Hugo Chávez y su destino revelado en el Perú




Linda Lema Tucker * / Mariátegui
10/03/13

Al Comandante Hugo Chávez Frías lo conocimos en julio de 1997 cuando fui invitada a participar  en el II Congreso Anfictiónico Bolivariano de América Latina y el Caribe convocado por la Universidad Central de Venezuela (UCV).  

Alto, corpulento con un rostro indudablemente latinoamericano,  un  alma que se le escapa en la mirada y en sus delicadas expresiones humanas. Estar junto a él, suscita ternura y pasión inmensurable, pensé,  entonces que sólo los grandes hombres suelen producir tantos sentimientos juntos, hombres que nacieron  para cambiar la dirección de la historia de la  humanidad.

Con  la cordialidad  y la sencillez de quienes saben que éstas son herramientas indispensables para unir buenas voluntades, fui  invitada con otros latinoamericanos a la casa familiar de La Boyera frente al Ávila.  Allí, bolivarianos de Méjico, Argentina y Perú compartimos una entrañable y larga  conversación con el tierno militar que esa noche vestía una sencilla camisa de franela  a cuadros…  

El Comandante Chávez me presenta a su hija Rosa Virginia y se emociona al hablar del Perú. No era  para menos.  En nuestro país,  el  candidato de las  próximas elecciones de diciembre, tuvo ocasión de vivir la experiencia del gobierno de Juan Velasco Alvarado, aquí,  comenzó  a germinar el fermento del Movimiento Bolivariano. Lo cierto es que nuestro país este  joven Comandante bebió  la experiencia de la revolución nacional peruana la que transformó su vida.

Nacido en Sabanetas del Orinoco, entre Barinas y Apure, en una casa de palma y piso de tierra,  siempre mantuvo  cercanía  para con el pueblo, usó  su carisma para mantener ese vínculo esencial para las grandes transformaciones.

Lo que me sorprendió es su enorme  humildad en el trato con nosotros,  se pierde en recuerdos y cuando está  con  las multitudes que se aprietan a él a su alrededor para saludarlo “no temo   a un atentado, nos dice. Observé entonces  que para  muchos venezolanos era la  luz de esperanza en  la escena de la oscuridad  de la política latinoamericana y para otros  un peligro se opone el modelo neoliberal. Su posición era  clara y definida “Soy bolivariano, partidario de un capitalismo humanista”.  


“Oír hablar de la revolución nacional peruana fue toda una revelación…”

En Diciembre de 1974 con ocasión de la celebración de los 150 años de la Batalla de Ayacucho, diez cadetes venezolanos visitaron el Perú, entre ellos Hugo Chávez. Tenía treinta años y  era cadete de la Academia Militar.

El Comandante recordó que  conocer el Perú le causó profundo impacto, gobernaba el país el general  Juan Velasco Alvarado y Omar Torrijos, Panamá, además de conocer los movimientos políticos que  estos militares nacionalistas dirigían en esos años “En el Perú conocí al general  Velasco Alvarado y Mercado Jarrín,  oír a militares como Juan Velasco, fue toda una revelación que nunca se me borrará de la mente. Hasta el 4 de Febrero (04F) el día de la rebelión, cargué conmigo un librito azul de bolsillo, un obsequio personal del general Velasco llamado La Revolución Nacional Peruana, que me lo quitaron el día que me entregué. En aquella época éramos muchachitos militares de aquí y nunca en la academia llegamos hablar de rebelión, mejor dicho de revolución nacional. En ese encuentro en las alturas de los Andes, conversamos con Omar Torrijos y los militares panameños. Oír hablar a aquellos militares jóvenes hablar de su general, de la Revolución Peruana , de la Revolución Panameña , hizo que empezara a ver que los militares no eran para masacrar al pueblo, para cercenar los derechos de los pueblos, sino que podían ponerse a la orden de los pueblos”.

Insistí que nos señalara que es lo que más le había llamado la atención del Perú?. Hugo Chávez refiere y dice:   “En realidad, muchas cosas llamaron mi atención Recuerdo a un profesor indígena que me dejó impresionado en Ayacucho, en aquel frío de la sierra,  conversando esa noche, él decía que su teoría era que en Ayacucho no hubo batalla, sino un acuerdo y que los españoles se entregaron. La otra historia, que creo que es la correcta, es que sí hubo batalla, que consiguieron los cadáveres y los partes de guerra. No creo que el Mariscal Sucre haya inventado ello. Todo ello nos impresionó mucho, cantar con los indígenas, ver aquella manifestación de los indígenas.  Lo cierto es que en esos años los militares teníamos el ejemplo de Pinochet, el cual no compartíamos por supuesto.  Representaba a los militares que matan al pueblo, derriban, descabezan; mientras que los militares peruanos hablaban distinto, hablaban del pueblo, aunque al final la experiencia lamentablemente fracasó por falta de claridad estratégica, pero al menos hablaban y actuaban distinto”.

