuidad de una lucha en cuyo cielo brillan como estrellas en el firmamento los nombres de San Martín, Bolívar, Antonio José de Sucre y Ernesto Guevara.

Mucha agua ha corrido bajo los puentes en estos 52 años. Y mucha sangre obrera ha convertido en fértil el suelo de América y ha permitido que nuevos procesos liberadores de abran paso en diversos países.

Lo que ocurre hoy en Venezuela o en Bolivia; en Ecuador o en Uruguay; en Brasil o en Nicaragua; no es producto de la voluntad divina. Es el resultado del sacrificio heroico de muchas generaciones de combatientes que en cada país se alzaron por la dignidad, la libertad y la justicia.

Y como telón de fondo, en esta batalla de la historia, se yergue hoy el rostro de René, Fernando, Ramón, Gerardo y Antonio; los 5, que atormentan el sueño de Barack Obama y alumbran cada una de nuestras acciones.

En Miami, la Alianza Martiana ha roto valerosamente el muro del silencio. En los andes, los jóvenes han conquistado las cumbres del Aconcagua. En Túnez, se movilizan millones combatiendo por la libertad. En Africa del Sur, aún alumbran los ojos de Nelson Mandela. En nuestro país, ayer nomás, surgieron los Intelectuales por los 5. Signos todos, sin duda, de una causa que vive en nuestros corazones.

Mucho trabajo aún tenemos por delante. Nuestro César Vallejo, aludiendo a las tareas de los pueblos, decía: ¿Batallas? ¡No! ¡Pasiones!. Y pasiones precedidas de dolores con rejas de esperanza, de dolores de pueblos con esperanzas de hombres!

Pues sí, se trata de rejas y dolores hoy, que revolotean en nuestro cielo los cuervos de la ignominia. Pero se trata de hombres y de pueblos que, finalmente, son invencibles, como la historia lo demuestra.

Con Cuba y con los 5, ¡Venceremos…!


* Intervención en acto de homenaje al 52 aniversario de la Revolución Cubana. Lima, 28 de enero 2011. Derrama Magisterial

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