Políticas editoriales del Ministerio del Poder Popular para la Cultura de Venezuela



Exposición en la 16 Feria Internacional del libro de Lima

Mariátegui
25/07/11


Christian Valles. Antropóloga e historiadora de la UCV (Universidad Central de Venezuela), presidenta del Instituto Autónomo Centro Nacional del Libro de Venezuela expuso sobre las políticas inclusivas como la masificación de la venta -y entrega gratuita de importantes obras tanto escritas como visuales- de libros a bajo costo, la promoción de nuevos escritores, las ferias populares de libros que llegan a todos los rincones de Venezuela, todo esto a partir del proceso del gobierno de la Revolución Bolivariana

Roberto Hernández Montoya. Ensayista, periodista y Humorista. Licenciado en Letras por la Universidad Central de Venezuela (UCV). Presidente del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG). Explicó la importancia de los libros -como un conjunto de signos que pueden tomar muchas formas- a lo largo de la historia universal y en particular, cómo las políticas editoriales en Venezuela han contribuido -mediante los talleres y planes de lectura- a la formación intelectual y humana sobre todo de los más desposeídos.

A continuación las ponencias de estos dos compañeros venezolanos en la 16 FIL Lima 2011, para conocer la importancia que tienen los libros y la lectura en este proceso de cambio que ocurre en tierras llaneras.


Christian Valles


Este resultado es un esfuerzo editorial que al final son esfuerzos sociales para no sólo la difusión de la literatura venezolana sino el estímulo de la lectura y la incorporación e inclusión de nuevos autores al mundo editorial.

Antes de hablar de lo que es la experiencia actual, creo que tenemos que remontarnos a como era la política editorial venezolana hasta el año 2004 que es cuando realmente despunta.

A partir de los años 2003, 2004, 2005 es cuando empieza a despuntar y cuando empieza a alcanzarse lo que hoy estamos logrando.

En Venezuela la legislación vigente en materia de libro y lectura es del año 1998, es decir es una ley anterior al advenimiento de la Revolución Bolivariana del gobierno del presidente Hugo Chávez.

Y es una ley absolutamente neoliberal, de hecho esa ley fue redactada con un espíritu no sólo comercial sino muy desventajoso para el Estado, en el sentido de que el Estado ponía todo pero el sector privado se llevaba los beneficios.

Sin embargo, esa limitación, la Ley Nacional del Libro que crea el Instituto Autónomo Centro Nacional del Libro, que es el organismo que yo presido como ente rector en materia del libro y la lectura en Venezuela.

Ha sido desplazada por la vía de los hechos, o sea no de derecho no se ha sustituido por una nueva ley, pero esa ley por ejemplo decía que el Estado tenía una obligación de editar 5 libros al año. Evidentemente 5 libros al año no es nada, suponiendo que el tiraje promedio de una obra son 3 mil ejemplares son 15 mil libros que circularían si mantuviésemos esa política editorial.

Y digamos se descargaba tanto en el sector privado como en las transnacionales del libro todo lo que refiere a la importación, distribución, venta y consumo como le llaman por ahí de bienes culturales asociados al área de sector libros.

Cuando uno deja en manos sólo de la industria cultural del libro y abandona, digamos el rol de garante de los derechos culturales de la ciudadanía se expone a no solamente a que los autores nacionales no sean publicados ni sean conocidos, sino que lo que se lee es de una sola dirección, una sola visión que es la comercial y sólo se conocen a los autores que las grandes empresas transnacionales del libro quieren dar a conocer.

O sea los autores que llaman algunos autores menores, no son menores para nada pero los que no tienen la posibilidad de llegar o de ser mercadeados.

Es decir, realmente el término mercancia es el que mejor describe esta situación, los que no pueden ser mercadeados a través de las transnacionales del libro o cuyos derechos de autor a veces son comprados pero no son divulgados.

Esta es una práctica bastante usual en el área del disco y del libro, tienes un escritor o un cantante muy bueno pero te interesa comercializar a otro, pues le compras los derechos y nunca los grabas, no lo distribuyes y por lo tanto su obra no es conocida.

Entonces, digamos como les he mencionado en el año 2004 Venezuela tenía una producción de libros per cápita que llegaba a 0,18, es decir cada libro equivalía como a un bracito mas o menos de una persona.

Por supuesto que estábamos muy lejos de grandes centros de producción y distribución de libros en América Latina, los tres primeros de ellos conocidos por todos: México, Argentina y Colombia, que son los grandes productores y editores de libros en América Latina.

Nosotros ahorita estamos peleándonos con Perú el cuarto puesto, si Perú editara menos libros pequeñitos a lo mejor le ganaríamos (risas).

Efectivamente ahora estamos en el cuarto lugar en producción de libros y me estoy refiriendo solamente a los libros que publica el Ministerio del Poder Popular para la Cultura en el área que corresponde a lo que nosotros llamamos la Plataforma del Libro.

Cuando decimos que estamos en cuarto lugar, no estamos contando ni lo que edita otras instituciones públicas ni lo que edita el sector privado, osea que estamos todavía muy por encima de esa cantidad.

