EEUU opera aviones espías no tripulados sobre territorio mexicano, a pesar de la Constitución


Mariátegui
18/03/11


Estados Unidos comenzó a , con el objetivo “reunir información que ayude a localizar a narcotraficantes y sus redes de acción”, previa solicitud del Gobierno mexicano de Felipe Calderón.

El diario estadounidense The New York Times informó este miércoles que los vuelos comenzaron en febrero y forman parte de un acuerdo bilateral que profundiza la participación estadounidense en la lucha contra el narcotráfico en su vecino país.

La Constitución Mexicana prohíbe que militares o corporaciones policíacas extranjeras puedan operar en México, salvo en condiciones extremadamente limitadas.

El Gobierno mexicano confirmó que estas acciones se realizan particularmente en la zona fronteriza, bajo control estatal y respetando la legislación nacional.

“El gobierno de México ha solicitado en ocasiones y eventos específicos al gobierno de los Estados Unidos el apoyo de aviones no tripulados para la obtención de elementos de información específica” de seguridad, informó el gubernamental Consejo de Seguridad Nacional de México en un comunicado.

Los vuelos son realizados por los aviones no tripulados Global Hawk, unos aparatos que vuelan a más de 10 mil metros de altura y que no pueden ser vistos desde tierra.

El periódico reseñó que el presidente estadounidense, Barack Obama, y su homólogo mexicano acordaron formalmente esas misiones de vuelos a gran altura en una reunión realizada el 3 de marzo.

Sin embargo, la colaboración militar se mantuvo en secreto debido a sus posibles implicaciones políticas y legales, y para evitar afectar las sensibilidades políticas existentes respecto al tema de la soberanía nacional.

Obama y Calderón también acordaron abrir un Centro de Fusión Antinarcóticos, la segunda instalación de su tipo en México, donde corporaciones policíacas de México y Estados Unidos trabajarán juntas, como lo han venido haciendo en los últimos años.

La Iniciativa Mérida, tratado internacional de seguridad establecido por los EEUU en acuerdo con México para combatir el narcotráfico y el crimen organizado, es rechazado por los sectores de oposición mexicanos que aseguran que el polémico plan es una maniobra encubierta de Estados Unidos para entrometerse en los asuntos internos de la nación latinoamericana.

Además, es visto como una imitación del Plan Colombia, un ambicioso y controvertido proyecto concebido en 1999 por el presidente colombiano, Andrés Pastrana y el estadounidense Bill Clinton, y cuyo supuesto propósito era disminuir el tráfico y cultivo de drogas y resolver la guerra civil que vive ese país suramericano desde hace más 50 años.

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