Colombia. FARC salieron ganando al retener y liberar al general Alzate


Mariátegui
07/12/14

Emilio Marín.- Por primera vez en 50 años la guerrilla colombiana pudo capturar un general. Eso provocó conmociones políticas. Al liberarlo, las FARC quedaron en mejor posición que el presidente Santos. Y la negociación de paz se
reanudará en La Habana.

El domingo 16 de noviembre el general Rubén Darío Alzate, jefe de la Fuerza de Tarea Conjunta Titán, de las Fuerzas Militares de Colombia, que opera en el Departamento Chocó, al noroeste y hacia la frontera con Panamá, fue capturado por el Frente 34 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

El jefe militar vestía de civil y venía navegando el río Atrato, junto con una abogada al servicio de su fuerza y un sargento. Cayeron en poder de los rebeldes, menos el conductor de la lancha, que huyó.

A partir de esa noticia Colombia se conmocionó y las olas del importante suceso llegaron hasta el Palacio de las Convenciones en Cuba, donde desde noviembre de 2012 están negociando los representantes del gobierno colombiano y la agrupación fundada por Manuel Marulanda en mayo de 1964. ¿En qué sentido impactó en La Habana lo del río Atrato? Sencillo: el presidente Juan M. Santos dispuso interrumpir los diálogos con la delegación guerrillera, pretextando el "secuestro" de su general.

En eso incurrió en una grosera alteración de sus posiciones. En incontables ocasiones había desechado las proposiciones de su contraparte, de negociar un alto al fuego del conflicto armado, que hubiera creado mejores condiciones para los diálogos. No, había dicho Santos. "Vamos a negociar como si no hubiera guerra y vamos a guerrear como si no hubiera negociación", decía el fanfarrón que transita su segundo mandato en la Casa de Nariño, en Bogotá.

Sin embargo, cuando supo que un alto jefe castrense había caído preso de la guerrilla en Chocó, cambió drásticamente de parecer y ordenó la suspensión de los diálogos. La delegación gubernamental, presidida por el ex vicepresidente Humberto de la Calle y los generales Jorge Enrique Mora, ex jefe del Ejército, y Oscar Naranjo, se aprestaban a tomar el avión rumbo a Cuba, para retomar las conversaciones. Tuvieron que deshacer las valijas. El presidente los bajó del avión...

El Frente 34 de las FARC, integrante del "Bloque Occidental Iván Ríos", confirmó que tenía en su poder al alto jefe y sus dos acompañantes. En días previos se había capturado en combate a Paulo César Rivera y Jonatán Andrés Díaz, en Arauca. Ambas acciones, además de otras ocurridas en Tolima, Guaviare y otros departamentos, donde los guerrilleros habían impuesto varias bajas a los militares, eran señales concretas de que su fuerza organizada se mantiene y no está para nada liquidada. Si negocia en La Habana, bajo los gobiernos garantes de Cuba y Noruega, no es porque esté a punto de desaparecer ni debilitada. Negocia el fin del conflicto armado porque entiende que eso será positivo para el pueblo colombiano y la organización, pero no está dispuesta a firmar cualquier cosa.

General en offside.

La detención del general Alzate, el cabo Jorge Rodríguez Contreras y la abogada Gloria Urrego duró dos semanas, porque fueron liberados el domingo 30 de noviembre. Para proceder a esas liberaciones tuvieron que intervenir los delegados de países garantes y la Cruz Roja Internacional, que viajaron desde la capital cubana y trajeron a bordo a Pastor Alape, miembro del Secretariado del Estado Mayor de las FARC y jefe del "Bloque Iván Ríos".

Ese líder guerrillero es parte de la delegación que negocia en La Habana, y volvió al Chocó para dirigir el operativo liberación. Cuando el mismo hubo concluido, Telesur de por medio, hubo fotos suyas con el general, en un ambiente de respeto mutuo. Sin embargo, el liberado no tardó 24 horas en desdecirse de esos momentos de felicidad por su libertad para afirmar que había sido víctima de un "show mediático". Las fotos donde aparecía amistoso con Alape no fueron bien vistas por el grueso del generalato que quiere seguir la guerra a cualquier costo.

Durante las dos semanas que duró su cautiverio, mucha gente en Colombia se preguntaba sobre cómo había caído el general. Santos interrogó al generalato sobre lo sucedido. No le entraba en la cabeza que un militar de ese rango cayera en poder de las FARC sin disparar un tiro. Eso desmoralizaba a las Fuerzas Militares y potenciaba a la guerrilla. ¿Ésta había infiltrado al Ejército y así engañó y capturó al militar?