En el año 2004 se crea la Biblioteca Básica Temática, que son unos libros de bolsillo en un formato ligero, pequeño de 92 páginas cada uno, que se le encargaron a los mejores escritores y escritoras de Venezuela sobre temas específicos.

Por ejemplo Estefanía Mosta -que lamentablemente murió- una gran escritora venezolana se le encargó un libro que se llamaba maternidad, la idea es que cada mujer que diera a luz en una clínica privada o en un hospital público se le entregaba su libro Maternidad.

La Carta de Ciudadanía que está escrita por William Osuna en cuanto a que si algún niño sacaba su cédula de identidad se le entregaba su libro. Uno que escribió Carlos Brito, Lujo y Gloria del Deporte se suponía que a los deportistas se les entregaba su libro.

Eran libros concebidos para públicos específicos y resulta que para que los 25 libros llegaran al público al que iba dirigido, es decir -nosotros no hablamos tanto de público- sino al pueblo al que iba dirigido, necesitábamos la colaboración de los ministerios como específicos que les correpondía el área y eso no se logró.

Así que terminamos haciendo las bibliotequitas, las colecciones de los 25 libros, incluyéndonos en una jornada maravillosa fue la primera jornada masiva que tuvimos de entrega gratuita de libros en todas las plazas Bolívar del país, simultáneamente.

En Venezuela es obligatorio que en cada población haya una Plaza Bolívar, entonces en todas las plazas Bolívar, capitales de los estados o municipios, se distribuyó simultáneamente a la misma hora 25 millones de libros.

En ese momento teníamos 25 millones de habitantes, es un anécdota muy engorrosa que cuando se editaron los libros no teníamos donde meterlos. Es decir, cuando tuvimos aquella cantidad de pies cúbicos de libros impresos, no había galpones, no había donde tener aquella millonada de libros, donde alamacenarlos, fue un problema tremendo.

Y cuando los fuimos a trasladar al interior del país para hacer la distribución masiva, resulta que tampoco había camiones. Es decir, no había gandolas, porque como ustedes saben esos camiones tienen un peso específico, pueden llevar una mercancía sólo hasta cierto número de toneladas, y el papel pesa mucho.

Entonces, para trasladar por ejemplo al Estado Cojedes que tiene 300 mil habitantes, las colecciones que correspondían no habían suficientes camiones porque todo se estaba haciendo en simultáneo.

Es decir, los camiones tenían que salir desde Caracas donde estaban los libros y llevarlos al interior del país ¿cómo concentrábamos esos camiones en un sólo lugar y los cargábamos? No encontrábamos camiones, porque no todos los camiones o gandolas de Venezuela van a estar esperando por nosotros para enviar los libros, que tienen digamos sus mercancias de distribución ordinarias.

Pero fue una experiencia increíble, a mí me tocó estar en la Plaza Bolívar de Caracas ese día distribuyendo libros. Escuché frases y están grabadas que uno nunca se hubiese imaginado en el país que teníamos, no en el que tenemos ahora.

Que era a la gente haciendo cola, las colas daban vueltas y vueltas por la Plaza Bolívar, iban, bajaban hasta el Metro. La gente pacientemente hacia su cola para buscar su libro, y de pronto un señor levantó su bilbioteca y dijo: "esto es mejor que comprarse una caja de cerveza, ¡viva la cultura!".

Y en ese momento entendimos que algo estábamos haciendo bien, que algo estaba pasando y algo iba a pasar.

Entonces, nosotros en el Ministerio de la Cultura tenemos tres editoriales muy conocidas, que están en nuestro pabellón (FIL Lima 2011), ahorita representadas que son dos de larga tradición: Monte Ávila Editores Latinoamericana que es una editorial que tiene más de 30 años, que tiene un prestigio ganado y que en algún momento -por cierto- tuvo un catálogo de autores realmente impresionante.

Cuando se empezó el proceso de privatización de Monte Ávila -durante la Cuarta República- una de las cosa que se hizo para quebrar la empresa fue vender a los autores más notables que esta tenía.

Entonces Monte Ávila -eso fue a mediados de los noventa- perdió parte de su catálogo, autores que luego ganaron el Premio Nobel de Literatura pero Monte Ávila se ha ido recuperando, llego un momento en que Monte Ávila llegó a publicar sólo diez títulos en un año y fue muy triste.

La otra editorial -digamos- bandera de Venezuela es la Fundación Bilbioteca Ayacucho, probablemente -no quiero pecar de inmodesta- es la colección bilbiográfica más importante de América Latina, por lo menos del sector público, no estoy hablando de las grandes editoriales privadas.


De hecho tenemos ahorita una crisis en Venezuela y hay que reconocerla, una crisis grave porque estamos vendiendo mucho más rápido de lo que podemos reimprimir o reeditar, se nos están agotando los libros porque vendemos muchos libros.

Y en el caso de la Biblioteca Ayacucho, es una colección que es un tesoro, que nació como una iniciativa de integración latinoamericana ha mantenido esa vocación publicando las grandes obras de América Latina, que van desde las crónicas históricas hasta los grandes clásicos de la literatura latinoamericana.

En el caso de Perú hay autores publicados como César Vallejo o Clorinda Matto de Turner.

