Perú: (Puno) Para los aymaras no hay Estado, consulta, ni canon minero, sólo pobreza y abandono


Yásser Gómez / Mariátegui
16/06/11


Ante el supuesto "sólido" argumento que tienen el Estado, las empresas transnacionales, los inversionistas, la clase política y los medios de comunicación de que la explotación minera es necesaria e indispensable para el desarrollo del país y para la mejora del nivel de vida de sus habitantes. La realidad de exclusión, pobreza e indiferencia en la que viven -en este caso- el pueblo aymara de la Región Puno (zona surandina fronteriza con Bolivia) refuta de manera contundente este argumento del progreso.

En medio de las protestas frente a la sede de Panamericana Televisión en Lima, donde pobladores aymaras rechazaban que su líder Walter Aduviri sea detenido por haber liderado las protestas antimineras.

Mariátegui. La revista de las ideas recogió el testimonio de dos dirigentes de distintas zonas de la Región Puno, que nos demuestran que si en la época de la invasión española donde se explotaba a los pueblos indígenas en las minas de Potosí (hoy Bolivia) y estos vivían en la absoluta miseria, cientos de años después esta situación no ha cambiado.

Hoy pueblos como el aymara viven de la agricultura, la ganadería y la pesca que les sirve para la sobrevivencia, por eso rechazan las explotaciones mineras y petroleras que ponen en riesgo su existencia como personas y destruyen el medio ambiente. Aquí las dos historias.

Rofo Cachi Fernández es dirigente de de la comunidad nueva Quilca, ubicada entre las ciudades de Puno y Desaguadero que tiene alrededor de mil habitantes. Rofo como la mayoría de los habitantes de su pueblo se dedica a la agricultura y a la ganadería, siembra papa, trigo, cebada, oca, tauri, cría ganado vacuno, ovino, auquénidos y tambien caballos.

A 4 kilómetros de su casa en Nueva Quilca está ubicado el cerro Kafia y el lago Huara Huaran. En las faldas del esta montaña de donde preteden extraer minerales como el oro, la plata, el zinc y el uranio, que afectaría a los distritos ubicados ahí como Copani, Zepita y Pomata que viven de la agricultura.

"De la frontera de Desaguadero a Zepita son 28 kilómetros nada más, pero la ley dice que a menos de 50 kilómetros de las fronteras no pueden existir las minas.
Nosotros de eso vivimos y si va a haber minería ¿de qué vamos a vivir? ¿En el futuro a que se van a dedicar los jóvenes?. Estas tierras son nuestras, porque nos las han dejado nuestros ancestros" se queja Rofo Cachi.

Además agrega: "Nuestro rechazo a la minería es porque defendemos nuestra agricultura, la pesca, por eso queremos el cese definitivo de las concesiones mineras y petroleras".

El dirigente aymara de la comunidad de Nueva Quilca aseguró que durante el gobierno del dictador Alberto Fujimori se realizaron exploraciones petroleras cerca a su pueblo y al Lago Titicaca. Asimismo, advierte que el actual gobierno y algunos inversionistas quieren retomar esta actividad y desarrollar pozos petroleros, lo que produciría un desastre ambiental y social en toda esta zona.

El supuesto desarrollo económico y social que trae la minería, Rofo Cachi lo desecha con argumentos palbables para cualquiera que visite Puno. "Nosotros no conocemos ese llamado desarrollo, somos agricultores, ganaderos y en ningún momento hemos recibido ningún canon minero. A nosotros no nos ha apoyado ningún gobierno, nosotros trabajamos y sólo vivimos de la agricultura, la pesca y la ganadería, no recibimos nada del estado. Por las leyes dicen que existe el canon, pero quizás al gobierno central o local se lo darán, pero acá nunca ha llegado ese canon".

La consulta previa a los pueblos en el marco del Convenio 169 de la OIT que ha firmado el Estado peruano, nunca ha sido realizada en esta zona de Puno ni por la empresa privada ni por el Estado. " Eso nunca ha habido, a nadie de nostros se le ha consultado" señala indignado Rofo.

En cuanto a la infraestructura tanto en educación como en salud la ausencia del Estado es notable. Además de mucha pobreza en Nueva Quilca y cuando hace mucho frío en tiempo de heladas o cuando contraen una enfermedad los pobladores tienen que ir hasta el distrito cercano de Zepita -a 40 minutos de viaje en auto y 3 horas a pie-, porque ellos no tienen siquiera una posta médica o un centro de salud.

En lo educativo, tiene un colegio de inicial yprimaria levantado y financiado por los pobladores hace 11 años, ante los niños tenían que caminar muchos kilómetros para estudiar. Y para cursar la secundaria lo sniños y adolescentes tienen que viajar a otros distritos como lo hacen para el tema de la salud.


