Colombia: Tolemaida refugio de criminales


Revista Insurrección / Mariátegui
23/04/11


El nuevo escándalo de Tolemaida que por estos días sacude el país, con la desfachatez de la "reclusión" aplicada a militares acusados de crímen de lesa humanidad, es el último de la interminable lista de conductas ilegales del lado de quienes mal gobiernan, convertidas en rutina, sin que haya fuerza capaz de detenerlas y juzgar los responsables.

El Guavio, el holocausto del Palacio de Justicia, el proceso Ocho mil, la firma del Plan Colombia, la parapolítica, el poder de los narcoparamilitares en el Estado, las masacres de pobladores, el asesinato de defensores de derechos humanos, dirigentes sindicales y populares, los desaparecidos, la participación de congresistas en la narcoparapolítica, la visita de narcoparamilitares a la Casa de “Nari”, la fraudulenta elección y reelección de Uribe, el Pacto de Ralito, los cementerios clandestinos, las chuzadas del DAS, el ataque a Ecuador, el acuerdo de las últimas siete bases militares gringas, las misteriosas muertes de socios de Uribe, el desvío de fondos de Agro Ingreso Seguro, las pirámides, (pero no las de Egipto) los “falsos positivos”, el repunte de los neo-paramilitares y ahora la francachela de los militares responsables de crímenes de lesa humanidad, en la base militar de Tolemaida; son apenas unos cuantos ejemplos del terrible drama que se descarga sobre los luchadores populares, la población colombiana y los países vecinos.

El bochornoso espectáculo de Tolemaida, lleva a preguntarse, ¿existe o no en Colombia el fuero militar?, la formalidad, va por un camino, la realidad va por otro y para ocultarlo están las practicas demagógicas de los políticos de oficio y las grandes cadenas informativas dedicadas a contra informar al público.

Que tal este slogan:“los héroes en Colombia sí existen”.

Esos héroes aprendieron el arte de la guerra sucia en las escuelas de EE.UU. allí aprendieron a cometer delitos, saltarse las leyes, inculpar a otros y seguir delinquiendo.

Allí les enseñaron, que hay que matar clandestinamente los luchadores populares, así como a pobladores indefensos para generar terror y como esas prácticas son graves delitos, hay que crear el paramilitarismo y culparlo de toda la guerra sucia porque de esa manera, ni el Estado ni gobierno son responsables.

Pero esa conducta hecha rutina, se evidencia, entonces se recurre a la publicidad engañosa y se argumenta, que unos cuantos oficiales se han descompuesto, y convertido en manzanas podridas que hay que separar de la institución y así se resuelve el problema.

Sin embargo, la realidad se desborda y aunque el cuento de las manzanas se sigue pregonando, se anuncia el sometimiento de algunos de estos criminales a la justicia, los resultados de tal medida aparecen en el escándalo de Tolemaida, que es solo uno de tantos.

En días recientes, el abogado que defiende los afectados por los hermanos Nule, por el mal llamado “carrusel de la contratación”, dijo que el aplazamiento de su audiencia, era una burla a sus víctimas. ¿Cómo debe ser llamado por las víctimas de los criminales guarecidos en Tolemaida, este grotesco espectáculo?

Lo grave no es que los militares hayan impedido al INPEC revisar sus instalaciones ni el choque de trenes entre el Ministerio del Interior y el de Defensa. Lo tremendamente grave es que los criminales tengan su guarida en una instalación militar y se engañe a las víctimas y la opinión, que espera sanciones ejemplarizantes para quienes escudándose en la institución militar, asesinan inocentes, convirtiendo en jugoso negocio los crímenes de lesa humanidad y las Fuerzas Armadas oficiales que los indujo a esa práctica, ahora los proteja.

Si alguien duda que promover la guerra es jugoso negocio, en el grotesco escándalo de Tolemaida hay una demostración fehaciente, y ratifica la impunidad que ronda por arriba del 96 por ciento.

Respaldemos de manera decidida la lucha de las víctimas del conflicto interno en su exigencia de Verdad, Justicia y Reparación.

Solo la lucha decidida de todo el pueblo, de los revolucionarios de los sectores democráticos y progresistas, podrá impedir que los criminales refugiados en las instituciones militares, gocen de privilegios y engorden sus capitales con la sangre de los inocentes.

No más impunidad, urge justicia.

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