Y hace cinco años sin perder el perfil -digamos- de las editoriales que ya existían que eran Monte Ávila y Biblioteca Ayacucho se decide crear una nueva editorial, que es la que llamamos la editorial de la revolución, que es la editorial El Perro y La Rana.

Esta editorial se llama así, porque el logotipo del Ministerio de Cultura su origen es una pintura del pueblo indígena Panaré, un pueblo Caribe que habita en el Estado Bolívar en Venezuela.

Por supuesto es uno de esos sellos que utilizan para decorar el cuerpo, lo decoran con achote. Y el logotipo que se escogió es este, -indica con sus dedos- que tiene esta rana, este perro y este ser humano en el medio.

Y entonces, se decidió que en alusión al logotipo del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, la nueva editorial que surgia con la revolución era El Perro y la Rana.

El perfil de El Perro y la Rana a diferencia de Monte Ávila o de Biblioteca Ayacucho surgió más como un esfuerzo para incorporar a nuevos autores.

Y se inició El Perro y la Rana con un concurso de literatura llamado Cada día un libro, ese es un concurso literario que se dio en todos los municipios del país -Venezuela tiene 335 municipios- que equivalen casi a los 365 días del año.

La idea es que los ganadores y ganadoras de cada una de esos concursos literarios en los municipios y en los estados, su obra iba a ser publicada.

Entonces, de cada día un libro salió un editorial cuya primeros libros fueron 335 títulos, ya ahí se evidenció el carácter masivo. El Perro y la Rana es una editorial masiva, inclusiva, hay un elemento muy importante que junto con El Perro y la Rana, como parte de un proyecto de ese fondo editorial, nacieron los que se llama el Sistema Nacional de Imprentas Regionales.

Es decir, en cada una de las 24 entidades federales de Venezuela, en cada uno de los estados hay una imprenta regional, local. Esas son unas imprentas muy artesanales, no tienen capacidad en ilustraciones a colores, son a blanco y negro, las portadas son con una cartulina muy vieja pero digamos no son ediciones de lujo.

La idea es que allí los escritores también puedan publicar en los estados, ser conocidos en los estados. Hay mucho de memoria local, sobre todo que se recoge y que se edita a través de las imprentas regionales, que permitían como un primer canal, digamos para ir nutriendo a las editoriales grandes.

Sin embargo, eso no es lo único que se publica en el Ministerio y Roberto (Hernández Montoya) que es el presidente del CELARG (Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos), la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello también publica, el Centro Nacional de Historia está publicando mucho y muy bueno, sobre todo ahora que estamos en estos tiempos de independencia, el Archivo General de la Nación también está publicando.

Además, otras áreas del Ministerio de Cultura también tiene no solamente un proceso editorial continuo sino que tienen mucho valor. En el caso del Iartes por ejemplo esa biblioteca maravillosa que publicó de artistas plásticos venezolanos, son también colecciones de bolsillo pero de altísima calidad editorial, tapadura, full color.

Y ahí están los grandes autores de las artes plásticas de Venezuela. Los museos publican y en el caso de otros ministerios la cantidad de publicaciones es extraordinaria.

El caso del Ministerio de Comunicación e Información (MinCI) que inició primero con unos folletos, unos catálogos después si tuvo libros editándolos como con más frecuencia y ya por último a través del periódico El Correo del Orinoco, crearon una colección muy buena de libros que se distribuyen gratuitamente y que aquí también vamos a presentar en esta feria algunos de ellos.

En Venezuela tenemos una ventaja comparativa porque es que tenemos un presidente de la república que lee mucho. Entonces, el presidente Hugo Chávez lee y recomienda los libros, es decir no hay ninguna jornada en el que uno escuche al presidente y no lo oiga citar a un autor y decir estoy leyendo este libro, leeré un fragmento del libro y lo cita continuamente.

Se agotan los libros que él recomienda, por ejemplo cuando estuvo en las Naciones Unidas recomendó el libro de Chomsky, subió rápidamente sus ventas en Amazon. Cuando le regaló a Obama La Venas Abiertas de América Latina se agotó, tuvieron que sacar más ediciones porque todo el mundo lo pedía.

Es decir, ahí tenemos no solamente un gran lector y un gran promotor de la lectura sino un gran editor. Porque como les dije, mucha veces los libros que él recomienda no solamente son inmediatamente reimpresos y reditados.
Al ser una reedición en algunos casos ya lleva como el prólogo, el apunte de que fue el presidente Chávez que mencionó el libro o tomado en cuenta.

Ha habido escritores que han ido a Venezuela -han tenido la fortuna de conocer al presidente- y se han quedado asombrados.

Recuerdo en este momento a Oswaldo Zunkel de la CEPAL, él tiene una compilación que ha sido editada por el Fondo de Cultura Económica (FCE) que se llama El Desarrollo hacia dentro, el desarrollo desde dentro. El presidente Chávez no sólo lo leía sino lo tenía todo subrayado, estaba todo desgajado y cuando Zunkel fue a Venezuela al programa de televisión del presidente, recuerdo que dijo llorando, conmovido: "Nunca pensé que alguien nos iba a ser caso con la teoría que estamos generando para establecer el pensamiento económico desde América Latina y para América Latina. Y mucho menos pensé que un presidente lo iba leer, lo iba a subrayar, lo iba a tomar en cuenta y lo iba a tratar a sacar adelante -digamos- en su planteamiento".

