Perú: Ayavaca, Waka de la Fe Contemporánea


Mario Tabra / Mariátegui
11/10/12

Durante décadas viene congregándose anualmente decenas de miles de peregrinos en búsquedas de sanación y oportunidad para poder seguir viviendo en este mundo cada vez más primarizado, donde sólo importa la vida mercantil.

Octubre es el mes en que Ayavaca se convierte en el centro principal de Piura, y no es para menos, porque es en esta época del año que los caminos y carreteras se llenan de una nube morada de gente que suben a agradecer y/o a pedir salud, agua y bien para poder seguir bregando en estos tiempos tan difíciles.

Muchas veces se habrá preguntado ¿desde cuando se realiza la peregrinación hacia el santuario del señor cautivo de Ayavaca? Y cuando reviso las piezas del “Museo de Ayavaca” me convenzo cada vez más que Ayavaca fue un centro cultista ancestral a donde venían pobladores de diversos partes; y más aun, repasando el estudio del antropólogo Raúl Zevallos Ortiz “Aypate y el Señor Cautivo” publicado en la revista comunidad Tierra-Hombre-Identidad N°3 del Centro de investigación y Promoción Cultural “Raíces” corroboré mis sospechas que esta vez compartiremos.

Ayavaca Santuario Natural

Durante décadas viene congregándose anualmente decenas de miles de peregrinos en búsquedas de sanación y oportunidad para poder seguir viviendo en este mundo cada vez más primarizado, donde sólo importa la vida mercantil.

Octubre es el mes en que Ayavaca se convierte en el centro principal de Piura, y no es para menos, porque es en esta época del año que los caminos y carreteras se llenan de una nube morada de gente que suben a agradecer y/o a pedir salud, agua y bien para poder seguir bregando en estos tiempos tan difíciles.

Muchas veces se habrá preguntado ¿desde cuando se realiza la peregrinación hacia el santuario del señor cautivo de Ayavaca? Y cuando reviso las piezas del “Museo de Ayavaca” me convenzo cada vez más que Ayavaca fue un centro cultista ancestral a donde venían pobladores de diversos partes; y más aun, repasando el estudio del antropólogo Raúl Zevallos Ortiz “Aypate y el Señor Cautivo” publicado en la revista comunidad Tierra-Hombre-Identidad N°3 del Centro de investigación y Promoción Cultural “Raíces” corroboré mis sospechas que esta vez compartiremos.

Ayavaca por su posición geográfica que comparte con Huancabamba, San Ignacio y Jaén son parte del exclusivo Páramo del Perú y como tales dadores del agua del área septentrional andina, esto lógicamente lo conocía hace miles de años nuestros ancestros que venían en peregrinaciones anuales para agradecer y solicitar a la vez agua para poder seguir reproduciéndose como seres. Lo mencionado podemos corroborarlo con la presencia de la cerámica Vicús, Moche, Tallán y Chimú encontradas en diferentes cerros de las comunidades de nuestra provincia y que hoy se exhiben en el “Museo de Ayavaca”, toda este material venía como ofrenda a las alturas por permitirles el agua esencia de la subsistencia de ayer hoy y siempre.

Del culto de Wayakuntu a la procesión del Cautivo

En la historia de nuestros pobladores subsiste el origen de su cultura a través del mito de Aypate como fundador de los Wayakuntu Ayawaka (SEMANA 24-02-2002) donde nos cuentan de un personaje que se encontraba estrechamente relacionado con la naturaleza y especialmente con un venado (guaucau), y que “compitiendo” con sus contemporáneos logró casarse con la hija del gobernante sabio de los Wayakuntu Ayawaka, convirtiéndose en el conductor de un pueblo organizado e identificado con su naturaleza, y en honor a este personaje llamaron al Apu principal de los Wayakuntu Ayawaka AIPATIQ, LLAPATIQ O AYPATE (el señor de las montañas, el vencedor, el que alcanza lo más alto) si, el mismo cerro que alberga el centro administrativo ceremonial que lleva su nombre.

El centro administrativo ceremonial de Aypate durante el incanato según la “relación de costumbres antiguas de los naturales del Pirú” de un autor anónimo de 1594 fue uno de los diez prelados que tuvo el Tahuantinsuyo, ya tal como lo escribiera Garcilaso de la Vega en sus comentarios reales de los incas, “…se hacían este tipo de construcciones sólo en las provincias más importantes…” cabe resaltar que lo más importante de esa época y de la actual es que Ayavaca es parte del exclusivo Páramo del Perú y desde Aypate se podía interrelacionar magistralmente el área septentrional andina, motivo por el cual asumió tal categoría.

