Perú: El Nacionalismo y el sectarismo de Despertar Nacional


César Zelada / Mariátegui
14/02/11


Las elecciones del año en curso están demostrando no solo como la derecha se encuentra en una crisis partidaria histórica sino que sectores de izquierda siguen con posiciones sectarias.

Este es el caso de la organización Despertar Nacional que en vez de enfilar la artillería contra la derecha, dispara contra el Nacionalismo creyendo que de ese modo va poder “desenmascararlo” y capitalizar el voto nacionalista y de izquierda.

Y en efecto, en las notas que aparecen por Internet, algunos candidatos de Despertar Nacional, como si fueran de derecha, tildan a los nacionalistas de ser traidores o violentistas (por el caso de las pintas en Canchis).

No obstante, el programa de gobierno que plantea Despertar Nacional, no difiere mucho con el programa del Nacionalismo. Ambos hablan de una lucha frontal contra la corrupción, revolución educativa, nacionalización e industrialización, integración latinoamericana, etc.
Entonces, como no hay forma de diferenciarse políticamente, Despertar Nacional no tienen más salida política que llevar el debate al adjetivismo y el sectarismo. El candidato presidencial por Despertar Nacional, Ricardo Noriega, dijo que el líder de Gana Perú, Ollanta Humala, es un "tetelemeque" y un "tío pelotas" que ni siquiera visita a su encarcelado hermano, Antauro Humala”, (http://www.generaccion.com/noticia/92026/ricardo-noriega-ollanta-humala-ni-siquiera-visita-antauro-humala).

Estas declaraciones serán completamente contraproducentes para los objetivos que tienen planeado (alcanzar la presidencia o superar la valla).

Y es que al escuchar estos ataques contra el Nacionalismo, el pueblo, por su instinto de clase, se preguntará, ¿Por qué atacan al PNP si este partido es oposición al gobierno corrupto del APRA?

Es un lugar común que lo “ideal” hubiera sido ir juntos en una sola lista congresal así como también es cierto que dentro de Despertar Nacional existen luchadores y mística. Pero para ganar las elecciones no solo son necesarios estos elementos sino tener un método, táctica y un programa realmente revolucionario y a la izquierda del nacionalismo.

Talvez si Despertar Nacional planteara un programa como aumento de salarios a 1300 soles (con escala móvil), vinculado a la auditoria de la deuda externa y la nacionalización de la banca, el comercio y las universidades privadas (la única forma consecuente de defender la educación pública), podrían diferenciarse y conquistar las simpatías de los jóvenes y trabajadores, pero su temor a que la población no acepte estas propuestas, les obliga a quedarse defendiendo un programa reformista, y en su desesperación, despotricar del nacionalismo, que si bien es verdad no es el “partido perfecto del proletariado”, merece un poco de respeto porque en su seno existen también dirigentes como Ollanta (que insurgiò en Locumba mientras la izquierda estaba en repliegue), bases y luchadores sociales como candidatos al Congreso, para también convertirlo, bolcheviquemente, en una Tribuna de agitación y propaganda por la Gran Transformación.

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