Perú: ¿Por qué las mujeres no votaremos por Keiko Fujimori?


Linda Lema Tucker * / Mariátegui
17/05/11


Hace algunos días, en el programa “No hay derechos” que emite diariamente radio San Borja escuché entristecida el testimonio de doña Raida Cóndor, madre de uno de los estudiantes de La Cantuta asesinados en la madrugada del 18 de julio de 1992 por el régimen de Alberto Fujimori.

Hoy día de la madre, aún escucho la voz entrecortada de doña Raida cuando con dolor recuerda a su hijo idolatrado, Armando Amado Cóndor que le fue arrebatado por el grupo Colina para secuestrarlo, asesinarlo, luego quemarlo y desaparecerlo. Han transcurrido 19 años de aquella oscura y siniestra madrugada en que se perpetraron estos horrendos hechos. Los asesinos están en prisión, la hija de Fujimori en campaña electoral canta victoria prematuramente pero Raida no vive en paz porque los restos de su adorado hijo aún no los encuentra. Ahora recuerdo que trémula de dolor, la acongojada Raida le dijo al periodista Glatzer Tuesta “Cómo podemos decir que somos madres cuando nos falta la presencia de un hijo". Y es que el dolor de Raida Condor nos retuerce y recuerda los años feroces de cruenta dictadura que el pueblo peruano padeció en los últimos años del pasado siglo.

¿Cómo entonces podemos votar por Keiko Fujimori, hija del dictador asesino y ladrón? ¿Cómo olvidar el fujimorato que encarnó la ruptura del orden constitucional, la disolución de la división de poderes y constituyó un sistema de corrupción institucionalizada? ¿Cómo olvidar la violación sistemática de los derechos humanos y las libertades fundamentales peligrando la libertad de expresión a través de la corrupción?¿Cómo no indignarnos con un spot publicitario de la “candidata feliz” que exhibe en brazos a sus hijas y saluda a la madres peruanas mientras Raida Cóndor llora al idolatrado hijo que su padre Alberto Fujimori mandó a matar?

Este día de la madre es bueno recordar pasajes de nuestra historia que las mujeres no olvidamos y que Keiko Fujimori premeditadamente silencia, aparece en las pantallas como buena hija, madre abnegada y ciudadana de cimentados valores que cree en las libertadas y respecto a los derechos humanos. Veámoslo.

Hace once años, las mujeres peruanas creamos el Frente Democrático de Mujeres (2000) para combatir la dictadura de Fujimori. En esa época las mujeres se convirtieron en auténticas luchadoras sociales: tomamos las calles, escribimos artículos, panfletos, volantes e impulsaron diversas acciones cívicas hasta que finalmente se derrotó a la dictadura más genocida y corrupta de nuestra historia. Hoy, la actual circunstancia nos enfrenta a una disyuntiva en la segunda vuelta electoral, en la que las mujeres hemos de optar entre Ollanta Humala (Gana Perú), un coronel del ejército peruano con un discurso nacionalista y Keiko Fujimori (Fuerza 2011) hija del ex dictador que actualmente se encuentra en prisión por los crímenes de lesa humanidad.

Yo mujer, no votaré por Keiko Fujimori por las siguientes razones:

Reivindica a su padre como “el mejor gobierno del Perú” y está rodeada de asesores y colaboradores de la dictadura como Jaime Yoshiyama, Rafael Rey, Martha Chávez y muchos otros.

Encarna la política corrupta y genocida que echó abajo los cimientos éticos de la sociedad peruana, sembró la violencia y la pobreza en el país. Por esta misma política fueron sentenciados su padre, Vladimiro Montesinos, Nicolás Hermoza Ríos, José Villanueva Ruesta, Santiago Martín Rivas, Carlos Pichilingue, etc., un total de 78 fujimoristas por violación de derechos humanos y corrupción según declara la revista Caretas (Nº 2176 del 14 abril de 2011).

Además, en la década de la dictadura, en que la Keiko Fujimori se desempeñó como primera dama durante los años de 1994 a 2000 lo hizo en el período de mayor corrupción consintiendo y aprobando robos, defraudaciones y estafas. Según la Procuraduría , solo se han repatriado unos 184 millones de dólares de los 6.000 que por lo menos fueron robados durante el régimen de su padre del erario del Estado.

Las mujeres no olvidamos la conducta de la candidata Keiko Fujimori que aceptó que su madre, doña Susana fuera desalojada de palacio, la dejó sola y consintió que su madre fuera torturaran física y psicológicamente en los ambientes del SIN, para luego ocupar su lugar como primera dama y ser parte integrante del régimen inmoral de Alberto Fujimori. Acordémonos, Keiko Fujimori nunca se pronuncio en defensa de su madre. Vivió alegremente en el extranjero con sus hermanos estudiando con el dinero de todos los peruanos. A mi madre, la veneré y admiré. ¿Cómo podría votar por una mujer que tiene invertidos sus valores respecto al amor a la madre?