Las siguientes son cifras que responden a como está organizado el Ministerio del Poder Popular para la Cultura tiene 39 organismos adscritos.

En el caso del libro somos 12: El Centro Nacional del Libro, 3 editoriales (Monte Ávila, Bilbioteca Ayacucho y El Perro y la Rana) 2 centros de formación e investigación que son el CELARG y la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello, una imprenta de la Cultura que tiene la capacidad de imprimir millones y millones de libros en un mes, tenemos además a la Distribuidora Venezolana del Libro y 56 librerías del Ministerio; Librerías del Sur, hay por lo menos una librería en cada Estado del país, tenemos también al Centro Nacional de Historia y por supuesto la Biblioteca Nacional y el Archivo General de la Nación, todos estos entes están reunidos en una unidad organizacional que se llama la Plataforma del Libro, Pensamiento y Patrimonio Documental.


Esto implica que dentro del Ministerio tenemos la capacidad operativa de incidir en todos los eslabones del libro y la lectura. Es decir, vamos desde la captación de autores, le edición, la impresión, la publicación, la venta en las bibliotecas y por supuesto los distintos planes de lectura.

Y las actividades que realizan los centros de investigación como la Casa de las Letras y el CELARG, en el caso del primero sobre todo talleres de literatura, de lectura comunitaria, hacen un buen trabajo en liceos.
El CELARG no solamente fomenta el estudio y el conocimento de Rómulo Gallegos como uno de los grandes autores venezolanos del siglo XX, sino que también propone líneas de investigación, de formación, tiene contacto permanente con otros centros del ámbito literario en América Latina y en el mundo en general y está muy vinculado a las redes de intelectuales y vamos a la generación de ese intercambio y ese debate permanente de ideas tanto al interior como al exterior del país.

En el acto de inauguración hable de las ediciones masivas, que son programas que tiene el Ministerio, se ejecutan básicamente a través de El Perro y la Rana como editor pero ha habido otras experiencias como en el caso del libro Don Quijote nosotros desde el año 2004 hasta hoy hemos distribuido gratuitamente 37 millones 390 mil libros.

Esos títulos de las ediciones masivas son 27 millones de la Biblioteca Básica Temática de las que hable incialmente, de Don Quijote de la Mancha 1 millón de ejemplares, de Los Miserables 1 millón 500 mil en los 3 tomos, Las más hermosas cartas de Amor entre Manuela y Simón de esas se han editado 2 millones 500 mil.

De las bibliotecas de los Consejos Comunales que fue una experiencia muy importante, de reunir 100 títulos fundamentales para el conocimiento y el estudio en las comunas, es decir en los territorios comunales se editaron 5 millones de libros en 50 mil colecciones.

De Doña Bárbara de Rómulo Gallegos se distribuyeron 100 mil ejemplares, del libro Francisco Miranda de Carmen Bohorquez se distribuyeron 200 mil ejemplares, del título Para nosotros la patria es América se distribuyeron 30 mil ejemplares y de una antología a Miguel Hernández en ocasión del centenario de su nacimiento se distribuyeron 40 mil ejemplares.

En el caso de las editoriales que han tenido un repunte muy importante, por ejemplo en el caso de Monte Ávila pasó de editar 5 o 6 libros al año, ha editado 343 títulos, 1 millón 349 mil 850 ejemplares, 16 reimpresiones.

El Perro y la Rana que tiene 5 años ha editado 1903 títulos de una cantidad importante para una editorial en 5 años.

En el caso de la Biblioteca Ayacucho sólo tiene reediciones, en el caso de la Casa Nacional de las Letras 66 títulos son 297 mil ejemplares y si a eso unimos las ediciones masivas tenemos un total de 45 millones 446 mil 350 ejemplares editados sólo en esas editoriales. No estamos contando todo lo otro que se edita en Venezuela.

Y en el caso de las imprentas regionales, la meta que había fijado el anterior ministro era que se publicara por lo menos un libro a la semana en cada Estado.

Sabemos que no es así, tenemos que ser autocríticos, las imprentas regionales empezaron con mucho empuje pero fueron decayendo por muchas razones.

A veces las máquinas se dañan, el repuesto no se consigue fácilmente pero también en nuestro pabellón -stand- podrán ver algunas de las ediciones que han surgido en las imprentas regionales y digamos que dentro de su ámbito de competencia ha sido bastante exitosa y ha permitido, por lo menos inicialmente cumplir con el cometido, que era que los autores que nunca podían ser publicados y ver sus libros en las librerías aun cuando no sea en esas grandes editoriales por lo menos tienen esa oportunidad.

Lo que ha hecho el gobierno es generar las condiciones que permitan el surgimiento de nuevos autores, de nuevas publicaciones, de mayor cantidad de libros y de mayores lectoras y lectores.

La Feria Internacional del Libro de Venezuela - FILVEN, es una feria que tiene la sede central en Caracas pero se traslada a las 24 entidades federales del país. La feria está en todo el país, hay una feria en cada Estado y a veces en más de un municipio con una carpa mucho más pequeña, más modesta pero sigue siendo la FILVEN.

