La Revolución Bolivariana amenazada


César Zelada /  Mariátegui
08/06/13

No cabe duda que la revolución venezolana que fue liderada por Hugo Chávez ha marcado un hito en la historia de la humanidad. Y ha sido durante todo este tiempo una inspiración de combate democrático para los pueblos de Nuestraamèrica. Chávez le dio dignidad a todo un pueblo enfrentándose al imperialismo, a la misma vez que reivindicó el socialismo. Esta es la razón del odio contra Chávez y la revolución en proceso que dejo.  No obstante, como analizamos en una nota anterior (Postchavismo, 13-03-13), al dejar de existir, se apertura una etapa postchavista crítica.

Y en efecto, los discursos de Maduro, llamando un día a formar milicias obreras, y otro, firmando pactos con lo que Chávez llamaba “la burguesía apátrida”, como lo es el golpista grupo Polar, así como el audio de Mario Silva, hablando de las fisuras dentro del régimen chavista y de los planes conspirativos y personalistas de Diosdado Cabello, expresan las contradicciones de una revolución inconclusa, que varios intelectuales como Heinz Dieterich o Alan Woods, han analizado puede terminar como la revolución sandinista, al no romper definitivamente con el sistema capitalista.

Y es que si bien es verdad la revolución “del socialismo del siglo XXI” conquistó grandes logros sociales en el campo de la educación, arte, salud y vivienda, no ha podido abolir ni la pobreza ni la desigualdad ni la delincuencia. 

Estas cuestiones, y no la falsa retórica autocomplaciente, son las razones de la pérdida de más de 700 mil votos chavistas que se han pasado pragmáticamente al bando de la contrarrevolución.  Y es que claro, si Capriles, que trata de “parecerse a Chávez”, capitaliza el descontento social y promete que va continuar con los programas de Chávez, y va aumentar el salario y enfrentar seriamente la delincuencia, pues, el venezolano común y corriente, cansado de 14 años de “revolución socialista” que no soluciona todos los problemas de la vida cotidiana, pues, lógicamente que va votar por el líder de la oposición. 

Y éste último y la derecha golpista, orientados por Washington, van apelar a diversas tácticas que apunten a desgastar y dividir al régimen político militar, hasta que en un momento determinado, cuando este desmoralizado, deslegitimado y aislado, nacional e internacionalmente, por fin puedan derrocarlo a través del voto (Capriles anunció que va participar de las elecciones municipales de diciembre), o a través de las armas, instigando un golpe desde dentro del gobierno (como hicieron con Velasco Alvarado afianzando al felón golpista Morales Bermúdez en Perú o recientemente con Federico Franco contra Lugo en Paraguay), a través de revueltas callejeras o abiertamente mediante una invasión como hicieron antes en Centroamérica.

Así las cosas, la crisis de la revolución bolivariana, radica no solo en las contradicciones entre gobierno y contrarrevolución imperialista, sino, fundamentalmente, dentro del movimiento bolivariano, con un Diosdado Cabello, que por su carácter boliburgues, está vinculado con un sector de la burguesía venezolana, que le debe hablar al oído para inflar su ego y asuma la presidencia del país, y pacte de una vez por todas, una reconciliación nacional.

En este sentido, según la conversación entre el periodista Mario Silva (cuyo programa popular La Hojilla fue cerrado dándole otra concesión a la derecha), y el hombre de inteligencia cubano, Diosdado, estaría interesado en generar una fuga de divisas y boicotear la economía.

Sin embargo, la dinámica de la revolución es compleja y contradictoria ya que Diosdado sabe muy bien que una conciliación en línea recta con la burguesía lo podría llevar a la pérdida de su base social y militar que sigue siendo chavista.  Además, Diosdado sabe que el imperialismo no le va perdonar rápidamente su chavismo. Por eso se explica la reacción de Diosdado expulsando a los congresistas de la oposición de la Asamblea Nacional. 

Por otro lado, a pesar que Maduro es consciente de las aspiraciones de Diosdado, y de tener el gobierno el control de millones de hectáreas de siembra, distribuidoras de semillas y supermercados, acaba de aumentar el precio de las carnes, leche, pollo y queso, en 20% ( Unoticias, 14-05-13). Esto debido no solo a la debilidad del gobierno de Maduro (llevándolo al espiritismo con el patético “pajarito”), sino fundamentalmente a la anarquía de la producción y distribución capitalista de alimentos, que para colmo de males, Maduro se la está revirtiendo al golpista grupo Polar. 

Lo interesante es como hasta ahora desde la tribuna de los inspiradores movimientos sociales y la clase obrera, no hay una intervención mariateguista, es decir autónoma, y con propuestas programáticas, en el desarrollo de la revolución bolivariana.  

Esperamos que esta situación cambie rápido porque de continuar así la revolución ingresará en una fase de retroceso. 

Y es que capitalismo y socialismo no pueden convivir mucho tiempo porque mientras que el primero se basa en la anarquía de la producción el segundo se basa en la planificación de la economía. Por eso son como el agua y el fuego. Al final uno de los terminará por imponerse.  

Esta es la verdadera amenaza a la que se enfrenta la revolución bolivariana. 

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