La idea Juche coreana y la muerte de Kim Jong-il


Pedro Miguel Tapia / Mariátegui
07/01/12


Kim Jong-il, máximo dirigente de la República Democrática Popular de Corea (RPDC), murió el 17 de diciembre, a los 69 años de edad, según parece, de una enfermedad coronaria. Fue conocido por la defensa inflexible de la idea Juche para salvaguardar la independencia y autodeterminación de su país, y por llamar a las naciones a aplicarla en la lucha contra los imperialistas. En este sentido, fue un consecuente antiimperialista, que enfrentó con éxito el bloqueo económico y los intentos de agresión militar por parte de los Estados Unidos.

Sabiendo que es difícil conocer la situación interna de Corea del Norte, mucho es lo que se puede especular sobre la muerte de Kim Jong-il, especialmente después de la bomba en una estación de tren de Ryongchŏn que, en 2004, dejó muertas a unas 3.000 personas en un intento de asesinarlo atribuible a las acciones de las potencias occidentales para desestabilizar a ese país.

La idea Juche surge durante la lucha del pueblo coreano contra el Japón, en la Segunda Guerra Mundial. Kim Il-sung, padre de Kim Jong-il y fundador de la RPDC, la creó como el arma ideológica principal empleada por Corea del Norte en su lucha por mantener su independencia de los poderes imperialistas, en especial desde el armisticio de 1953, que militarizó la frontera entre las dos Coreas y las mantuvo oficialmente en guerra hasta hoy. Esta idea parte del principio filosófico de que el ser humano es dueño de todo y lo decide todo, por esto, las masas populares son las dueñas de la revolución y de la construcción de su nación, lo que ha fortalecido la la cohesión nacional de los ciudadanos de la RPDC ante las difíciles condiciones que ha enfrentado desde su fundación.

Al observar la ubicación geográfica de la RPDC, que comparte con su hermana del sur una península rodeada por Japón, China y Rusia, se entiende por qué la idea Juche se tornó de tal importancia en las duras luchas que ese país ha tenido que enfrentar durante las últimas seis décadas para defender su independencia de los imperialistas japoneses y estadounidenses, que han atacado constantemente no sólo su integridad territorial sino la cultura y costumbres de su pueblo. Se requirió de un modelo que mantuviera la confianza del pueblo en su propio destino, en la necesidad de defender la independencia nacional sobre toda potencia extranjera y la importancia que tenía para ello partir de sus propios esfuerzos.

La aplicación de la idea Juche permitió a los coreanos del norte triunfar, construir su nación y avanzar en la construcción de una sociedad socialista. Es gracias a ésta que tienen ahora un país independiente, que sigue luchando por impedir que las fuerzas imperialistas los aplasten, llevándolos por el sendero de la explotación globalizadora neoliberal.

En este sentido, Kim Jong-il cumplió un papel fundamental en la implementación de la idea Juche, pues logró impedir que la RDPC fuera destruida por las fuerzas capitalistas mundiales. Adicionalmente, logró que su país ocupara un lugar destacado en la política internacional, al mantener una alianza con China que fortaleció un área de influencia en el Pacífico de vital importancia para los dos países y que tiene un peso importante para los países del sudeste de Asia, así como para Rusia, otro de los aliados de peso de Corea del Norte. No por casualidad los filipinos están hoy expectantes ante lo que pueda pasar con el deceso del ‘Querido Líder’ Kim, pues para ellos también esa alianza es importante.

De otra parte, el fortalecimiento militar de Corea del Norte no se ha dado por capricho de sus dirigentes sino porque ha sido asunto de vida o muerte ante los conatos de ataques imperialistas. En especial, los programas nucleares para la obtención de energía eléctrica y los más recientes ejercicios de preparación de la bomba nuclear han puesto nervioso a Occidente, aunque, al mismo tiempo, pueden desbalancear las alianzas en el Pacífico asiático, como lo han insinuado los chinos.
Si bien parece verdad que el desarrollo de la industria militar y nuclear ha exigido mayores inversiones del presupuesto nacional de la RPDC respecto a las necesidades de las masas, que son en muchas cosas precarias, también es cierto que los países occidentales desarrollados y algunos medios de comunicación están colocando el acento en la necesidad de un cambio de régimen en Corea del Norte que le dé vía libre a la economía de mercado capitalista y, desde allí, cooptar a ese país a las políticas geoestratégicas de dominación del imperialismo.

En este sentido, el bloqueo por parte de EE.UU. y sus aliados contra la RPDC, de una agresividad similar al mantenido contra Cuba y agravado en 2006 por el gigantesco embargo de mercancías de la ONU, ha servido a las potencias occidentales, y hasta a sus aliados chinos y rusos, como chantaje hacia esta nación del Pacífico asiático para que acepte ciertos condicionamientos a cambio de alimentos y energía, las más sentidas necesidades del pueblo norcoreano.

La escasez de alimentos ha golpeado duramente a los habitantes de la RPDC especialmente desde las fuertes lluvias de 1985 que, ademas de inundar el país, destruyeron los sistemas de irrigación de los cultivos, los reservorios de semillas, los graneros y los almacenes de acopio de fertilizantes, todos construidos por el Estado con subsidios y apoyos de la URSS y China. Despues de la caida de la URSS, en 1991, se suspendieron las ayudas económicas de ese pais y también las de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), lo que se agravó con la determinación de Kim Jong-il por trabajar las tierras marginales, generando deforestacion y, por consiguiente, acentuando la falta de alimentos que, para 2008, llegó a afectar al 40% de la población, algo así como 8,7 millones de los 22,5 millomes de habitantes que tiene la RPDC. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), para 2010 en Corea del Norte habrían 3,5 milones de persomas con malnutricion grave y otras fuentes occidentales señalan que en las hambrunas de 1995 murió por lo menos un millon de personas.

Ante esta situación, el gobierno de Corea del Norte orientó inversiones en grandes proyectos de cultivos hidropónicos y de generación de energía geotérmica, en un intento más para solucionar la crisis y evitar que la situación de su población y su sistema productivo empeore. Sin embargo, el verdadero reto que enfrenta ese país es mantener su independencia cuando ha aceptado el ingreso de capitales europeos para el desarrollo de estas iniciativas y porque, en algunos aspectos internos de su economía, los diecisiete años de gobierno de Kim Jong-il llevaron al país por una senda muy similar a la del llamado ‘socialismo de mercado’ chino, aceptando la participación de inversión extranjera diferente a la de los monopolios imperialistas. Así mismo, impulsó la colaboración comercial con China y Rusia, que ahora venden gran cantidad de mercancías en su territorio, y con Corea del Sur en la zona industrial de Kaesong. También impulsó el alza general de los salarios, con el ánimo de lograr el control del mercado negro de partes industriales en la frontera con China, y dejó listo un ambicioso plan para instalar una megaindustria de software, con capital chino.

Así las cosas, luego de sesenta años de construcción del socialismo en la RPDC, es evidente que algunas cosas han venido cambiando tanto en lo económico como en lo social, pero también que estas transformaciones no se están dando a favor de Occidente. A pesar de las dificultades que enfrenta esa nación, que deberá someter a un riguroso examen su modelo, centrado en el Estado y la industria pesada, es de esperar que el nuevo liderato de Kim Jong-un, heredero designado por el fallecido líder norcoreano, siga aplicando la idea Juche para mantener la independencia de su país y, a su vez, mostrarle a los pueblos del mundo que sí es posible enfrentarse a los imperialistas y ganar.

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