Este año la feria ya se ha producido, en los años anteriores se hacía o antes de la feria grande -digamos la feria de Caracas- o inmediatamente después. Este año, en razón del cambio de mes, nuestras ferias siempre se hacían en noviembre pero este año la cambiamos a marzo, porque llovía mucho siempre en noviembre y nuestras ferias son a cielo abierto, no son en recintos cerrados.

Y las ferias se han estado desarrollando a lo largo del año, ya llevamos más de la mitad del territorio cubierto por la FILVEN y creemos que dentro de esta política editorial cumple un papel importante -son ferias populares, no se cobra entrada, es un criterio distinto- pero que comparten con nosotros la cuestión festiva, se venden muchos libros, además los libros en Venezuela son muy baratos, los libros públicos son muy baratos.

La gente puede ir, no sé, con el equivalente a 10 dólares y salir con 20 libros y son libros de buena calidad. Tenemos además libros de todos los géneros, nosotros somos acusados de tener solamente libros marxistas o de izquierda. Pero el que vaya al stand (FIL Lima 2011) va a ver poesía, narrativa, ensayo, hay de todo.

Efectivamente, en Venezuela por razón del proceso revolucionario en el que nosotros estamos viviendo, hay mucho interés en la literatura política y en el ensayo de izquierda, digamos literatura de izquierda.

Si usted quiere informarse, quiere conocer, quiere saber, entonces se editan estos libros que se agotan rápidamente.

Pero tenemos de todo, tenemos poesía nacional y poesía universal, entonces nadie nos puede acusar de publicar sólo libros de una sola tendencia o libros de un sólo género.

La muestra está ahí, hemos traído lo que hemos podido porque muchos de nuestros libros están agotados, sin embargo hemos hecho un esfuerzo grande por estar aquí y traer libros de mayor calidad. Ahora le cedo el uso de la palabra a Roberto.



Roberto Hernández Montoya


En forma concreta del asunto del libro en Venezuela yo quisiera hablarles algunos aspectos más generales.

Precisamente la plataforma del libro a la cual pertenecemos todas las editoriales, imprentas, distribuidoras que estamos vinculados con el libro, hemos estado discutiendo una Ley del Libro.

Para suplir la actual Ley del Libro que es muy comercial y muy capitalista. Entonces, en la cual el héroe de la película es el editor que es el que vende libros, es el que produce ganancias.

Hemos discutido y finalmente hemos concluido que un libro no es un fajo de papeles manchado de tinta y encuadernados solamente. Esa es una de las versiones de lo que es un libro, que además ha predominado durante siglos y que seguirá existiendo seguramente para nosotros.

Porque antes de eso, antes incluso del pergamino, el papiro e incluso mucho antes de la piedra había libros cuyo soporte era la memoria. Entonces, habían personas que se sabían La Iliada y la recitaban en las plazas y en los caminos. Asimismo los libros sagrados, toda una cantidad de otras formas de fijación de signos.

Es decir, para nosotros los libros son un conjunto fijo de signos que pueden ser signos alfabéticos como también pueden ser imágenes, pintura, fotografía, dibujos y hasta partituras musicales.

En la Universidad Central de Venezuela (UCV) en Caracas, hay una piedra enorme con unos petroglifos de unos indígenas, petroglifos que nadie ha logrado descifrar.

Y está puesto allí como el primer libro de esa biblioteca, esperando que venga alguien que lo lea, lo entienda y nos los traduzca. No ha llegado todavía esa persona porque los indígenas que hicieron esa piedra ya no existen.

Para nosotros un libro es un conjunto de signos que pueden tomar muchas formas, de hecho en la antiguedad como ustedes saben cuando se escribían los libros en pergaminos o en papiros.

Y el papel que apareció hace muy poco por cierto, comparativamente, como 500 años el papel, en Europa quiero decir, en Occidente, porque los chinos tenían papel desde hace más tiempo. En cambio el papiro y el pergamino duraron como 700 años, ya no se usa ni papiro ni pergamino.

De modo que son soportes que son temporales, de hecho que cuando los sabios de Alejandría tuvieron un conflicto con los sabios de Pérgamo, les negaron el papiro que es una planta que crece por allá por Egipto.

Como la gente de Pérgamo no tenía un papiro, entonces tuvieron que ingeniárselas con unos pedazo de cuero blanqueado, que llamaron precisamente pergaminos.

Después cuando aparece el papel, inmediatamente sustituye al pergamino y al papiro porque ya no hacía falta y era muy costoso además, el soporte del pergamino y el papiro. El papel se hizo mucho más popular comparativamente.

En una época tener 20 libros en la casa, solamente los ricos podían darse ese lujo. Y es más para poder acceder al libro había que tener muy buenas relaciones con algún monasterio con algún convento que siempre tenían libros. Eso lo describe muy bien Humberto Eco en El Nombre de la Rosa.

Hoy en día ya aparece un nuevo soporte importantísimo que va a durar también quien sabe cuanto tiempo, que es el soporte electrónico. Hoy un libro es un chorro de electrones, es decir puede ser papel o un chorro de electrones.

