Perú: Sobre el Nacionalismo y las elecciones


César Zelada / Mariátegui
17/02/11


No cabe duda que las elecciones de abril influirán no solo en la correlación de fuerzas latinoamericana sino en la posibilidad de derrotar políticamente a las fuerzas de derecha para avanzar a un nuevo escenario donde nuestro pueblo comience a empoderarse como poder constituyente y transformador de la sociedad. Una nueva etapa “velasquista” puede aperturarse.

Es verdad que las condiciones todavía siguen siendo favorables para una victoria del nacionalismo. Y que la contradicción fundamental entre cambio y continuismo, que en el 2006 dio el 47% de votos a Ollanta, sigue irresuelta. No obstante, hay una serie de nuevos elementos que hay que tomar en cuenta para tener un análisis totalizador del momento político actual y tratar de hilar fino para rectificar y avanzar para conquistar la victoria.

Un nuevo factor, que es un lugar común en los análisis intelectuales, es que Ollanta ya no es el outsider del 2006. Un segundo factor, que es mencionado por Carlos Iván Degregori, es que si bien es verdad Ollanta se ve más “maduro”, pues, uno de sus puntos débiles es el no haber construido un Partido de masas estructurado con el tejido social. A la misma vez, los intelectuales de izquierda como Raúl Wienner, destacan el giro al centro del nacionalismo, que Toledo aprovecha para radicalizarse y posicionarse a la izquierda (como hizo García en el 2006). De igual forma, algunos enfatizan la falta de una lista parlamentaria que exprese a la Nación de trabajadores en Marcha hacia el Socialismo (transportistas, mineros artesanales, construcción civil, estudiantes en lucha, Pizango, Huaman, etc.).

Estos factores, aunado a las encuestas que dan el cuarto lugar a Ollanta, han generado un debate y cierta confusión en las bases honestas del nacionalismo y la izquierda, que puede conllevar a la derrota electoral de abril.

Es un lugar común que la corriente conservadora dentro del nacionalismo no quería la alianza con la izquierda, no obstante la Gran Alianza Nacionalista (Partido Comunista – Unidad, Voz Socialista, FOCEP, PSR, Partido Socialista, dirigentes sociales, cocaleros, etc.), se impuso por la propia dinámica y necesidad táctica y estratégica. En este mismo sentido, la influencia de los Ciudadanos por la Gran Transformación aunque limitada, también logró conquistar posiciones con la presencia de Nicolás Lynch, Manuel Dammert, Alberto Adrianzen, entre otros, en la lista congresal y parlandino con números expectantes (4 y 5 al Congreso y 1 al Parlandino respectivamente), a diferencia de los primeros que no tuvieron el vínculo político con Salomón Lerner. A la misma vez, GANA PERÙ, ha logrado incluir a dirigentes sociales y personalidades importantes progresistas como Edward Casas, Julio Pedro Armacanqui, Lucía Alvitez, Andrés Luna Vargas, Omar Chehade, Rosa Mavila, Sergio Tejada, Jaime Delgado, Ana María Salinas, Víctor Isla, Aníbal Torres, Javier Diez Canseco, Erodita Chávez, Hernán Cuentas, Juan Pari, etc.

Sin embargo, este avance en la política de alianzas, también tuvo su contraparte al primar la estrategia conservadora de tan solo trabajar la cuestión mediática y aparatera como Comando de Campaña, cuestión que demuestra la complejidad contradictoria del movimiento y la desorganización de las fuerzas progresistas dentro y fuera del nacionalismo.

Es bajo estas ideas que se comprende que Elsa Malpartida, así como varios dirigentes sociales de masas como Félix Gómez (trabajadores de transporte que paralizaron Lima el 18 de enero del 2010 vinculado al Terminal Fiori), no hayan sido valorados correctamente en la lista congresal. Cuestión preocupante si se tiene en cuenta que la estrategia de la oligarquía peruana es trabajar sutilmente el factor “encuestas” para imponer psicológicamente el fraude que no pudieron en las elecciones del 3 de octubre.

Frente a esta coyuntura, es fundamental que las bases y dirigentes del nacionalismo y la izquierda, comprendan que lo que está en juego no es el interés de tal o cual persona, sino de un 70% de ciudadanos trabajadores que demanda un cambio del modelo neoliberal y el respeto a nuestra soberanía.

Este 10 de abril estará en juego la dignidad de los peruanos honestos, humildes y patriotas.

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