Entre los años de 1996 – 2000 el gobierno de Fujimori llevó a efecto las intervenciones quirúrgicas perpetuándose cerca 300 mil esterilizaciones forzadas en su mayoría contra mujeres quechuahablantes, aymaras y nativas humildes y analfabetas, a las que se presionaba con quitarles la ayuda económica del gobierno. Esta política fue denunciada en forma reiterada por las organizaciones feministas. En esa época era parte integrante del Movimiento Amplio de Mujeres (MAM) decidiendo desarrollar “plantones de mujeres” frente al Ministerio de Salud tras investigaciones realizadas coordinadas con las mujeres rurales en las que la congresista Hilaria Supa jugó un papel relevante. ¿Esta política genocida contra las mujeres nunca fue denunciada por Keiko Fujimori.

Las mujeres no olvidamos la política insensible e inhumana del régimen que desmanteló o vendió las empresas públicas dejando a miles de trabajadores en la calle. Recordemos que alrededor de un millón de peruanos se vieron obligados a cambiar su modo de vida; imposibilitados de conseguir empleo, optaron por crear su propio puesto de trabajo como taxistas, ambulantes o tuvieron que emigrar al extranjero para poder mantener a sus familias.

No es posible guardar silencio ni ser contemplativos ante actitudes de la candidata del fujimorismo que ahora copia el programa de Ollanta Humala, cuando por un lado con prepotencia recibe el apoyo solapado de las empresas multinacionales que contratan a mercenarios como Hernando De Soto para que las comunidades indígenas (nativas y campesinas) vendan sus territorios ancestrales a las empresas millonarias. Expresa además absoluto desprecio por la vida e irrespeto por el dolor de los familiares de los estudiantes, compatriotas nuestros que fueron víctimas de un gobierno que avaló el asesinato y la tortura como parte de una política institucionalizada.
Las mujeres estamos seguras que las maniobras que realizan los dueños del poder económico y los medios de comunicación para favorecer a Keiko Fujimori no pasarán. A estas alturas el “Plan Sábana” y la “guerra del miedo” sembradas por El Comercio, Perú 21, Correo, Expreso, La Razón y promovidos por periodistas como Jaime de Altháus, Cecilia Velenzuela, Rosa María Palacios, Jaime Bayly, Aldo Mariátegui y Mónica Delta y otros tantos defienden tan solo la política genocida y corrupta ahora maquillada con el fastuoso nombre de libertad de expresión. El pueblo se da cuenta que la elección de la candidata fujimorista significaría para el Perú un retroceso para la democracia, una regresión a los métodos dictatoriales del pasado e impunidad de delincuentes genocidas.

Porque el pueblo peruano esta seguro que Ollanta Humala en el poder respetará la propiedad privada, no propiciará estatizaciones forzadas, no recortará la independencia de la prensa ni la inversión extranjera y está dispuesto a que la ciudadanía monitoree su gestión gubernamental dando pruebas irrefutables que el Plan de Gobierno de Gana Perú se ejecutará con democracia, buscando una saneada economía de mercado y una justa redistribución de la riqueza que combata a la pobreza de la patria de Tupac Amaru, hasta hoy olvidada.

Por todo esto, este día de la madre expreso mi solidaridad y respeto a doña Raida Condor porque los estudiantes de La Cantuta asesinados por el gobierno de Alberto Fujimori están más vivos que nunca, los que están muertos en vida son sus asesinos. Por eso el 5 de junio mi voto de mujer es Ollanta Humala.




* Linda Lema Tucker es socióloga y escritora. Ha desarrollado una importante trayectoria de trabajo por los derechos de las mujeres, la paz y el desarme y actuado por el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas. Ha participado en investigaciones y ha sido consultada por instituciones internacionales sobre temas de su especialización. Entre 2001- 2005 asesoró el Despacho Presidencial y el 19 de julio del 2005 el gobierno de Francia la condecoró con el título “Caballero de la Orden Nacional al Mérito”. Se ha desempeñado como articulista en las secciones de opinión de los diarios La República, El Comercio, El Peruano y actualmente es columnista La Primera. Recientemente , el pasado 23 de marzo del 2011, presentó su último libro ¿Fulgor o penumbra? El proyecto de gas de Camisea y el exterminio de los pueblos indígenas, en venta en las principales librerías de Lima.

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