Los dos Vargas Llosa: El abandono de los ideales


Alamiro Gutti Martin / Mariátegui
15/02/11


Qué diferencia entre este discurso, el del Vargas Llosa joven de 31 años de edad que recibe el Premio Rómulo Gallegos de novela, del 4 de Agosto de 1967, que amaba la justicia y hablaba del escritor, como ese loco que escribe e incomoda al poder cultivando ilusiones y utopías en la gente de a pie o mejor dicho olvidada. Vargas Llosa escribía: "....nosotros, los escritores, los profesionales del descontento, los perturbadores conscientes o inconscientes de la sociedad, los rebeldes con causa, los insurrectos irredentos del mundo, los insoportables abogados del diablo”.


Esos términos se acabaron para el Vargas Llosa que se perdió en el camino de la vida y lo perdimos para siempre como el escritor defensor de los humildes y de las causas justas de los desposeídos. Cuarenta y tres años después un Sr. Europeizado que defiende la democracia liberal y condena las acciones de los musulmanes que se enfrentan a los dominadores del mundo, y a los llamados “gobiernos payasos” como Nicaragua y Bolivia y se olvida de los hechos que hicieron historia en la dominación del mundo unipolar como la invasión de Irak, Afganistán, el mismo Panamá, Granada, las 6 bases militares Norteamericanas en Colombia.

No condena ni condenará las intervenciones en la Franja de Gaza por parte de los israelís que representan esa democracia que él defiende e ignora los muertos que se cuentan ya por miles en ese lugar.


Si condenará a los trabajadores que reclaman por sus sueldos o mejores condiciones de trabajo, defenderá hasta la muerte la venta del Perú a los poderosos representantes de las mas "perfeccionadas democracias liberales" como Estados Unidos, Japón, Alemania o como su entrañable España que lo acoge y en el que se siente como dice en este discurso como "un nombre sonoro y cortesano, de virrey".


Si festejará las inversiones chilenas y la venta por pedacitos de las concesiones mineras a empresas como Barrick, Pierna, Antamina y se solazará en algún gran centro comercial armado con dinero extranjero, comerá en un Kentucky Fried Chicken o en una Pizza Hut exclusivo y se amistará con ese otro vendedor de ilusiones que hoy mora en palacio y que se juega ahora los descuentos porque esta por irse. Si conversará y sonreirá con los dueños del Banco de Crédito del Peru y se sentirá feliz de haber llegado a donde llegó y no se acordará que fue “un provinciano hambriento y soñador que vivía en el barrio del Mercado, en una cueva sin luz”, también se reunirá con Piñera el presidente pinochetista “un demócrata liberal” al que apoyó en su campaña electoral en Chile como integrante de una brigada propagandística o como lo que es hoy: Un “viejo conservador” converso al liberalismo más rancio, europeo y fascista.


Que podemos decir de Varguitas ese fenómeno que nos cautivó con los “Los Cachorros”, “Los

Jefes”, “La Ciudad y los Perros” que nos hablo de socialismo e integró Grupo Cahuide que pretendió reconstruir el Partido Comunista Peruano junto a Gustavo Valcárcel con su “Pentagrama de Chile Antifascista” en honor a la resistencia del socialismo de Allende y Víctor Jara muertos por el régimen pinochetista. Hoy enorgullece a muchos y no puedo negar que algo de eso nos debe de tocar pero sin discursos a favor de esta “democracia liberal” que sirve para que unos cuantos se enriquezcan y como digo se venda el Perú en pedacitos y se mate en defensa de ella a nativos, campesinos y pobladores que piden el respeto de su hábitat, esto es, del derecho a vivir en su medio ambiente. Qué culpa tiene un habitante de Santa María de Nieva o de las orillas del rio Santiago que por ser nativo se le niega el derecho a


Vivir en su montaña, que es su casa y es como si a nosotros que vivimos en las ciudades nos dijeran que nos vayamos a otras tierras que no son las nuestras y tuviéramos que empezar de nuevo, sin agua ni desagüe, sin luz y peor sin trabajo ni oportunidades.

En eso quizás piensa Vargas Llosa y estará feliz por mientras o por ahora, en su España querida, la de sus raíces virreinales, la que le da cabida y lo acoge sabiéndolo converso al poder triunfante que poco a poco se cae y no se da cuenta o no entiende que la crisis del capitalismo o mejor dicho de las democracias rampantes del mundo no se ha terminado porque quizás se le está acabando el aire que año a año han le han ido quitando a los que menos tienen.