Durante la colonia y al no haber podido desarraigar el culto a los Apus y a las Lagunas, a pesar de haber intentado varias veces con santos relacionados con el agua como la virgen del pilar, san Francisco y la purísima concepción de Chocán, el sacerdote García Guerrero mandó a esculpir una imagen de Jesucristo cautivo, la cual es venerada por miles de fieles desde entonces y atribuida a hechura de Ángeles.

En la república a mediado del siglo XX en que se inician las peregrinaciones masivas hacia Ayavaca para encontrarse con el señor cautivo, y hoy en día sigue sumándose gente, cada uno trayendo sus ofrendas de acuerdo a sus posibilidades y expresiones culturales.

Revisando lo histórico y lo sagrado

Valiéndome del trabajo de Raúl Zevallos Ortiz antropólogo suyeño de nacimiento, los invito sin ánimos de herejía a detenernos unos instantes en los elementos del mito andino de Aypate y la representación icnográfica del señor cautivo, en los cuales encontraremos una estrecha e indisoluble unidad sincrética.

El legendario Aypate

En el mito de Aypate se habla del personaje que anda con su venado, unas cuerdas y que mencionaba que apenas podía “gobernarse así mismo”. El venado para nuestra cultura andina personificaba algo sagrado y tradicionalmente lo asocian con el antepasado, esto lo encontramos tanto en la cerámica, en las danzas, como en las crónicas y en los estudios antropológicos. No hay que perder de vista que a cinco kilómetros del cerro Aypate siguiendo por el Qápac Ñan al sur se encuentra otro cerro llamado “la piedra del chivo” por la apariencia de una mole de 40 metros que tiene con este animal, pero si volvemos a la era andina este animal no existía, pero sí existían los ciervos y que estamos seguros de que en aquella época fue conocida como “Waka del venado”. Algo que no debemos olvidar es que el venado está representado no sólo en la sierra del Norte del Perú sino también en otras culturas andinas, así como occidentales, incluido el cristianismo.

Aypate era una persona que decía que apenas podía gobernarse así mismo y un símbolo de esa autosujeción justamente son los lazos o las cuerdas con las que el Mito describe que aparecía para atar su propio naturaleza y atar a su oponente; en otras circunstancias nos comenta Zevallos Ortiz que los entierros de Olleros también se encontraron con personajes con manos cruzadas en los pechos, simbolizando un recogimiento o encerrados en sí mismos.



El Cautivo Sagrado

Cuando en 1751 el Sacerdote García Guerrero manda a esculpir la imagen del señor cautivo para contrarrestar la influencia de los cultos andinos -ya que antiguos intentos no lo habían logrado- no adrede rescataron los elementos religiosos andinos y lo plasmaron en esta imagen. Si nos detenemos y observamos al Señor Cautivo veremos que en su corona se prolongan las potencias que es la irradiación del espíritu en tres direcciones, que en esta oportunidad está representado por los cuernos de venado.

El Señor Cautivo de Ayavaca es la representación de uno de los pasajes de la pasión de Jesucristo, justo cuando estaba prisionero.

Si recordamos bien fue cristo quien nos hablaba de cambiar primero uno para luego cambiar a los demás, pues una forma de cambiar, es sujetando los impulsos negativos como ambición, la codicia, el egoísmo… que hacen mal a los demás y fue por este motivo que Jesús se entrego para salvarnos; es esta imagen de cristo prisionero y atado que el sacerdote García Guerrero escogió para la representación del patrón de Ayavaca, y era el mismo mensaje que estaba en el colectivo de la población ayavaquina que tenía de Aypate.
Una de la últimas apreciaciones de la imagen señor cautivo es justamente los lagrimones de sangre que representan en su rostro, los cuales conversando con nuestro amigo Raúl Zevallos los encontramos en las pinturas faciales del señor de olleros y en los rostros representados en los petroglifos de Samanga, que según estudios representaban a seres míticos dadores del agua a través de la lluvia.

En realidad es sorprendente los elementos andinos y occidentales que se encuentran en las iconografías sagradas, pero lo incuestionable ha sido y es la intención de los devotos de la necesidad de tener agua y salud -no riqueza efímera, ni mucho menos mercantil- para poder seguir trabajando dignamente por un mundo más justo y solidario que asegure a todos una oportunidad de vida.

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