La idea de Comunismo



Juan Barreto Cipriani / Mariàtegui
23/11/12

La crisis económica que estalló, se va convirtiendo en crisis política. Huelgas en toda Europa, acompañada de distintas formas de resistencia y desobediencia civil; a lo que se suman pequeños estallidos aquí y allá. Así como los medios desdeñaban, minimizaban y ridiculizaban el cambio climático por considerarlo apocalíptico, ahora, producto de la contundencia de los acontecimientos, se ven obligados a considerarlo. Del mismo modo, la actual crisis comienza a impactar la conciencia universal y reordena las visiones del mundo, poniendo las cosas en su lugar. El debate se torna disyuntivo: remozar el capitalismo o tomar una vía distinta.

Este debate actualiza la discusión sobre la pertinencia de la construcción de un nuevo socialismo. Hace apenas unos años, criticar las desregulaciones, las privatizaciones, así como sus alcances y competencias, era herejía, un disparate para la academia dominante y la mayoría de los grandes medios. ¡Oh sorpresa!

Hace tiempo, luego de algunas medidas tomadas en EEUU, para controlar el mercado financiero, Newsweek titulaba con ironía: “Ahora todos somos socialistas”, no sin poner en tela de juicio la autoridad y autonomía del capital financiero. El “prestigioso” medio norteamericano, aceptaba la necesidad de adoptar controles y regulaciones estatales “de corte keynesianos o socialistas”. Propiedad privada o estatal, decía el comentario, “eso sí, sin llevar las cosas demasiado lejos y llegando a la propiedad común. Eso sería comunismo”.

No es sólo el cinismo, también la corrupción del lenguaje, que intentan encubrir, el temor de los medios, a la posibilidad de que las cosas cambien. No contentos con envilecer términos como “democracia”, “libertad”, “ciudadano”, han convertido la idea de comunismo, en una anti-frase. Especie de monstruo maldito al que hay que exorcizar y persignarse al escupir, apenas pronunciada esa palabra.

Ya lo decía Marx, “vivir como comunistas, es hacer la vida en común”, esto va más allá de la frase. El socialismo es la práctica cotidiana del comunismo, como movimiento de lo real.

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