También tenemos un abaratamiento considerable de lo que es la distribución del libro y termina siendo algo que exige casi la tecnología impone la gratuidad.

Sin embargo, las grandes casas editoriales insisten en vendernos papel manchado de tinta y encuadernado que es lo que en última instancia les interesa, el soporte. Es lo mismo que pasa con los discos, que quieren vender una cosa que llaman CD o DVD en el caso de las películas sobre todo que son de una calidad pésima.

Siempre digo que si el Marques de Sade de verdad hubiera sido un tipo malvado, hubiera inventado el CD porque todo está mal hecho ahí.

Entonces, el libro tiende a volverse una cosa gratuita.

Nosotros hasta ahora no hemos hecho libros de pergamino ni de papiro, ni de piedra pero si hemos hechos libros electrónicos.

El hecho es que en el sitio web de la Biblioteca Ayacucho van a encontrar libros gratuitos, tiene 100 millones de visitas y de bajadas. Entonces, pueden bajar el libro en formato PDF, lo pueden leer en cualquier lector electrónico, en la computadora o lo pueden imprimir si les parece, es gratuito. Monte Ávila Editores también está empezando a hacerlo, nosotros en el CELARG también hemos hechos algún esfuerzo con alguna producción.

Y, también el Ministerio de Comunicación e Información (MINCI), ustedes lo buscan en internet y van a encontrar cualquier cantidad de libros.

Lo cierto es que ellos han editado una cantidad de libros muy bien hechos por cierto, muy buenos. Podemos decirlo porque ni Christian (Valles) ni yo tenemos ninguna responsabilidad en eso, de modo que podemos elogiarlos porque los libros están muy bien hechos.

Tanto los que tienen en papel como en forma electrónica, son idénticos y los pueden bajar gratuitamente de la web, una gran cantidad de libros con escritores de primer orden, contemporáneos casi todos.

Para nosotros el libro es un intermediario o una especie de paloma mensajera, entre seres humanos. Cuando se inventó la escritura se produjo un fenómeno muy curioso -porque hasta ese momento la comunicación era presencial, uno tenía que estar con la persona con quien hablaba, al alcance de mi voz más allá de esto ya no había comunicación- y entonces por supuesto lo que había, lo que llamaban en Roma los monitores, que era un tipo que oía mi voz, cuando se trataba de grandes multitudes repetía lo que decía con una garganta privilegiada para tratar de llegar a la mayor cantidad de personas posibles.

Eso, cuando aparece el alfabeto se produce un fenómeno en el cual yo puedo comunicarme con alguien a distancias muy grandes también en el tiempo, puedo escribir para el futuro para cuando yo no exista.

Y eso produjo una serie de cambios en la visión del mundo. Según cuentan, no sé si será verdad porque es un cuento que se lo atribuyen a varios autores -ustedes a lo mejor conocen el cuento mejor que yo- dicen que Atahualpa le preguntó a un cura ¿qué era eso que leía todo el tiempo? El cura respondió -mostrándole la biblia- que era la palabra de dios y entonces Atahualpa se lo puso en la oreja, como no oyó nada lo tiró al piso, que fue una de las cosas que dijeron que Atahualpa era un pagano, hereje que merecía la muerte.

Hay otro cuento que también puede ser interesante, muy simpático que revela un poco lo que era el estupor del ser humano que se encuentra por primera vez con una cosa escrita.

Dicen que un amo español, le mandó unos higos a otro amo español mediante un indio y con una carta. Entonces, el indio se comió por el camino unos cuantos higos, cuando llegó a su destino lo castigaron por haberse comido unos higos, preguntó como sabe usted, bueno porque en la carta decía cuantos higos eran y usted entregó menor cantidad.

Cuando el amo le envió de nuevo llevar otras cosas, el indio cuando se fue a comer las cosas agarró la carta y la escondió tras una piedra, para que la carta no viera lo que él estaba haciendo.

Es decir, para nosotros que nacimos con los libros, no sé cuando fue que vi el primer libro en mi casa porque ya habían libros en mi casa cuando yo nací.


Y aprendí a leer apenas tuve capacidad intelectual para ello, imagínense lo que significa para una persona. Un millón y medio de personas en Venezuela aprendieron a leer entre el 2002-2003, en año y medio.

Ustedes se imaginan a alguien que va caminando por la calle y ve unos garabatos escritos en la pared y no sabe lo que significan y de pronto empiece a entender lo que dice allí.

Como me dijo una vez un señor muy conmovido, de esos que aprendieron a leer. Me dijo, es que lo que pasa es que yo no había aprendido a leer porque nunca entendí que una letra le habla a la otra, me pareció de una hermosura poética aquella cosa tan hermosa. Además me dijo, la nieta mía si sabe leer esa es una eminencia. Bueno el señor finalmente aprendió a leer.

Para esas personas debe ser una cosa realmente fabulosa que tu puedas de pronto coger un libro y leer la vida de personas que murieron hace 5 mil años o más, de historia, de anticipación, de ciencia ficción, de cosas que todavía no existen, de cosas que ocurrieron a miles de kilómetros de distancia, conocer el universo.

