Perú: Poema a Miguel Hernández


Winston Orrillo / Mariátegui
06/02/11



A Miguel Hernández

A este Miguel que al barro condecora

a este pastor de célicos rebaños

a este perito en lunas y pesares

enamorado fiel de caracolas

le sobra el corazón: nos lo regala.

Recibimos su sangre encarnizada

su herencia de naufragios invisibles

de claros versos puros pedregosos.


Hasta Orihuela va la pluma mía,

buscándote, Miguel, entre tu pueblo,

buscando, ruiseñor de las desdichas,


tus huellas en los huertos que erigiste.

La cárcel, entre tanto aherrojaba

tu suave surtidor, oh silbo herido,


la cárcel y la muerte, jazminero,

para tu roja voz enamorada.


Winston Orrillo

LIMA, 1970 (rescatado con motivo de su Centenario)

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