Rosa Tarqui Chamilla es dirigente del pueblo de Keyuyo, ubicada a una hora de viaje de Desaguadero. Rosa y su familia se dedican a la crianza de ganado vacuno, ovejas, chanchos, gallinas y cuyes para mantener su hogar y para poder educar a sus hijos. En su chacra siembra papa, cañihua, trigo, cebada, alfalfa y verduras. "Porque lo único que nos malogra es la helada, cuando no hay helada todo tipo de verduras produce. Nosotros no vamos al mercado como en la ciudad, como despensa recogemos todos estos cereales y las verduras, los guardamos y eso nos dura para un año. Entonces para un año preparamos y de la chacra sacamos, de ahí cocinamos, preparamos nuestro almuerzo desayuno y cena para nuestra familia" cuenta Rosa.

La exploración de la mina Santa Ana se ha instalado en el distrito Huaqullani en la frontera con Keyuyo, está a 2 kilómetros de la casa de Rosa, muy cerca del pozo de agua. La empresa minera no le ha consultado a los pobladores de la zona. "Nos han marginado completamente, -afirma Rosa- solamente a algunas personas que han recibido dinero, ahora tienen camionetas 4 x 4, se han comprado sus casas en Puno".

El pueblo de Keyuyo rechaza la minería. "Nosotros no queremos morir, si es que la mina va a funcionar totalmente nos va a matar a nosotros los humanos al igual que a nuestros animales, porque es el único pozo de agua que tenemos. Ese río en tiempo de lluvia baja hacia Bolivia, porque como nosotros estamos en la frontera con Bolivia, todo está en la subida que están instalando ahora. Es decir, también afectará a nuestros hermanos bolivianos, por eso la prensa y algunas autoridades nos han acusado que el distrito de Keyuyo está unido con los Ponchos Rojos de Bolivia. Sin embargo todavía no hemos conversado con ellos, pero ellos están alertas".

En Bolivia, los pueblos que están cerca a Keyuyo son Desaguadero y el Canton (equivale a lo que son los distritos en Perú) de Villa Fusuma. Esa misma agua del río la utilizan para sus ganados. Entonces, con los hermanos bolvianos vienen van, como en su casa, siempre están comunicados. Pero hasta ahora no le han pedido ayuda ni nada.

Rosa confiesa que en Educación están pésimos. "Por qué no hay buenos locales, no hay buenas aulas. Porque de la inversión que reciben nuestras autoridades, del canon minero por ejemplo, a nosotros ¿qué? a caso nos dan un pan duro si quiera, nada, no recibimos nada de ellos".

Los pobladores de Keyuyo ha construido los cuatro colegios que hay en el distrito. "La educación que recibimos del Estado es pésima, no hay buenos profesores. Sólo nos envian a los profesores que están en el tercer nivel y a todos los maestros que están en primer nivel lo envían a la ciudad de Puno. Por eso no hay buena eneseñanza y educación para nuestro distrito".

En Keyuyo sólo hay un centro de salud. Pero los pobladores se sienten marginados porque no hay buena atención. Cuando le solicitan el seguro de salud no les aceptan, todo cuesta, les cobran de todo. "Cuando vamos a la posta, nos dicen los pagos de consulta es aparte, de medicina es aparte. Además cuando le da la gana nos vende, pero cuando no quieren nos dicen no hay".

Rosa Tarqui denuncia que el gobierno los utiliza siempre. "Nosotros hemos elegido al señor Alan García, hasta su foto tengo en mi casa, el presidente nos ha prometido el Banco Agrario, por eso con ganas hemos votado por él. Ahora con su indiferencia es como si nos hubiera dado una patada de burro, me duele mucho eso. Ni siquiera cuando nosotros le hemos necesitado nos ha respondido, para nosotros se ha vuelto ciego, sordo, mudo. Y nos ha tratado como animales salvajes, nos dice que somos grupos de personas que hacen su huelga de manera violenta. Así lo hemos escuchado por la televisión, por la radio".

Este es el Perú indignado y convulsionado que deja el gobierno neoliberal aprista, porque el establecimiento arrastra un Estado oligárquico y colonial, que de la corona española, pasó al dominio económico británico, luego norteamericano y hoy al de las transnacionales e inversionistas.

Mientras Ollanta Humala gana las elecciones presidenciales apoyado por un pueblo furioso ante tanta injusticia, los ricos preocupados hacen su pataleta haciendo caer la Bolsa de Valores de Lima y los aymaras viajan a Lima para conversar sus problemas con el gobierno central, que ordena meterlos en prisión por atreverse a venir sin que se les hayan invitado oficialmente.

Es que algunos siguen pensando que Lima es el Perú, que nuestro país sólo se polariza cada cinco años cuando hay hay elecciones. Pareciera que no conocen nuestra historia.


Yásser Gómez. Periodista. Editor de Mariátegui. La revista de las ideas.

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