De pronto como que uno se encuentra ante la Biblioteca de Babel de Jorge Luis Borges, ese cuento genial. Una de las cosas más grandes que se han llegado a escribir en la literatura universal.

Entenderse con todo. Esa cosa que uno lee un libro cuando el libro es bueno, una novela por ejemplo y es buena la novela, la novela lo captura a uno de tal manera que cuando uno termina la novela. Uno dice que lástima ya no voy a poder seguir viendo a este personaje que termina siendo como una especie de amigo de uno.

Y hay una especie de duelo -a mi me pasa-, una suerte de duelo post parto cuando uno termina de leer El Quijote, dice ¡uy! ya no voy a seguir leyendo El Quijote, ya no voy a poder seguir tratándolo.

Entonces, lo que uno hace es normalmente lo vuelve a empezar a leer porque El Quijote no se acaba nunca, El Quijote se empieza a leer y no se termina nunca de leer. Cada vez que uno lee lo encuentra nuevo que nunca le había visto en la lectura anterior.

Esa es nuestra experiencia, yo ni en mis ensoñaciones más delirantes jamás llegué a imaginarme que iba a regalar El Quijote en las plazas.

Por supuesto, yo tengo una lectura simple así que uno la pueda abordar de primer intento. Yo siempre le decía a las personas a quienes le habían entregado el libro ¿usted sabe andar en bicicleta?.

La gente se sorprendía con la pregunta, le decía, la primera vez te caíste, la segunda vez también te caíste y a lo mejor la cuarta o quinta vez ya tú estabas andando en bicicleta. Y de ahí en adelante cogiste una fiebre que no quisiste soltar más nunca la bicicleta, así te va a pasar con El Quijote.

La primera lectura, es más ese primer párrafo de El Quijote es absolutamente intransitable, hecho a propósito así por Cervantes para burlarse de ese estilo de escritura enredado.

Pero con palabras que además ya en su época eran raras, de modo que hay que advertirle a la gente que ese primer párrafo puede ser disuasivo, mucha gente no pasa de ahí porque se intimida.

Entonces, nosotros hemos tenido esa experiencia, no sólo eso Christian mencionó brevemente los talleres de lectura.

Ha habido muchos talleres de lectura donde un grupo de personas se reúne alrededor de un lector ya experimentado, comienzan a comentar y a discutir un libro cualquiera que ellos escojan, que no tienen porque ser los nuestros tampoco puede ser cualquier libro.

Y empiezan a leerlo a discutirlo a conversarlo y la experiencia de lectura de cada uno que va enriqueciendo la expriencia de lectura de los otros, de cada uno de los participantes. Una cosa realmente apasionante. Yo he visto grupos esos de lectura.

Por esa razón es que ahora uno ve algo que antes era muy difícil, uno va para un barrio pobre, popular en Caracas o en cualquier parte de Venezuela y se encuentra con unas personas que tienen un nivel -no todos no- pero sí hay unos cuantos, de cada 20 hay 1, 2 o 3 que tienen un nivel intelectual extraordinario, sorprendente con un vocabulario y con un hilvan de la argumentación realmente exquisito.

Y uno dice ¿y estos tipos donde estaban? bueno no estaban, esos son tipos o tipas que se han ido formando sobre todo las mujeres están participando mucho. Esta es una revolución femenina -no solamente feminista- sobre todo. La participación de las mujeres no sólo es muy activa sino que es mayoritaria.

No porque no haya hombres revolucionarios, sino que las mujeres parece que le ponen más pequeño al asunto que los hombres. Entonces, se organizan y trabajan muy bien.

Eso es algo que es sumamente entusiasmante, de verdad que yo no me imagine nunca que iba a ver eso, ni en mis ensoñaciones más delirantes pensé que eso iba a pasar.

Entonces, a nosotros nos ha costado mucho trabajar con la Ley del Libro actual, pero es un tema sumamente interesante porque nos obliga a revisar de punta a punta todo lo que es esa cosa que llamamos el libro.

Porque también puede ser el libro de memoria, hay gente que se puede aprender un libro de memoria, hay gente que tiene una memoria prodigiosa y se pueden aprender cosas con una gran facilidad.

Y también puede ser el libro de papel -por su puesto- que es muy importante, pues el libro de papel es un objeto, una máquina muy sencilla, muy fácil de manejar, de entender y no necesita intermediario porque cuando se trata del libro electrónico uno necesita un aparato, una tableta electrónica o una computadora entre uno y los signos.

En cambio en el libro de papel no, incluso en el libro braile sólo necesitas sino la punta de los dedos para leer el libro. Eso también es importante en el caso del libro, que puede uno sin recursos externos al cuerpo puede acceder a ellos, solamente le basta entender los signos, entender que una letra le hable una a la otra y conocer el idioma en que está escrito eso, eso es todo.

Entonces, para nosotros también eso es una parte importante de la experiencia del libro. Incluso también otra cosa que mencionó Christian, de hecho el CELARG fue una de las primeras instituciones que con inspiración en el Colegio de México y de otros lugares se comenzaron a hacer los talleres literarios. Antes de eso incluso, en la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela (UCV) se había hecho algo de eso pero se abandonó.

