La idea de educación en Venezuela es la formación de hombres y mujeres libres


Yásser Gómez / Mariátegui
05/02/11


La Escuela Pública tiene quien le escriba: Venezuela y Bolivia. Las nuevas orientaciones político educativas, es el nombre del libro publicado por el Centro Cultural de Cooperación Florial Gorini en Argentina. Mariátegui. La revista de las ideas entrevistó al autor Pablo Imen, investigador de la Universidad de Buenos Aires (UBA), quien habló del caso venezolano: la educación en la IV República, el trabajo del Movimiento Pedagógico Revolucionario y los avances en la construcción educativa rumbo al socialismo.

- ¿Cómo era la educación pública en la IV República?

- Hay una imagen que usa Pablo Gentile (investigador de CLACSO) que me parece que es bien interesante acerca de las políticas educativas en los 90. Él dice que si hubiese una reunión de ministros y cada uno llevaba sus papers para explicar las políticas, entráse un viento y mesclase todos los papeles, nadie se daría cuenta.
Porque en verdad había una única política orientada por los organismos internacionales de crédito, que básicamente convierten al Estado, en un Estado evaluador no en un Estado que garantice el derecho, que mercantiliza la educación y que en todo caso define medidas asistenciales para atender a los sectores más empobrecidos.

De manera que la política educativa de la IV República es muy parecida a la de la Argentina de los 90, a la de Chile desde Pinochet hasta hoy, que implica este proceso
básicamente de mercantilización y asistencialismo como política pública, enterrando -por ejemplo en el caso de Argentina- la idea de una Escuela Pública igualitaria que rigió desde 1880 hasta la dictadura de los 70. La que había en Venezuela era una política neoliberal.

- ¿Cuál fue el proceso que impulsó el Movimiento Pedagógico Revolucionario?

- Ellos vienen trabajando desde inicios de los 90, nacieron en el Estado de Aragua a partir de la experiencia del docente universitario Carlos Lanz, que trabajó con una serie de docentes y fue generando todo un proceso de discusión de las propias prácticas en la institución y en el aula.

Esta dio lugar a la creación de un método de trabajo sobre la reflexión, sobre la práctica docente que se llama INVEDECOR que es: investigar, educar, comunicar y realizar. Supone como revisar todo el sentido y el contenido del trabajo docente.

Y entonces, ellos hacen un fuerte hincapie en esto de repensar la escuela, repensar la relación pedagógica, repensar la relación con el conocimiento y esto en función del objetivo político que es la construcción del socialismo.

- ¿Qué cambios se han producido durante la Revolución Bolivariana?

- El proceso liderado por Hugo Chávez como presidente inaugura no sólo la Asamblea Constituyente que reformó la Constitución venezolana sino un proceso de Constituyente Educativa.

Entonces, básicamente entre 1999 y el 2001 se desarrolla un proceso de abajo hacia arriba, de debate en las escuelas, en los territorios acerca de que educación tenían los venezolanos y que educación querían. Sábados, domingos, miles de personas, docentes, estudiantes, ese proceso culmina en el denominado Proyecto Educativo Nacional.

Y de ese documento salen una serie de líneas, que luego van a expresarse jurídicamente el 15 de agosto del 2009 con la sanción de la Ley Orgánica de la Educación. Eso digamos en el marco de que es lo que definen esas políticas.

La primera cuestión importante es la asunción del Estado nacional en el papel de Estado docente o Estado garante del derecho. Y esto se expresa en el incremento sustancial del presupuesto educativo que se da hasta el 23% en el año 2008, en el compromiso con la creación de escuelas, con la formación de nuevos docentes.

Incluso se desarrolla como una especie de sistema educativo paralelo, en todos los niveles educativos para incorporar a los sectores históricamente excluidos de la educación como el liceo Simoncito, la Universidad Bolivariana.

