Argentina. Raúl Isman: Cuentista, además de comunicador social


Winston Orrillo / Mariátegui
06/04/14

Más conocido, es cierto, como el dinámico director de esa excelente revista virtual que es “Comunicación Popular”, Raúl Isman, profesor universitario argentino de Historia y Economía, y autor de numerosas publicaciones en esas especialidades, nos sorprende  con  un excelente volumen de narraciones, “Muerte súbita”, que reúne textos en los que se presenta la (re)construcción de un crimen desde el punto de vista de los medios de comunicación, y al que subtitula, acertadamente, como “un relato massmediático”, que es el principal del volumen, y que le permite desplegar una severa crítica a la desinformación y al complejo de abracadabrantes puntos de vista que, los media, ofrecen para acuchillar la realidad.

Pero, no obstante ser el primero –y el de más volumen- “Muerte súbita” no logra opacar otros textos en los que, para delicia del lector, fulge la picaresca,el erotismo a raudales, una visión sicosocial del arribista y los diversos tipos de éstos, magistralmente representados en las desopilantes  peripecias del doctor truchaga, que integra uno de los más memorables relatos del breve volumen, en su “Historia de vida: Premio nobel o la parábola vital del doctor truchaga”.

Sin embargo, el libro –amén del jolgorio y “la joda” del que está pleno- concluye con lo que podríamos llamar una “chez-d´oeuvre” pues, en apenas dos páginas  -“La madre, el hijo y la muerte- puede condensarnos todo el dolor de lo que Dostoiewsky llamara “los humillados y ofendidos” de este  mundo.

Este libro de cuentos de Raúl Isman, nos hace sospechar que no es un aprendiz en el oficio, sino que guarda, secretamente, en subterráneas gavetas, una buena cantidad de relatos; que, como  este volumen, seguramente, cuando aparezcan, se leerán  con similar delicia.

Soy de los que creen que la lectura de alto voltaje no tiene por qué ser eminentemente aburrida o pasto de hermeneutas más o menos academicistas. Claro, se trata del lenguaje que emplea el narrador: ni sermo nobilis (habla noble o culta), ni sermo vulgaris o rusticus (habla vulgar o rústica o rural). Nuestro autor maneja, donosamente, el sermo urbanus (habla urbana o ciudadana) y, por ello, logra mantener , vívidamente,  nuestra atención, y comunicar esa sensación de plena vitalidad de su prosa. V.gr.: “(él) no resistía estar sin un mango en el bolsillo. “…habiendo pasado de La Recoleta a una pensión de la Plaza Once, cualquiera se hubiera deprimido. A él, la pálida le duró un par de días…” (subrayados nuestros).

Una de las características, además, de esta obra de Isman, es su manejo cabal del erotismo: “Tras sentir nuevamente las manos en sus posaderas, María se dio vuelta y puso sus dos manos, con frenético deseo, entre las piernas del sorprendido mozalbete. Durante gran parte de la noche  se dedicó a jugar con el miembro viril de su amante. Lo manipuló, lo boquipuló” (un neologismo por el que hay que darle el copy wrigth). “Esa mujer era tan sugerente como un día de brisa suave, como el alba que te acaricia la piel excitada…”. “La dama era de una belleza digna de inspirar los versos más sublimes de poetas soñadores, los frescos de los pintores del Renacimiento y las estatuas de los artistas áticos del siglo V, pero la desgracia la confinó a un casamiento con un ordinario gallego de pueblo; rutinario y previsible hasta para eructar religiosamente antes (una vez) y después (tres veces) de las cenas, siempre a las veintiuna en invierno; a las veintidós en verano. 

Ella siempre soñó con un día de felicidad en su matrimonio: el día en que se convertiría en viuda. Esa magna jornada hubo de acontecer cuando ya era demasiado tarde; cuando la sufrida Felícitas contaba ya con setenta años de edad…” (subrayado nuestro).   La parte final de esta cita, además, nos hace ingresar a uno de los puntos elevados de la prosa narrativa de Isman: el uso de la ironía desmitificadora, del humour noir, que adoba la mayoría de sus  buenos relatos. Un ejemplo más (y tan de actualidad y característico de nuestros políticos de hogaño): ha sido elegido un presidente en una república vecina, y el Mandatario declara, como primera medida que “los contenidos y compromisos de su plataforma electoral eran absurdas promesas  de un tiempo que se había ido para no volver…” (El subrayado es nuestro).

Otro ángulo que caracteriza el estilo de nuestro autor, es el empleo de nombres paródicos, simbólicos,  como el lugar donde se produce el  crimen massmediático es un pub para swingers, de nombre “Amontonados”. El ex Secretario  General de Privatizaciones  es  Domingo Estado Bobo. La pareja de asesinos  son el Dr. Luis Antonio Nosferatu y su esposa, Andrea Tinieblas. Y el célebre comunicólogo argentino, que nos explica la repercusión del crimen en la opinión pública , es Marshall Mc Lander…

El relato massmediático, que da título al libro, y es reconstruido por la lectura de los medios de comunicación, consiste en el asesinato de Marcela Ulrich, por la pareja antes referida, en una sesión de frustrado ménage à trois, pues el acompañante de MU desistió, a última hora,  de participar en la mèlange.

Vale describir la escena y circunstancias del homicidio: “La más firme suposición  indica que, de Amontonados…se dirigieron con la asesinada a la casa de Belgrano. Allí habían llegado hacia las 2.15 hs…y rápidamente se dedicaron a los juegos sexuales. Aquí se bifurcan las hipótesis (Nota del autor: que, ni en el veredicto final del juicio, llegan a dilucidarse), una de ellas afirma que fue Nosferatu quien mientras penetraba analmente a la víctima, la ahogó con la almohada sin tener intención  de asesinarla. La otra afirma que Andrea Tinieblas, indignada porque su esposo se dejaba acaparar por la ocasional  amante y no la integraba a la relación, se dejó ganar por los celos y pasó a asfixiar a la víctima con la sábana, una toalla o la almohada…”

En fin, las citas podrían multiplicarse. Solo diremos, para concluir, que Raúl Isman sabe narrar, que su estilo es cautivador y que algunos de sus relatos,  como “Gracias por ser como sos”, revelan que utiliza mucho de su experiencia vivencial –ha ejercido la docencia varios años- para desmiticar la retahila de envidias y oportunismo que medra en el mundillo académico, así como en muchos ámbitos de la vida contemporánea-.

Sólo nos queda hacer un llamado a las muchas editoriales que hay en la Patria de Borges, para que reparen en un autor que, si bien es cierto, es un brillante y fundamental periodista –sus análisis sociopolíticos son, hoy por hoy, cardinales- tiene una obra creativa no menos, a nuestro juicio, trascendental.

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