Es cierto que en el CELARG se han formado, creo que casi no hay ningún poeta importante hoy en día que no haya pasado por allí sea como facilitador o como participante.

Es decir, allí llegan personas que apenas han escrito unos cuantos versos que los tienen guardados ahí en una gabeta un poco avergonzados, llegan allá y salen de ahí por lo menos con los elementos básicos de lo que es la experiencia poética para empezar a desarrollar su tarea de poeta que también es una tarea de las más delicadas.

También hay otro aspecto del asunto que son los premios literarios para el estímulo a la redacción literaria, entre ellos el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos que es el más importante de habla hispana, -que por cierto- la primera edición se lo ganó un peruano llamado Mario Vargas Llosa.

Ese premio es importantísimo, yo diría que es algo así como el Nobel de habla hispana, pero también está el Premio Internacional de Poesía Víctor Malera Mora, que por cierto la última edición se lo ganó nuestro amigo Gustavo Pereira, quien está aquí con nosotros en Lima.

Y está también el Premio Internacional de Ensayo Mariano Picón Salas, estos son nombres de grandes autores venezolanos como el Chino Valera Mora, Mariano Picón Salas era un gran ensayista. Tenemos también el Premio Internacional Libertador al Pensamiento Crítico que ya lleva alrededor de cinco ediciones.

Además está el Premio Nacional de Poesía Fernando Paez Castillo, ahí hay otro premio internacional también que es Premio al Pensamiento Emancipador, que el año pasado realizó su primera edición y se lo ganó el cubano Félix López con un libro que tiene un título muy tentador que es: 500 años de mitos mal curados.

Y así por el estilo hay una cantidad de premios, el premio Fernando Paez Castillo es para venezolanos de hasta 40 años, para estimular sobre todo a los jóvenes poetas.

Así por el estilo Monte Ávila Editores tiene un premio internacional de novela, la Casa de las Letras Andrés Bello tiene premios para liceistas (estudiantes de colegio).

En un Fundarte hizo un concurso de cuentos, en el cual hicieron el honor de ponerme a mí como jurado. Y me encontré con una cosa muy conmovedora, muchachos de no más de 20 años que escribían cosas maravillosas.

Hubo uno que me llamó la atención muchísimo -eran cuentos urbanos- y este muchacho escribió una batalla en una ciudad medieval. Pero ese muchacho tenía un conocimiento tan profundo de como estaba hecho un castillo medieval, que era una cosa abismal y ese muchacho tenía 17 años o algo así.

Entonces, en la descripción de la batalla daba la impresión de que él hubiera conocido una batalla medieval, por supuesto hoy en día no hay nadie vivo que haya conocido una batalla medieval. Pero el muchacho se sumergió tanto en esa cultura que logró entender o por lo menos hacernos creer, qué él había visto una batalla medieval.

El libro produce beneficios secundarios, porque la gente empeza a ver el mundo de otro modo. Yo recuerdo una expriencia que tuve con el Ministerio de Educación hace como 30 años, que pusimos a los muchachos a leer a Shakespeare o cualquiera de los clásicos.

Entonces nos dimos cuenta que los muchachos estaban enamorándose mutuamente con textos de Romeo y Julieta.

Y hubo uno que accidentalmente recibió un disparo en uno de esos enfrentamientos entre bandas. Él sobrevivió afortunadamente, pero dice que cuando él estaba sintiendo que se moría, empieza a recordar: "Recuerdo el arma dormida / ví al ceso contemplando como se pasa la vida / y como se llena la muerte tan callando". Es decir, hasta la calidad de la muerte había mejorado en la persona.

Eso es bien importante, porque ese muchacho dijo bueno tengo 17 años, no he hecho nada y me estoy muriendo. Entonces, recordó las coplas de Jorge Manrique.

Y ayer tuve una grandísima satisfacción, porque me encuentro aquí en el pabellón de Venezuela con un muchacho que se me acerca y me dice: "mire yo soy el ganador de ese concurso de cuentos de Fundarte, como usted fue jurado yo quisiera para retribuirle el favor regalarle este libro que acabo de escribir".

Me entregó un libro que voy a leer con mucho placer apenas las labores de la FIL Lima 2011 y las extraordinarias labores que Lima me ha impuesto o que yo me he impuesto con Lima.

Como por ejemplo disfrutar la extraordinaria cocina peruana -con esto si voy a terminar- con una adulación al Perú que no sólo es mía. Miguel Otero Silva, gran escritor venezolano decía que habían 4 grandes cocinas en el mundo: la china, la francesa, la mexicana y la peruana.

Yo no sé si es verdad porque no soy gourmet pero a juzgar por la comida que me acabó de comer ahora al mediodía creo como que es verdad. En todo caso, está muy cerca de la verdad.

Eso también es una experiencia casi de libros, porque es una comunicación entre personas que inventan un plato y otros los perpetúan, tanto los que se lo comen como los que lo preparan.

Yo participo de la parte más difícil y más comprometida de la actividad culinaria, que es la comerse el plato, que es la más peligrosa y la más riesgoza porque uno no sabe que le puede pasar después de comerse un plato de esos. Muchas gracias.

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