Una gran diferencia entre el Vargas Llosa del Premio Rómulo Gallegos de novela, del 4 de Agosto de 1967 que escribe: “Es preciso, por eso, recordar a nuestras sociedades lo que les espera. Advertirles que la literatura es fuego, que ella significa inconformismo y rebelión, que la razón del ser del escritor es la protesta, la contradicción y la crítica”.
Y el Vargas Llosa del Premio de Literatura del 2010 que exalta occidente o sea, Europa y estados unidos y se olvida que en su patria y América Latina, el Vargas Llosa que defiende la economía de mercado y a los dueños de los bancos como en 1989 a los Pardo Mesones o Dionisio Romero, no se siente extranjero en España y por eso defiende la democracia liberal y dice haber sido Marxista en su juventud como si eso fuera pecado, que mira con un ojo lo que hacen los musulmanes en defensa de su territorio y se olvida o no quiere mirar las barbaridades que hacen los Estados Unidos en medio oriente matando y asesinado inocentes con bombas de racimo, cohetes teledirigidos por satélites y también con soldados invasores que mueren en el intento de dominar a un pueblo.


Hablar de democracia liberal es hablar en el Perú del atraso de lugares como Chunya y Chaclancayo en la Cordillera Negra de Ancash y la Ramada de Malache o algunos pueblos cercanos a Frías o Sapillica en Piura, donde no se usa el dinero y el truque es la forma de intercambio y maneja el “libre mercado” como un remedo neoliberal Tahuantinsuyano.

También de este sistema que quita el sueño a nuestro Premio Nobel podemos hablar de las obras que se hacen con presupuestos sobrevaluados que permiten la coima a su hoy reconciliado amigo presidente del Perú, de cuyos desmadres no habla y no dice nada aquí en el Perú a pesar que cada día se hace más rico. Como va a defender a los muertos de Accomarca o el frontón, como va a reclamar por la muerte de los nativos de Bagua que no fueron 10 como dice la propaganda alanista sino cientos como lo expresan fuentes respetables de crédito.

Por qué, Sr. Vargas Llosa, Ud. que se reclama campeón de la justicia liberal, no dice nada por los petroaudios de del castillo y compañía, o la venta fraudulenta de los terrenos de cofopri o del areopuerto de collique a los chilenos o del puerto de Paita; Ud. me hace recordar a un columnista respetado del diario La Republica que por ser amigo de García se quedó mudo y se pone a escribir a la belleza de las moscas o la exquisitez de las comidas pero no de las metidas de mano de los nuevos ricos del Perú que se encuentran en el partido de García o hace mutis cuando a un ciudadano de a pie le dieron un tremendo manazo por decirle las verdades al regalón de palacio.

Hablar del Vargas actual no solo es hablar de democracia liberal sino también de su desprecio a los Nacionalismos de América Latina o las ideologías o religiones que moran por estos sitios y también en el oriente medio, de lo que no habla es que el vive en uno de los lugares donde el nacionalismo o mejor dicho el nacional socialismo imperó y hasta ahora tienen sus rezagos en los partidos de derecha a uno de los cuales en España se adscribe.

Para terminar citaremos algunos párrafos de su discurso en la Academia Sueca al recibir el Premio Nobel de Literatura del 2010 para hacer notar cómo cambió este hombre y cómo se envejece también en ideales:

“Defendamos la democracia liberal, que, con todas sus limitaciones, sigue significando el pluralismo político…..”

“En mi juventud, como muchos escritores de mi generación, fui marxista y creí que el socialismo sería el remedio para la explotación y las injusticias sociales que arreciaban en mi país, América Latina y el resto del Tercer Mundo”

“Mi decepción del estatismo y el colectivismo y mi tránsito hacia el demócrata y el liberal que soy -que trato de ser- fue largo, difícil y se llevó a cabo despacio”

No estamos hablando del novelista que nos deleita con sus obras bien escritas como “Travesuras de la Niña Mala” donde habla de Guillermo Lobaton, Paul Escobar y otros militantes del MIR, de la “Fiesta del Chivo” donde narra las barbaridades del gobierno del dictador Rafael Leonidas Trujillo de Republica Dominicana, estamos hablando de su defensa del mundo unipolar cosa que no nos pueden contrabandear ni el vecino de al lado por más buenito que sea o parezca o el curita de la iglesia que como Cipriani que es un neoliberal a rajatabla o algún converso militante de la izquierda caviar que se olvidó de sus ideales de juventud, de su militancia en la universidad y los sindicatos y su defensa del marxismo como ciencia para transformar la sociedad del que ahora reniega porque vino la nueva honda de la modernidad que no es otra cosa que el neoliberalismo asesino.

Por eso ahora recuerdo a González Prada ideólogo y jefe de los anarquistas del siglo pasado que no habló a media voz, que se enfrentó a las dictaduras, que se solidarizó con los indígenas de la época, que luchó en las batallas de San Juan y Miraflores, se enclaustró en su casa como señal de protesta a la invasión chilena, que combatió a la aristocracia limeña, cambiándose hasta el apellido que provenía de rancias familias españolas para sentirse y ser más peruano volviéndose anticlerical, y que dijo:”el Perú es un organismo enfermo que donde se pone el dedo brota la pus”

Por eso, por la consecuencia y lo imperecedero de sus ideas que dieron lugar a las que el mismo Vargas llosa acogió en su corazón y conciencia debo repetir su voz de orden inmortal: “Viejos a la Tumba, Jóvenes a la Acción”.

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