Una ideología para canalizar la desesperación de un pueblo


En 1981, Hugo Chávez y otros  militares juraron en el Samán de Guere,  donde la historia registra que allí Bolívar acampó varias veces, dedicar su vida a la construcción del Movimiento Bolivariano a fin de contribuir a la transformación de Venezuela.

Se empeñaron en darle contenido ideológico. Revisaron a muchos pensadores y héroes nacionales y  latinoamericanos. El Movimiento Bolivariano que propugnaron  tuvo fuente ideológica y política un árbol de tres raíces: Bolívar, Zamora y Simón Rodríguez.

Aquella noche, el Comandante Chávez relata “Estudiamos a muchos pensadores, las ideas de los primeros venezolanos, el proyecto aborigen, algunas rebeliones. A mí me correspondió estudiar a Bolívar y a Miranda. Revisamos el panorama ideológico de articular un sistema, una ideología política,  más si se pretende ser revolucionaria, tiene que ser el motor, tiene que emocionar al pueblo. De que vale ser un ideólogo, un estudioso de cuantas ideologías existan,  cuando no tiene que ver con la realidad. Una semilla en un pedregal. No, tiene que ser en una tierra fértil, que mueva a la sociedad. Creo que lo logramos, el 04 de febrero de 1992, cuando salimos a la calle, movió el alma del pueblo.  Y allí anda, a pesar de tanto intentar denigrarnos por todas las vías. Muchos intelectuales de izquierda no lo han entendido. O nosotros no hemos logrado hacer entender muestro mensaje, o ellos están incapacitados de captar. Sin embargo nosotros hemos logrado estremecer el alma nacional, como decía Neruda ‘lograremos poner a Bolívar en el tapete, con otro signo revolucionario’”.

Unidad urgente y necesaria: civiles y  militares

La verdad es que el movimiento político se fortaleció en un movimiento cívico – militar, fundiendo las ideas a las milicias. Desde ese punto de vista, esa gran organización del Movimiento Bolivariano contó con el apoyo de grupos de militares.

En la reunión llevada a cabo en su casa, cuando aún no era presidente, el Comandante Chávez nos señala “Estoy seguro que en América Latina, más allá, más acá,  hay grupos de militares a los que habría que sondear, que trabajar, así sean militares en retiro, porque los oficiales en retiro tienen contactos con los oficiales de los cuarteles y conocen qué es lo que hay allí. Por eso digo, agarren una lupa, un microscopio y busquen en los cuarteles, allí hay algo, allí hay un fermento que ante la situación que estamos pasando, hay que hacer una mezcla para darle continuidad al proyecto histórico de América Latina”.

Chávez continua diciendo “Nuestro proyecto se siente y se vive en América Latina. Uno va a Montevideo y te encuentres con militares y civiles que te hablan de proyecto de Artigas. En Buenos Aires, San Martín, O'Higgins en Chile, y más reciente, Velasco Alvarado, Torrijos, Coomaño. Militares y civiles, un proyecto que está dando vuelta, allí hay todo un torbellino. Eso es lo ideológico”.

En último lugar,  nos habla del proyecto bolivariano para América Latina: “Las soluciones pasan por la izquierda, tienen que pasar por la izquierda, pero no pueden quedarse en la izquierda, tiene que ir más allá. A las fuerzas armadas. A muchos militares que pudiéramos catalogarlos como nacionalistas, en este tiempo de desnacionalización. Creo que vamos en camino de recuperar, de reconstruir, de rescatar de ese lodazal de la historia un proyecto originario de América. En eso andamos…”

Al salir de su casa, me hice una pregunta  ¿Tendrá el Comandante Chávez claridad para manejar  en forma apropiada la esperanza colectiva que se deposita en él?

Lima, 31 de julio de 1997.


* Es representante del Comité Permanente de Congreso Anfictiónico de América Latina y El Caribe, cuya sede está en Caracas, Venezuela.

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