Argentina: Significado y vigencia del 19 y 20 de diciembre del 2001


Mariátegui
16/12/11


El movimiento asambleario que eclosiona el 19 y 20 de diciembre del 2001, retoma las tradiciones rebeldes de nuestro Pueblo y de sus grandes movilizaciones, así como del Cordobazo, de la huelga general de 1975, de los paros contra la inflación en los años 80 y de las movilizaciones contra el desempleo en la década del 90. Se trató de una sublevación que confirmó el espíritu de resistencia de nuestro pueblo. En tal circunstancia se concretó una ocupación masiva de las calles y los piquetes confluyeron con las cacerolas para rechazar el ajuste neoliberal. La rebelión fue una respuesta desde abajo a la crisis itinerante del capitalismo, que se desplaza por distintas zonas del planeta provocando sucesivas tragedias sociales. Nuestros padecimientos a principio de la década anticiparon el colapso que actualmente afecta a muchas economías desarrolladas.

La debacle se repite ahora con mayor intensidad en la periferia europea, que soporta el mismo endeudamiento y sacrificios para socorrer a los acreedores. Los virreyes del FMI ahora se instalan en Portugal e imponen su cirugía en Irlanda. Pero el mayor calco de Argentina se verifica en Grecia, que sufre las mismas privatizaciones, flexibilizaciones del empleo y pérdidas de soberanía monetaria. En España los indignados e indignadas ocupan las plazas y exigen democracia verdadera, denunciando a una plutocracia capitalista que remata las viviendas y destruye la salud pública. Allí se desenvuelve un movimiento de personas precarizadas que organiza acampes, con ese nuevo instrumento de la contra-información que son las redes sociales. El Argentinazo del 2001 hizo historia y vuelve a emerger ahora, renovado, tanto en el viejo continente como en el impensable Wall Street. En nuestro país se sumó, además, la creciente pérdida de soberanía territorial, alimentaria y científico tecnológica que hoy padecemos.

Sin embargo, nuestra resistencia logró triunfos vitales en el sostenimiento miles de pequeños emprendimientos productivos comunitarios rurales y urbanos y de cientos de empresas recuperadas por sus trabajadores. Así también nuestra experiencia asamblearia, que logró por primera vez un triunfo en Esquel con el No a la mina, siguió con Gualeguaychú y luego con las Asambleas de la precordillera y el nacimiento de la UAC, que pusieron en la agenda pública el tema del saqueo y la contaminación hasta ese momento silenciado. Al mismo tiempo, en íntima relación con este movimiento se aceleraron las denuncias populares contra la sojización, las fumigaciones, los monocultivos forestales y la expulsión de poblaciones de su lugar de origen para ir a engrosar una urbanización marginal y forzosa. Pero las jornadas de lucha del 2001 también tornaron visible el proceso de construcción de un Poder popular que será la única garantía para recuperar la soberanía plena, o bien rehacerla sobre nuevas bases nacionales y sociales.

Con tal cometido, l@s abajo firmantes hoy nuclead@s en La Otra Campaña ponemos a consideración los siguientes propósitos:

* Construcción de un país soberano, equitativo y solidario.
* Trabajo genuino, democracia sindical y eliminación de la precarización laboral.
* Vigencia de los Derechos Humanos y sociales del pasado y del presente.
* Derecho a los territorios, identidad cultural y valores de los pueblos originarios.
* Soberanía sobre nuestros cuerpos e igualdad de oportunidades en la diversidad.
* Defensa y transformación de la educación pública hacia una educación popular e igualitaria.
* Promoción de políticas públicas con control social que garanticen tierra, salud, y vivienda digna.
* Modelos de agricultura basados en un pensamiento arraigado a la Tierra, capaz de respetar
las culturas ancestrales, las pequeñas escalas y los desarrollos locales.
* Distribución de la riqueza sobre la base de un nuevo paradigma productivo basado en la armonía
con la naturaleza y la supervivencia del planeta.
* Soberanía alimentaria y la autodeterminación de nuestra economía, tecnología y producción.
* Medios de comunicación al servicio de la cultura popular y comunitaria.
* Unidad anticapitalista de nuestros pueblos latinoamericanos a partir de sus movimientos sociales en lucha.
* Poder popular para una democracia participativa y asamblearia.

Firman:

Adolfo Pérez Esquivel (Servicio Paz y Justicia)
Miguel Mirra (Movimiento de Documentalistas)
Jorge Eduardo Rulli y Clara Peña (GRR, Grupo de Reflexión Rural)
Jorge Falcone, Cintia Nucífora, Hugo Luis Cánepa, Azucena Flores
y Mario Carrizo (Organización María Claudia Falcone, La Plata).
Miguel Mazzeo y Pablo Solana (Frente Popular Darío Santillán)
Nora Cortiñas (Madres de Plaza de Mayo L.F.)
Mario Barrios (CTA Nacional - Unión Solidaria de Trabajadores)
Jenny Lujan (Asamblea de Chilecito y Famatina)
Enrique Matías Viale (Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas)
Fernando Stratta y Mariano Pacheco (Editorial El Colectivo)
Javier Rodríguez Pardo (Mach - UAC - Unión de Asambleas Ciudadanas)
Fernando González (Espacio Chico Mendes)
Gabriel Arisnabarreta (Ecos - Saladillo)
Alberto Sava (Frente de Artistas del Borda)
Gustavo Martínez (Secretario General de ATE/Rosario)
Carlos del Frade (Periodista, Radio Universidad, Rosario)
Juan Pablo Casiello (Secretario Adjunto de la Asoc.del Magisterio - AMSAFE/Rosario)
Miguel Paredes (Corriente del Pueblo, Jujuy)
Vicente Zito Lema (Universidad de los Trabajadores - IMPA)
Claudia Korol (Pañuelos en Rebeldía)
Aníbal Hnatiuk (Corriente Surcos, La Plata)
Osvaldo Ullrich (Instituto Espacio para la Memoria)
Aldo Casas y Silvio Schachter (Revista Herramienta)
José Seoane (GEAL - Grupo de Estudios sobre América Latina y el Caribe)
Rafael Klejzer (Movimiento Popular La Dignidad)
Juan Wahren (Organización Popular Fogoneros)
Nora Ciappone (Frente Popular Darío Santillán)
Carlos Aznárez (Resumen Latinoamericano)
Juan Carlos Giuliani (Secretario de Relaciones Institucionales de la CTA)
siguen las firmas...

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