Nueva clase política de Bolivia ovaciona a Ollanta Humala en La Paz


Daniel Ramos Mayta / Mariátegui
21/06/11


La nueva clase política boliviana, en su mayoría indígena, tributó el martes una cerrada ovación al presidente electo de Perú, Ollanta Humala, y a su esposa Nadine Heredia, en un exclusivo hotel de La Paz, donde el presidente anfitrión Evo Morales le ofreció una típica comida andina, en el marco de la gira que ha emprendido por Sudamérica el líder nacionalista peruano.

El mismo Humala se dijo gratamente sorprendido por el mosaico étnico de legisladores, trabajadores, mineros, fabriles, profesores y petroleros que le bañaron con elogios y expresiones encendidas de esperanza.

"Veo a los movimientos laborales, los mineros, los educadores, los pueblos originarios sentados en una misma reunión junto con los militares, junto con los cuerpos diplomáticos, junto con gente con saco y corbata. Creo que este es un mensaje de que algo está cambiando en este rincón del mundo, en Bolivia", añadió.

Humala y Heredia apenas pudieron almorzar para atender los discursos que le auguraron éxito en su Presidencia, que iniciará el 28 de julio que viene en Perú.

El "cálido" recibimiento que dijo sentir Humala, comenzó con el saludo de los jefes militares y policiales bolivianos que se cuadraron ante el nuevo Presidente de Perú.

El Presidente electo de Perú se sentó a una mesa que ofrecía un pastel de quinua, grano andino de alto valor proteico propio de la cocina criolla de ambos países andinoamazónicos.

De segundo plato los chef bolivianos ordenaron un asado de trucha, pescada en el Lago Titicaca que comparten Bolivia y Perú en los Andes sudamericanos, tratado con especies, ajo y tomillo entre otras, y, para el remate, un mousse de coca, hoja de la tradición de los habitantes de ambos países, tocado con finos dulces.

Humala recibió una serie de epítetos laudatorios que lo tuvieron al borde de la emoción.

"Un hermano originario que salió de entre las mayorías", coincidieron los líderes de los movimientos sociales, que fungieron de anfitriones.

"Los recibimos con cariño, con admiración y con mucha expectativa. Somos hermanos de historia, somos hermanos de sangre, compartimos cultura y queremos, también con usted, presidente Ollanta Humala, compartir nuestras más profundas convicciones, nuestras utopías y sueños colectivos por un futuro compartido entre dos pueblos hermanos", manifestó el ministro de la Presidencia, Carlos Romero, que pronuncio las palabras de bienvenida.

Romero repasó el proceso colonizador que la monarquía española emprendió en el nuevo continente desde finales del siglo XV, período en el que -dijo- se fragmentó a los pueblos hermanos.

Por eso, "nos alegra que usted como Presidente electo del Perú, nuestro hermano pueblo del Perú, haya decidido visitarnos, cruzar las frontera y los recibimos con el corazón, con los brazos abiertos de este humilde pueblo boliviano", agregó.

El almuerzo de confraternidad fue amenizado con la ejecución, por parte de la Orquesta de Cámara de La Paz, de aires criollos tales como de la Yungueñita y El Minero.

Agrupaciones folclóricas locales cantaron y bailaron en honor del visitante y su esposa.

Abundaron los saludos y las congratulaciones de oradores campesinos, indígenas, mineros, maestros y trabajadores petroleros, por primera vez en Bolivia en un acontecimiento de este tipo.

La victoria electoral que Humala logró el 5 de junio, frente a la candidata Keiko Fujimori, fue resaltada en mayúsculas por los prolíficos oradores bolivianos que hasta se refirieron en quechua, lengua del imperio Inca, que se asentó, con gran poder e influencia, en los territorios que actualmente pertenecen a la jurisdicción peruana.

Humala, entre bocado y bocado a una sopa de quinua y después a un plato de trucha del Lago Titicaca, fue convocado por los dirigentes sociales para recibir obsequios: primero un poncho rojo andino, luego un guardatojo minero y un casco de la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos.

El momento en que Humala se encasquetó la prenda de color rojo y se tocó con el casco típico de los combativos mineros bolivianos se perpetuado por cientos de fotógrafos y camarógrafos que asistieron a la comida.

Su esposa fue envuelta, asimismo, por una representante de las campesinas bolivianas, Julia ramos, con una manta azul, tejida con hilos de lana de camélido, prenda que popularmente abriga a las mujeres indígenas de los Andes.

Humala y Morales terminaron la comida con sendos discursos cortos y centrados en la integración de los pueblos y el compromiso de servicio y lucha por las reivindicaciones sociales.

"Muchas gracias a todos ustedes, compatriota Evo Morales y a todo su gobierno y a las fuerzas sociales, laborales, que hoy día me han permitido ver un panorama de esperanza, de futuro, de inclusión", manifestó Humala.

El Presidente electo de Perú durante su estadía en La Paz recibió también el saludo y el respaldo de sus compatriotas residentes en Bolivia.

"Saludamos este momento de integración histórica que Bolivia y Perú estábamos esperando. Todos debemos estar hermanados en un solo lazo de integración, somos una sola nación", dijo Willman Diaz, ciudadano peruano que radica en La Paz hace 14 años.

En sintonía, el saludo de los habitantes bolivianos propugnó la cuna originaria de Morales y Humala, "dos presidentes originarios de América que reflejan un cambio histórico" y "se juntan para poder diseñar políticas a favor de las mayorías americanas", dijo un poblador boliviano Evangelino Pattzi que se anotó en la lista de oradores.


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