Perú: Eva Ayllón y la Cultura de la Represión



En Paris Eva Ayllón mandó callar al público que coreaba El Pueblo Unido jamás será vencido



Quilapayún - El pueblo unido jamás será vencido


Eduardo Bueno León / Mariátegui
07/08/11


Quilapayún e Inti Illimani son dos grupos de origen chileno que fueron el símbolo mundial de la resistencia a la dictadura pinochetista. Sus canciones inspiradas en la ideología de la liberación, la libertad y la revolución, fueron íconos de la izquierda mundial en los años setenta y ochenta. Sus creadores, en la linea de reconstrucción cultural y poética de Violeta Parra y Víctor Jara, adaptaron los instrumentos musicales andinos, las tonadas andinas y ritmos sudamericanos para impulsar la llamada "canción de protesta" que tanto influyó en su época. Canciones que reafirmaban la fe en las fuerzas del pueblo, en la lucha por cristalizar valores de igualdad y justicia, que expresaban la demanda social en nuestros países.

La "canción protesta" buscó expresar un tipo de música muy distinta a la maquinaria cultural capitalista de mercado, expresada en la Balada, el rok and roll, la música anglosajona. Con el tiempo, se puede apreciar, que solo abrieron un nuevo mercado y expresaron un sentimiento popular que se identificaba con las luchas sociales, de la misma forma que la balada, el criollismo, el pasillo y otras expresiones musicales manifestaban los problemas cotidianos, el amor y el desamor, la soledad del hombre y la mujer urbana latinoamericana, víctimas del desarraigo y la fragmentación.

En Lima, durante dos breves años, bajo el gobierno del Gral Velasco, se impulsó el "festival de Agua Dulce" frente al pituco "festival de la canción de Ancón". Eran dos eventos contrapuestos ideologicamente. Uno era de música popular, de entrada libre, y el otro clasemediero, restringido y enfocado a baladas. Eran las dos naciones expresando su identidad cultural. También existía otro festival de música, en la ciudad de Trujillo, donde se fusionaban los popular con la balada clasemediera. Es un festival que debió mantenerse.

"Venceremos" fue la canción con que Salvador Allende ganó las elecciones en 1970 con la Unidad Popular, y "El pueblo unido jamás será vencido" un himno de resistencia a la opresión, que con el paso el tiempo, se ha convertido en la alternativa latinoamericana de la "Internacional" y la "Marsellesa", expresiones ambas de las dos grandes revoluciones políticas de la modernidad europea y euroasiática.

Pese a los problemas de Quilapayún (está dividido), al igual que Inti Illimani siguen siendo los grupos que expresan la dimensión cultural de la resistencia militante a la opresión, tanto de dictaduras como del "sistema". Se confirma en cada una de sus presentaciones en América Latina o Europa. Sin embargo en los últimos años se han orientado a la difusión de la música y ritmos de las culturas "en resistencia", es decir de las minorías que sufren discriminación u olvido. Suponemos que ese fue el leivmotiv de la invitación a Eva Ayllón en su gira europea.

Entonces acompañar a Quilapayun en una presentación y pedirle al público que no coree "El pueblo unido jamás será vencido", es como pedirle a los fans de Paul Mccartney que no tarareen "Yesterday" en las presentaciones del ex Beatle.

Y luego ante tremenda metida de pata, tratar de justificarse, diciendo que la canción emblemática de Quilapayún, es "política y que ella no lo es", o que dicha canción "causó muchos problemas en el Perú", muestran a Eva Ayllón como una persona desconocedora de los significados culturales de las canciones que emite. Además es una contradicción, pues en los años ochenta, en Barranco, Eva Ayllón era una de las cantantes que deleitaba en los bares y teatrines con canciones de la nueva trova cubana (Silvio Rodríguez, Pablo Milanés), que estaban en la misma línea ideológica cultural que Quilapayún e Inti Illimani.

Uno no puede decir elitistamente "es una ignorante", o sectariamente "es una mercenaria" (por cantar en los actos políticos del Fujimorismo), o machistamente " pobrecita, la negra". Claro, lo sucedido en Paris, nos causa auténtica verguenza ajena, más aún, si Eva Ayllón, es quizás, la más alta representante actual del criollismo peruano.

Pero lo cierto es que Eva Ayllón sólo está reflejando la censura y autocensura de los años noventa contra todo lo que significase cultura de izquierdas. Es la misma situación de Mercedes Cabanillas cuando hacía de torquemada en el Congreso, porque un pedagogo mencionaba el apellido "Marx" en algún texto de secundaria.
Además en los años ochenta, "El pueblo unido jamás será vencido" era el cuasi himno de Izquierda Unida, que era un frente político socialista democrático, con Alcaldes y Presidentes de región. Eva Ayllón, está metiendo en un mismo saco a IU y a los grupos subversivos como SL o el MRTA. Y esa es una de las consecuencias de la gran manipulación ideológica de los años noventa con el fujimorismo y el autoritarismo.

Los cambios culturales, adelantan los cambios politicos y sociales, eso lo saben los sicologos sociales que asesoran dictaduras, por ello los escritores, poetas, pintores, catedráticos, cantantes terminan perseguidos o en el exilio. La dictadura argentina de Videla, es un ejemplo, o los "coroneles griegos" de fines de los sesenta que prohibieron en las universidades el pelo largo, la minifalda, los Beatles, los libros de Sartre y la música de MikisTheodorakis.

En el Perú todavía quedan resabios de esta cultura autoritaria que censura y promueve la autocensura de las manifestaciones culturales de resistencia al "orden". Desde Fujimori hasta Alan García (con la excepción de Paniagua y quizás una parte de la gestión de Toledo), el "orden" se confunde con "disciplina", y más aún con "disciplina preventiva", que expulsa de los grandes medios de comunicación la alter culturalidad, la otredad, el multiculturalismo ideológico. Todos lo símbolos que el poder político promueve son símbolos del "orden conservador", del entretenimiento y embrutecimiento de las masas al mejor estilo de Nerón (pan y circo),de renuncia absoluta al juicio crítico y de plena hegemonía de los valores del mercado que priorizan la acumulación rápida a costa de los demás.

Sin embargo, las recientes elecciones presidenciales fueron también una explosión cultural contra "el orden" que han impuesto los ricos y los poderes fácticos. Hay mucha potencialidad socio-cultural que ojala se organice y consolide.

La música en última instancia ¿es de izquierdas o derechas ó solo es música?, como no estamos todavía en la posmodernidad, es decir el vacío, cuya expresión nativa es la huachafería, podemos retomar alguna idea de los comunicólogos de los años setenta y aventurar un juicio.

La música puede tener múltiples expresiones, pero cuando se convierte en la referencia cultural de un movimiento social por la justicia, es profundamente subversiva contra el "orden", porque su principal valor es el amor y la solidaridad.

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