Venezuela: Avanzar en la redistribución del poder y en una alternativa a los patrones de desarrollo


Mariátegui
06/02/11


Mariátegui. La revista de las ideas entrevistó a Edgardo Lander, sociólogo, profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y miembro de la Secretaría del Consejo Hemisférico del Foro Social de las Américas. Para Lander el reto de construir una sociedad mas allá del capitalismo en la Revolución Bolivariana tiene dos premisas fundamentales: avanzar en una radical redistribución de todas las formas de ejercicio del poder -incluido el acceso a los bienes y recursos colectivos de la sociedad- y una necesaria ruptura con los patrones civilizatorios de la acumulación de los bienes materiales.

En el proceso venezolano -según Lander- hay algunos intentos de transformación de una sociedad profundamente excluyente con extraordinarias desigualdades, una sociedad que tiene 100 años de estatismo rentista, que ha creado una cultura de dependencia del Estado y de un sistema político profundamente estatista.

Advierte que cuando se plantean los problemas de la transformación desde una sociedad de este tipo, obviamente las dificultades y los problemas de imaginar una sociedad alternativa son muy complejos.

Edgardo Lander asegura que la construcción de una sociedad más allá del capitalismo pasa necesariamente por dos dinámicas fundamentales, una que tiene que ver con la democratización. "Esto quiere decir una radical redistribución del poder y de todas las formas de ejercicio del poder, incluido el acceso a los bienes y recursos colectivos de la sociedad".

Asimismo, afirma que es necesario una ruptura con los patrones civilizatorios del crecimiento sin fin y de la guerra sistemática de los seres humanos, quienes identificamos la felicidad con la acumulación de los bienes materiales, que están destruyendo las condiciones de la vida.

"Entonces, estos son los dos retos fundamentales, en relación a los cuales el socialismo del siglo XX fue un estrepitoso fracaso, porque no logró la construcción de una sociedad más democrática que la sociedad capitalista.

Tampoco fue capaz de construir un patrón del ser de la sociedad, en términos de su relación con el resto de las redes de la vida, con lo que es la producción, la satisfacción de las necesidades, que fuese una alternativa al capitalismo. Sino que siguió con los mismos patrones, la misma ciencia, la misma tecnología, los mismos imaginarios del consumo que asocian la felicidad con la acumulación de bienes materiales".

El investigador venezolano dice que los retos que se plantean hoy no sólo en Venezuela, sino en los procesos de cambio que se desarrollan en América Latina, se tiene que avanzar en estas dos direcciones. La de democratización y de alternativa radical a los patrones de este desarrollo, esta noción de progreso. Nociones de crecimiento sin fin en un plantea limitado son hoy insostenibles.

Sobre los cambios ocurridos en la democracia los define como ambiguos. "Por una parte se han producido una profunda transformación en la cultura política popular. Se han generado procesos organizativos de base extraordinariamente extendidos, las políticas del gobierno han estado, en una buena medida dirigidas al impulso y al fomento del proceso de organización popular.

Pero en la medida que se mantienen las nociones clásicas leninistas de la centralidad del Estado y del partido, estas organizaciones están permanentemente en tensión, en búsqueda de autonomía y en tensión entre su instrumentalización por parte de políticas definidas centralmente o manejadas a través de la organización partidista".

Resalta que este es un terreno de conflictos en Venezuela que no garantiza de modo alguno, que se este avanzando hacia una ruptura de estas formas de control que impiden el ejercicio efectivo de la democracia.

Acerca de los patrones de desarrollo, asegura que -lamentablemente- la situación no tiene mayores ambiguedades porque hay una acentuación del modelo productivista, rentista, del modelo que hace que el conjunto de la economía venezolana está alimentada con la exportación de hidrocarburos.

"Esto significa, que en mi visión del problema, no es que piense que sea simplemente fácil, que sea sólo cerrar el chorro petrolero y hacer otra cosa. Pero que, necesariamente este es un tema que tiene que formar parte del debate nacional, tiene que formar parte de propuestas y experimentaciones en otra dirección. Y eso en Venezuela hasta ahora es extraordinariamente limitado".

Lander señala que la continuación de una matriz productiva sustentada en la exportación de hidrocarburos, es una dirección que frena, impide y obstaculiza la posibilidad de otras formas de producción, otras formas de consumo, otras formas de imaginar la buena vida.

Pero por otra parte, -dice- es también un mecanismo que fortalece el peso central del Estado como controlador de los recursos y que termina por convertirse en un obstáculo para la democracia.

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