Indígenas de Ecuador indignados por situación de pueblos indígenas de Toribio, Carinto, Jambaló, Caldono, Mondomo y Siberia de Colombia


Mariátegui
15/07/11


La Confederación Kichwa del Ecuador ECUAURNARI, rechazamos y condenamos el ataque cobarde en el Municipio de Toribio cometido por la FARC a la sociedad civil y los pueblos indígenas de Colombia.

De acuerdo las fuentes informativas y por los pronunciamientos propios de nuestros hermanos indígenas de Colombia. “El pasado 9 de julio de 2011, en horas de la mañana, las FARC atacaron el casco urbano en un día de mercado en el Municipio de Toribio, utilizando una chiva bomba cargada con explosivos de alto poder, causando la muerte a dos civiles, Jesús Muñoz y Diego Penagos, hiriendo a 73 comuneros indígenas. Además de un muerto tres heridos de la policía, el grave hecho dejó gran destrucción en viviendas y establecimientos públicos. La magnitud del impacto fue tal que generó daños a 400 metros a la redonda. La oportuna reacción de la guardia y las autoridades indígenas permitió la evacuación de los heridos y la atención humanitaria a la población”.

Desde ECUARUNARI aseguramos que los pueblos indígenas y originarios en todo el continente, somos pueblos de paz y de armonía; sin embargo, en muchas regiones sufrimos ataques como represión, segregación racial, atropellos, despojos de sus territorios y la impunidad. Por ello nuestro pronunciamos y solidaridad, y exigimos respeto del Gobierno de Colombia para nuestros hermanos, que garantice la paz interna en los pueblos y cese la guerra interna.

Lo sucedido en Toribio y de manera simultánea los ataques en otras poblaciones de Jámbalo, Corinto, Caldono, Mondomo y Siberia, lo que nos muestra que trágicamente la estrategia de los grupos armados se está concentrado en los territorios indígenas. El Gobierno de Juan Manuel Santos en vez de encubrir el ataque y los crímenes de los grupos armados, debe investigar y castigar ejemplarizadoramente a los autores, cómplices y encubridores de estos ataques y crímenes.

Desde ECUARUNARI, apoyamos los pronunciamientos hechos ya desde los pueblos hermanos de Colombia, ya que en vista que ni la insurgencia, ni el Gobierno Colombiano de Santos están interesados en una salida política al conflicto armado en Colombia, nos unimos e igual llamamos a todo el movimiento indígena de Abya Yala, población en general, a la comunidad internacional a que trabajemos por una solución construida desde la sociedad civil, de manera participativa para obligue el cese de la guerra y el conflicto armado.



Consejo de Gobierno de ECUARUNARI



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Señor Presidente:

¡Reconstruir Toribío y Corinto, no destruirlos!



Tras los crímenes de guerra de las FARC, el gobierno ordena cometer más crímenes de guerra.


Santander de Quilichao, 11 de julio 2011.


La Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca -ACIN- CXHAB WALA KIWE, rechaza de manera contundente la orden del presidente Juan Manuel Santos respecto de destruir las casas de los indígenas, campesinos y pobladores urbanos de Toribío, Caldono, Jambaló, Corinto y Caldono, donde la guerrilla se ha escudado y desde donde presuntamente dispara sus armas y lanza artefactos explosivos. Resulta totalmente inaceptable que luego de que la guerrilla de las FARC en un ataque demencial destruye y afecta cerca de 330 casas en el área urbana de Toribío y 150 casas en Corinto, el señor Presidente de la República ordene destruir las casas que han quedado en pie y seguidamente ordene la construcción de un batallón de alta montaña en el Corregimiento de Tacueyo, es totalmente absurdo todo esto.



Respecto, a las casas señor Presidente:


Esta medida no es un acto militar, sino que de realizarse constituye un crimen de guerra. El ataque y las represalias contra bienes civiles están totalmente prohibidos por el Derecho Internacional Humanitario (Artículo 3 del IV Convenio IV de Ginebra, Artículo 52 de Protocolo Adicional I). Lo que ordena el Derecho Internacional Humanitario es exactamente lo contrario: si un actor armado violando las normas de la guerra utiliza un bien civil y sobre todo una vivienda como escudo, el actor enemigo debe abstenerse de atacarlo. Y cuando haya dudas, se debe presumir que se trata de bienes civiles protegidos que no pueden ser atacados.



El presidente Santos dice que la medida se aplicará luego de comprobar que efectivamente las casas hayan sido usadas para propósitos militares. Nosotros ya sabemos cómo es que los actores armados (legales e ilegales) comprueban: disparan primero y preguntan después. El gobierno es consciente de que una orden de este tipo, en un contexto de hostilidades cotidianas como el que se presenta en la zona, donde se reportan más de 600 actos bélicos en los últimos 10 años, con una fuerza pública paranoica y sedienta de mostrar resultados, termine con todas las viviendas en la mira de ser destruidas por considerarlas una amenaza latente.



Es contradictorio que cuando las comunidades están a la expectativa de la reparación de sus viviendas destruidas por la acción bélica, el gobierno en cabeza del Presidente –enceguecido por la obsesión de la guerra– solo piense en terminar de destruir lo poco de la infraestructura civil. Señor presidente, de manera respetuosa pero firme le decimos: ¡se trata de reconstruir Toribío y Corinto, no destruirlos!



Respecto al batallón de alta montaña:



Igualmente, rechazamos esta medida señor Presidente sin pretender rechazar la presencia del Estado en el país. Como están las cosas consideramos que este batallón es contra la comunidad, no contra la guerrilla. Estas instalaciones solo sirven como objetivo militar de la guerrilla, y no aportan para nada a la seguridad de las comunidades, ahora la guerrilla tendrá un argumento más para cargarla contra Tacueyo y su población. Le queremos recordar al gobierno que la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas –que es fuente indiscutible de derechos en Colombia– establece que cualquier operativo y proyecto de infraestructura de tipo militar en territorios indígenas debe contar con el consentimiento libre, previo e informado de las autoridades y comunidades.



Señor presidente: la guerra no se termina con más guerra; eso ya está suficientemente demostrado en más de 50 años de confrontación armada en Colombia. Señor Cano: su guerra popular hace rato se convirtió en una guerra contra el pueblo. Es hora de dialogar para encontrar una solución política a este conflicto que nos extermina.



CONSEJERÍA MAYOR ASOCIACIÓN DE CABILDOS INDÍGENAS
DEL NORTE DEL CAUCA – ACIN - CXHAB WALA KIWE
Y AUTORIDADES QUE LA CONFORMAN

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