Perú. Arturo Corcuera y la reedición -a 50 años- de Noé Delirante


Winston Orrillo Ledesma / Mariátegui
13/12/13

Que la noche del 10 de diciembre hubo, en el Centro Cultural Inca Garcilaso, de la Cancillería, una fiesta de polendas; celebrábamos los 50 años del lanzamiento de Noé delirante, la excepcional creación poética de nuestro gran bardo hispanoamericano, Arturo Corcuera.

Se trataba, además, del lanzamiento, para conmemorar tal fasto, de una edición bellísima, publicada por "Alfaguara", esta vez con ilustraciones de Rosamar Corcuera, hija del autor.

Aún está, en la memoria, otra, anterior, con ilustraciones de Tilsa (la verdadera, no la esperpénrtica caricatura ad usum), Nos referimos a Tilsa Tsuchiya, posiblemente una de las más grandes plásticas peruanas, junto con Julia Codesido, Cota Carvallo, et. al. El hecho es que, "Noé delirante" es un libro que crece y crece, desde su original versión de 1963.

Las palabras de comentario estuvieron a cargo de Enrique Sánchez Hernani, quien tuvo el acierto de convocarnos para conmemorar, dentro de 50 años, el centenario de este libro excepcional, summa de belleza y de sentido desmitificador de la realidad que nos ha tocado malvivir.



Corcuera no solo es un poeta, sino que es toda una institución poética: su vida es poesía y su poesía es vida: y lo que toca, como una suerte de redivivo Rey Midas, lo convierte en metáfora, símil, oxímoron, sinestesia.

Además, por si fuera poco, en su prole, aparte de la excepcional Rosamar, está Javier, cuyo filme "Somos" ya se está convirtiendo en una película sine qua non en la historia del 7mo Arte peruano.

Bueno, prometemos una nota más vasta y detallada: aparte de "Quique Sánchez", habló Mercedez González, por la Editorial que lanzaba el volumen y, al final, el poeta, con su característica voz cansina, relató algunos aspectos de lo que podría ser su poética.

Culminó todo, aparte del consabido salud vitivinícola, con un video esclarecido y esclarecedor que nos llevó, in situ, al hábitat de nuestro gran poeta, en la Villa de Santa Inés, Chaclacayo.

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