Perú. Ernesto Montero: Ecografía del amor revolucionario


Winston Orrillo / Mariátegui
27/03/14

“El revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor”
Ernesto Che Guevara

El epìgrafe del Guerrillero Heroico es perfectamente congruente para el inicio del comentario a “Todo depende del humor de tus ojos”, poemario de Ernesto Montero Campos, un singular vate joven -25 años-, trabajador gráfico y dirigente del Gremio de Escritores del Perú.

La cita del Che se imbrica, idóneamente, con el comienzo de uno de sus poemas más representativos: “Cuando un revolucionario se enamora/  la ternura queda pequeña/ y se enciende algo más”: ésta es, a no dudarlo, la dirección del texto que tenemos entre manos.

Montero es un escritor provisto de una rica panoplia de imágenes, lo que le permite sortear los voraginosos encuentros con la pérfida realidad que, en definitiva, es lo que el poeta –y la mayoría de nosotros- queremos demoler.

Pero, claro que sus figuras literarias se insertan en el intento –inabarcable- de definir esa nueva –sui generis- forma de amar a la que el mundo de hogaño lo conduce, pero siempre, permanentemente, con un manejo de la sensibillidad que deviene paradigmática: “Permíteme saborear la noche de tu cuerpo/ para encender tu luz/ caminar/ caminantes dedos/ hacia la ternura de tu pecho/ que alimenta vida y otorga pan”.

Como se aprecia, lo lírico, sí, claro, pero vinculado al tema, al leit motiv, del poemario, todo lo cual –es menester decirlo- es analizado por ese notable poeta y muy buen ensayista que es Julio Carmona quien, desde la caliginosa Piura, nos sigue alimentando con su pensamiento y sus versos. 

Julio es autor de una “Reflexión liminar” cuya lectura deviene  necesaria para un primer intento de esclarecimiento de esta poética difícil por los anfractuosos temas que aborda y por el intento –logrado muchas veces- de aprehender la veleidosa y hostil realidad.

Es, sobre todo, válido el esclarecimiento del enigmático título del poemario. Escribe Julio: “El amor es lo primero que enseña al hombre a creer en el mundo objetivo fuera de él” (escribe ese otro poeta visionario que fue Carlos Marx, en La Sagrada Familia). Y “el humor de tus ojos” es la consideración que se reserva para el ser amado. No es la imposición del que ama. Es otorgarle a aquél la libertad de hacer con el mundo –incluido el que ama- lo que su humor decida, lo que su vitalidad aguarde….Pero Ernesto sabe que esos ojos no son ajenos a lo que aguarda el gran hacedor de todo: el pueblo, especialmente el pueblo trabajador, que es el máximo creador. Y es en él que se realizan la poesía y el amor y la lucha social”

De este modo, así, esta poesía –sigue escribiendo Julio Carmona- es “de protesta en definitiva y protesta social. No puede ser de otra manera. Porque se ama con la vida íntegra o no se ama. Es amor todo lo que hace digno al ser humano, o no es amor”.

Lo anterior nos permite aprehender que estamos ante el crecimiento, la evolución, en ciertos vates del Perú entrañable, –diríamos- de una poesía distinta y distante de la ad usum: “..a estas altura/ amarte es tan fácil como tirar una piedra al presidente de turno/  como pintar de colores el porvenir/como desafiar al partido y  sus elecciones/ como apoyarme en el pueblo/ acompañando su corazón”.//Es tan fácil amarte a estas alturas/ que ya sé que no soy solamente yo/ ahora/ somos enteramente los dos// ¿Me acompañas, corazón?/ Hay una masa que nos espera// Te amo con aquella adarga para defender tu paso// Inédito para guardarlo en el corazón”.

Es ése el sentimiento que propugna el poeta: “…es tu amor de mujer que desafía el poniente/ y te amo/ como aquel cordón umbilical/ que detesta el espacio/ pero sí amo tus senos/ como aquella vida que recogiste/ así te amo/ considera esto como una dependencia absoluta…//Y sí / te amo/ como para pedirte permiso/  para todo”. 

Esto último podría parecer una contradicción, pero no lo es: el poeta se entrega, totalmente, al amor, porque éste es su savia, su líquido vital más entrañable, sin el que no podría cumplir su misión sobre la tierra. ¿Amor absoluto? Sí, ¿por qué no? Si eso, para el autor, es el signo más esclarecido y esclarecedor de su nuevo modus vivendi.

Esta obra es tan original que su colofón reza así: “El libro de poesía Todo depende del humor de tus ojos, del autor Ernesto Montero, fue impreso en los talleres Gráficos de Gato Viejo Ediciones, por encargo del Partido de la Ternura del Perú…”

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