Al día siguiente de su liberación, Alzate hizo una parodia de conferencia de prensa, donde muchos medios no pudieron participar, caso de Telesur, y se limitó a leer una declaración. Allí se quejó de las fotos: "fui forzado a ser parte de un show mediático que realizaron con fotos y videos en día de nuestra liberación". Acusó a las FARC de haberlo hecho caminar mucho durante el día y amarrado a un árbol por la noche.

Sin embargo, recibió un trato respetuoso con sus derechos humanos: al recibirlo, la Cruz Roja Internacional aseguró que estaba perfectamente bien de salud. Por cierto no son las condiciones en que viven los 9.500 presos políticos de Colombia, que en esos días estaban en huelga de hambre reclamando atención médica y mejores condiciones. Varios se habían cosido la boca en señal de protesta. Nada de eso padeció el jefe de Titán.

El 2 de diciembre Telesur escribió: "Las preguntas que no respondió el general Alzate". Y textualmente: "¿Por qué no siguió las estrictas medidas de seguridad para su rango?, ¿cómo un experimentado oficial se mueve en zona de guerra sin escoltas?, ¿qué hacía exactamente en la zona?; son las preguntas que se quedaron sin respuesta cuando el general Alzate compareció la noche de este lunes".

Renuncia con mucho eco.

Tras la lectura de su escueto documento, el general presentó su renuncia al Ejército, luego de 33 años de pertenencia, con mucha experiencia antiguerrillera. Pastor Alape, en reportaje de Dick Emanuelsson, asegura que aquel militar estuvo varias veces a punto de asesinarlo a él y sus compañeros, con bombardeos que dejaban caer bombas de 500 libras. Es una práctica habitual de los militares colombianos adiestrados y provistos por el Comando Sur del Ejército norteamericano, con bases en el país.

Habiendo reconocido que había afectado "el honor" de la fuerza, Alzate renunció ese lunes 1 de diciembre. No le quedaba otra, según el presidente Santos, pero no tanto por afectar el honor de la institución, que tiene bastante poco, sino por haber dejado en ridículo a la fuerza y al presidente.

Una de las preguntas de Telesur fue contestada; que la respuesta sea cierta, es otra cosa. El general dijo que fue hasta el corregimiento de Las Mercedes porque es un departamento pobre y él y su abogada impulsaban una obra eléctrica con turbinas en el Atrato.

En ese caso, ¿la obra no hubiera correspondido al gobierno de Santos? Sería lo lógico, salvo que el general y su abogada tuvieran algún negocio particular con la construcción de esa obra.

La otra cosa destacada de su declaración fue cuando explicó que decidió ir de civil porque en el año que llevaba en el Chocó había advertido que el uniforme de la fuerza pública no era bien visto por la población. ¡Lindo dato! Quiere decir que los colombianos humildes no tienen aprecio por los militares. Mejor ir de paisano, dijo el general.

Santos busca ordenar filas.

El comandante del Ejército, general Jaime Alfonso Lasprilla, declaró que estaba satisfecho con las explicaciones del renunciante Alzate. Pero la situación no está tranquila al interior de los cuarteles, al punto que Santos, en declaraciones a Canal Capital les advirtió a los uniformados que deben tener respeto por la institución y el gobierno que los dirige. "Están saliendo personas que no están actuando con lealtad, y saldrá el oficial, por más importante que sea, que dé la más mínima expresión de deslealtad", enfatizó.

Según el conservador diario El Tiempo (2 de diciembre), hay "posturas de algunos sectores del generalato, según las cuales su descontento con el proceso de paz los ha llevado, incluso, a una posible filtración de información confidencial de inteligencia a políticos de oposición". Le pasan la data al ex presidente Alvaro Uribe y a Oscar Zuluaga, de Centro Democrático, enemigos del proceso de paz.

Los militares escuchan un doble mensaje político. Uribe les pide sabotear los diálogos y Santos amenaza con echarlos si no le son leales.

Y a ese clima de enrarecido debate político interno contribuye también la organización guerrillera, que se mantiene en combate y al mismo tiempo los llama a dialogar sobre la paz. Timoleón Jiménez "Timochenko", comandante del Estado Mayor Central de las FARC le dirigió una carta al liberado Alzate donde le recuerda: "usted conversó tranquila y largamente con varios de nuestros mandos y combatientes, después de ser detenido y conducido por ellos. Estoy seguro de que el tema de la paz y las conversaciones de La Habana hicieron parte de esos intercambios. Por lo que dicen nuestros muchachos al respecto, usted tampoco pareció un hombre intolerante y rudo, sino alguien con el que se podía hablar".

El 10 de diciembre se reanudarán las negociaciones de paz en La Habana. Se podrá apreciar que el estado de ánimo y las proposiciones de Iván Márquez, Alape y demás representantes de las FARC serán superiores a los de De la Calle y los generales Mora y Naranjo.

Video: anncol.eu



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