Perú: Troskismo. A propósito de Luis Favre y Carlos Tapia


Ollanta está con la derecha por voluntad propia

Enrique Fernández Chacón / Mariátegui
28/11/11


La palabra ‘trotskista’ ha regresado al ambiente mediático peruano, con su carga de odio y calumnias que se usó antes para desprestigiar al gran dirigente de la revolución rusa y a quienes hemos militado, o lo seguimos haciendo, inspirados en el ejemplo político y moral del que León Trotsky hiciera gala hasta que los stalinistas lo asesinaran en su exilio en México, en 1940.

El tema ha sido traído a colación por Carlos Tapia al explicar las razones de su ‘renuncia-despido’ del equipo de asesores de la PCM.

Tapia acusó al ‘ex trotskista’ Luis Favre, asesor principal del Presidente Ollanta Humala, de trabajar en las sombras para dividir las fuerzas de Gana Perú en el Gobierno.

Tapia sostuvo, además, que Favre está acostumbrado a crear rupturas porque, según él, este personaje vino en 1980 al Perú para romper la alianza izquierdista ARI e imponer la candidatura presidencial de Hugo Blanco por sobre la de Barrantes Lingán.

Posición similar a la de Tapia ha expuesto Javier Diez Canseco en el programa televisivo del periodista Beto Ortiz en la mañana del 28 de noviembre. Ahora se suma a la campaña César Lévano, desde su columna en el diario que dirige.

¿Qué tienen en común Carlos Tapia, Javier Diez Canseco y César Lévano? Los tres ‘izquierdistas’ cerraron filas con la candidatura de Ollanta Humala y ahora que este ex militar está traicionando a la gente que lo apoyó, en vez de asumir su responsabilidad y señalar con toda claridad la traición del líder nacionalista, hacen todo el esfuerzo para limpiarlo en su entrega a las empresas mineras, como en el caso del proyecto Conga. Si algo les queda de moral tendrían que asumir que se equivocaron con Humala y no buscar un chivo expiatorio.

Otra cosa en común que tienen estos tres personajes es que mienten en lo del ARI. Luis Favre, que militó en una corriente trotskista de la que fue expulsado, NUNCA estuvo en ninguna reunión de ARI ni tuvo acercamiento alguno con Hugo Blanco ni antes, durante o después del proceso del ARI.

Otra cosa en común que tienen los tres personajes 'izquierdistas' es pretender hacer creer que Ollanta no es el responsable de su “giro” a la derecha, sino un asesor que influye en el ahora Presidente del Perú. Por eso recomiendan presionar desde la izquierda para sacar a Ollanta del cautiverio en que supuestamente lo tiene la derecha.

Ollanta Humala es quien ha pactado con las empresas mineras y las transnacionales. Ollanta está con la derecha por voluntad propia. Él fue quien le dio al sector neoliberal la cartera de Economía y la presidencia del Banco Central de Reserva; el que besó la mano de Cipriani y condecoró a Bedoya Reyes. Antes buscó el padrinazgo de Vargas Llosa y, ya en el poder, nombró a un capitán de su promoción ligado a las empresas mineras en los servicios de inteligencia, y ahora está copando las Fuerzas Armadas.

Hay mucho más que decir en relación a la “derechización” de Humala. Afortudamente, los hechos van aclarando el panorama: lo que en realidad está al centro en el debate nacional es si nos ponemos o no al lado de los campesinos que defienden el agua y la vida.

El proyecto minero Conga es solo uno de los cientos de casos en que los campesinos enfrentan la voracidad de las empresas transnacionales, mientras que el hoy Presidente, apoyado por Tapia, Diez canseco y Lévano, se muestra como burdo continuador de la política entreguista que antes aplicaron Fujimori, Toledo y García.

Cuando hay una contienda de esta naturaleza, nuestra posición como trotskistas está ya asumida: estamos del lado de los campesinos, como lo estuvimos en 1963 en La Convención y a lo largo de décadas.

Tapia, Diez Canseco y Lévano son libres de asumir la posición que quieran, como lo hicieron en su oportunidad hacia la derecha, Rospigliosi o Agustín Haya de la Torre (solo por mencionar dos nombres), pero que no busquen excusas infantiles ni traten de pintar a Ollanta como un pelele a quien un asesor es capaz de moverlo como le da la gana. Eso también es mentirle al pueblo.

Nadie en el Perú contemporáneo como Hugo Blanco para dar muestras de moral y consecuencia revolucionaria, quien, estoy seguro, nunca conoció al tal Favre con el cual quieren ligarlo. Son sencillamente embustes malintencionados.

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