Guerrilleros del ELN Perú (1965).
Jan Lust / Mariátegui
25/09/14
Estimado compañero (a):
El 25 de septiembre de 1965 el Ejército de Liberación Nacional (ELN) del Perú atacó la hacienda Chapi, propiedad de los gamonales Carillo. La hacienda Chapi se encontró en el departamento de Ayacucho, provincia de La Mar. Con esta acción, en la década de los sesenta del siglo pasado, el ELN inició sus acciones para la liberación social del Perú.
Los camaradas del ELN no lograron sus objetivos y muchos de ellos murieron por la liberación de los pueblos peruanos; sin embargo, deberíamos considerarlos –así como también a los caídos del Movimiento de Izquierda Revolucionario, y el comunero Vincente Mayta y el ex Guardia Republicano Francisco Vallejo del grupo que inició acciones en 1962 en Jauja– como los precursores de una lucha a muerte para transformar el Perú en una sociedad socialista.
Uno de los camaradas que formó parte del grupo que atacó la hacienda Chapi fue Luis Zapata Bodero. El poeta del pueblo Gustavo Valcárcel le dedicó un poema:
Luis Zapata
Carajo, por los clavos, Luis Zapata
no es posible vivir a mi manera
con el zapato al hombro en vez de los fusiles
y la miseria a cuestas a cambio del centavo.
Transpira el cerebro tardes secas
crece betún en nuestros ojos, yerba,
muge el fosfato en el desierta, arena,
y me nace de golpe entre las células
unas ganas horribles, instintivas
de hacer el bien a malas
de fregar sin falta a los gobiernos
a cada directorio y su pesebre
a cada comando y su pantano
a cada parroquia y su agua negra.
Marchemos, Luis Zapata, por los cerros
hay asamblea general de los andamios
la construcción civil, el héroe civil
el pueblo… no me escuchas?
¿qué hacemos, por la hostia consagrada,
aquí sentados sobre un montón de miasmas?
La pólvora te llama, Lucho,
te llama Atusparia boca abajo
un pedazo de monte, un trozo de humo
la metralla en fustán, el rio seco
la centella en embrión, el rojo vivo
todos te llaman en la tierra
valiente más valiente por valiente
Delia esperaré lo que tú digas
una rosa sin fin de amaneceres.
Marcha por último en guitarra
ponte la piel en allegretto
un trago fuerte entre costillas
y todo habrá empezado con buen tiempo.
Ay. Luis Zapata me escuchó
y hoy su sangre es el eco de mi pueblo.
Gustavo Valcárcel
Antología Poética, 1986
¿Qué hacemos después de 49 años del inicio de la lucha a muerte por el ELN contra los explotadores y opresores? Dejo algunos pensamientos en conmemoración de los combatientes del ELN como Edgardo Benjamín Tello Loayza, José Bernabé Gurrionero Castro, Jorge Toque Apaza, Hermes Agapito Valiente Granados, Hugo Teodosio Ricra Corrales, César Pareja, Guillermo Mercado León, Nemesio Junco Escobar, Carlos Edwin García Miranda y Fortunato Silva Sánchez:
1. En el contexto del capitalismo global, el estado capitalista en los países en la periferia del mundo capitalista ejecuta las funciones económicas e ideológicas que son indispensables para la reproducción ampliada del capital transnacional. El brasileño y militante del MIR chileno Ruy Mauro Marini escribió que “en efecto, el desarrollo del principal sector de exportación tiende, en estos países, a ser asegurado por el capital extranjero mediante inversiones directas, quedando a las clases dominantes nacionales el control de actividades secundarias de exportación o la explotación del mercado interno”. Hace casi 90 años, José Carlos Mariátegui escribió: “Nuestros latifundistas, nuestros terratenientes, cualesquiera que sean las ilusiones que se hagan de su independencia, no actúan en realidad sino como intermediarios o agentes del capitalismo extranjero”.
2. En el Perú, el gobierno de Humala no ha iniciado un proceso que podría llevar al país a otro rol en la división internacional del trabajo. Los cambios en el funcionamiento del modelo neoliberal no ha contribuido a la “gran transformación” que Humala propuso durante las elecciones presidenciales de 2011. En cierto modo, esto confirma la tesis de que la relación de dependencia entre los países “avanzados” y los países de la periferia se expresa en el papel del Estado en el mantenimiento de esta relación particular.
3. El actual Gobierno peruano podría estimular la inclusión social mediante programas y proyectos financiados por los impuestos pagados por las empresas mineras, pero no es capaz de eliminar la exclusión en forma estructural. De hecho, como está ocurriendo actualmente, cuando la producción minera disminuye se ve obligado a profundizar los procesos que condicionan la exclusión. Con el fin de eliminar la exclusión estructural, el gobierno tiene la obligación de eliminar las bases políticas, económicas y sociales del sistema. Sin embargo, el hecho de que el estado capitalista, justamente, nació para defender los intereses generales del capital y garantizar el desarrollo del sistema capitalista, el Gobierno peruano no puede eliminar las bases de su propia existencia.
4. Un cambio del modelo de desarrollo actual dentro de los límites del sistema capitalista parece ser imposible. A medida que el Gobierno peruano prefiere los intereses del capital minero en lugar de las comunidades indígenas y campesinas que luchan por su supervivencia, no descartamos la posibilidad del retorno de un nuevo ciclo de lucha armada. De hecho, un cambio del modelo de desarrollo implica necesariamente la violación de la propiedad privada. Esto, sin embargo, no parece ser una opción para gobiernos que no quieren romper las reglas de la acumulación capitalista.
5. Considero que otro modelo de desarrollo en el Perú sea posible. Sin embargo, dada la correlación internacional de fuerzas de clase, pensamos que debemos romper las cadenas de las restricciones capitalistas mundiales. Para el Perú, proponemos lo que se podría denominar como una estrategia de desarrollo revolucionario. Por un lado, debería ayudar a romper el dominio de la ideología neoliberal en la sociedad y, por otro lado, tendría que apuntar a los procesos que cortan los lazos con el capitalismo global y priorizar, dentro de un proceso de democratización de largo alcance, los intereses de su población.
Hasta la victoria siempre,
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