Aparece una fuerte transformación en términos de un Estado que se hace responsable, y aparece también una transformación muy fuerte en el sentido de para que hay que educar. De ahí la idea de que hay que formar sujetos con autonomía de pensamiento, que se desarrollen en todos los aspectos de su vida, genera toda una revolución al interior de la propia escuela y del trabajo docente.

Estamos ante un ensayo que se está desarrollando, donde la escuela empieza a reconocerse como parte del territorio, como una cultura donde el currículo empieza no a diseñarse desde los despachos de los expertos, sino desde el trabajo práctico de los docentes en diálogo con la comunidad.

Y así, asistimos hacia un cambio tanto en lo pedagógico como en lo político educativo, como en el rol del Estado, como en lo financiero y en el propio trabajo docente. Entonces, hay un proceso de experimentación y ebullición sobre el cual todavía no podemos decir -salvo algunas pocas cosas- como que en el año 2005, Venezuela fue declarada territorio libre de analfabetismo.

Hasta ese año había casi 2 millones de personas en estado de analfabetismo y que se incorporaron centenares de miles de niños y jóvenes al sistema educativo, por ahora eso es todo lo que puedo adelantar de este proceso.

- Uno de los temas que se proponía era alejarse de la visión mercantil de la educación...

- Sí, la idea fuerte de una educación, diría socialista, porque el gobierno bolivariano está planteando la construcción del socialismo. Hay toda una discución si es del Siglo XXI, en el Siglo XXI, como se relaciona el Socialismo del Siglo XXI con el del Siglo XX. Pero lo cierto es que cambia totalmente los fines de la educación.

Si antes se procuraba convertir a la educación en un mercado o convertir al alumno en un trabajador dócil o útil para la acumulación del capital. La idea de educación para el gobierno revolucionario en Venezuela es la formación de hombres y mujeres libres para un proyecto de sociedad socialista.

Entonces, implica capacidad de autonomía, de pensamiento que implica el desarrollo de todos los aspectos de la personalidad, el reconocimiento de las distintas culturas. Por ejemplo, en el plano de la relación con la economía, la educación se propone aportar a la seguridad alimentaria, es decir, darle herramientas para que las personas produzcan una riqueza tal que pueda asegurar que nadie pase hambre.

Todo está cambiando, lo que si hay que ver porque una cosa son la declaración de intenciones, la elaboración de documentos, pero salimos de un mundo muy complicado. Por eso, lo interesante de ver, que es lo que no está en el libro y es lo que tengo que investigar. Es, como se está construyendo esa propuesta pedagógica, porque es fácil escribirlo en un documento pero es mucho más difícil plasmarlo en la realidad.

- ¿Qué lectura tienes de las misiones educativas que el gobierno bolivariano promueve en los barrios y pueblos más pobres?

- Lo veo complejamente. Por un lado, las instituciones tradicionales del sistema educativo no están en condiciones de incorporar a los jóvenes del pueblo, no tienen ni sus profesores ni herramientas aún. Entonces, ahí hay que emprender todo un proceso de repensar la propia escuela. Pero como no podemos esperar 20 años para que los chicos que hoy tienen 5, 6 o 4 entren a la escuela, hay que crear instituciones que los contemplen.

Por otro lado, es valioso que se asegure la incorporación de todos a estas estructuras educativas. Sin embargo, es riesgoso que se consolide como un sistema dual, donde hay uno alternativo para pobres y otro tradicional para ricos.

Tal vez el riesgo mayor es en el proceso de democratización de lo tradicional, porque creo que la respuesta del gobierno frente a un Estado absolutamente burgués, clasista, excluyente es ir reformando lentamente ese Estado y creando nuevas instituciones.

Lo mismo pasa con el poder popular en los barrios (Consejos Comunales), ellos definen acciones políticas, reciben recursos, los administran, se está construyendo una nueva sociedad y allí convive lo viejo con lo nuevo. Entonces ¿Hasta que punto esto es el gérmen de una sociedad socialista? Es algo que está por verse.

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