El vuelo de Abel Prieto


Winston Orrillo / Mariátegui
15/08/13

Figura cenital en la cultura cubana contemporánea, y cuyas opiniones perfilan el acontecer intelectual y artístico de la Patria de Martí, Abel Prieto (Pinar del Río, 1950) fue Presidente de la UNEAC (1991-1997) y luego Ministro de Cultura, hasta que ahora lo tenemos como Asesor del Presidente Raúl Castro. Recientemente él nos visitó, con motivo de la presentación, en la Feria Internacional del Libro, de la obra “Fidel Castro Ruz, GUERRILLERO DEL TIEMPO, de Katiuska Blanco.

Aprovechamos esta oportunidad (véanse los efectos del bloqueo en el aspecto cultural) para solo ahora tomar conocimiento y hacer una reseña, de “El vuelo del gato”,su primera novela,  publicada, primero en  “Letras Cubanas, 1999, y con una segunda edición, en Monte ´Ávila, de Caracas, 2007.

El texto es una suerte de fresco – muy vivo, fascinante- de su propia generación, a la que sigue, a través de dos protagonistas, Marco Aurelio y Freddy Mamoncillo, arquetipos de cubanos de entonces (los gloriosos 60s), y a lo largo de más de treinta años, que se cuentan desde el preuniversitario de Marianao, con toda la parafernalia de una juventud y sus vicisitudes, :con enamoramientos, bodas, amores y desamores, y ese rumor implacable del paso del tiempo –Cronos- visto desde lo que podríamos llamar una mirada “sana” y, a la vez, con ese leve humor que permite la desmirificación de usos y costumbres que, a los que conocemos un poco a la bienamada Cuba, nos hizo sentir de lo mejor.

Protagonista esencial de esta novela es el lenguaje criollo, el que nos permite leer su texto, con placer y atención especiales, pues el autor sabe, de ese modo, y valiéndose de tales expresiones, penetrar en la urdimbre de personalidades que nunca resultan ni clichés ni estereotipos, sino que, cada una, es motivo de una profunda auscultación, con esa mirada zahorí del novelista, que no escatima  referencias a los ídolos del momento, como Los Beatles, a los que aompañan una cohorte de autores de la inagotable música cubana, y, asimismo, apariciones de Pablo y Silvio , como no podía ser de otro modo.

Mirada sin cartabones, y presentación del acontecer cotidiano que caracteriza a una sociedad abierta a espiritismos y demás fantasías (del llamado “realismo mágico”), así como el modus vivendi de la típica familia de la Isla, en el telòn de fondo de la crisis social, con los que se van –familias enteras- y Mariel y el espejismo del país del Norte, donde “hay de todo” ,pero falta lo que no debe faltarle al ser humano: la solidaridad y el enraizamiento en la cubanidad, que es una suerte de substratum de una generación que coincidió en el ya mencionado Pre de Marianao.

Maestría en el diseño de personajes y situaciones, la primera novela de Abel Prieto se halla plena, asimismo,  de la presencia de citas y evocaciones de la la obra de José Lezama Lima, en la que es especialista nuestro autor; (y precisamente el título del libro se toma de varias referencias del inolvidable creador de Paradiso). Y, asimismo, se encuentra el pensamiento y la obra del filòsofo y gobernante romano,  Marco.Aurelio, lo que le permite perfilarnos la vera efigie de uno de sus protagonistas, no de casualidad del mismo nombre..

Abel Prieto tiene varios libros de cuentos publicados: “Los bitongos y los guapos, 1980; “No me falles, gallego”, 1983; y “Noche de sábado” (1989), Premio de la Crítica.

Capítulo aparte son los frecuentes diálogos de nuestro autor con la prensa  nacional e internacional, donde se trasunta su perspicuo análisis, preciso y cabal, de la situación cultural y política, unimismadas, de la Revolución Cubana, más viva que nunca en estos comienzos del siglo XXI.

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