Colombia. "Nos motiva la rabia y el amor": sobre los estudiantes detenidos bajo falsas acusaciones


“Los amamos a ustedes compañeros” es la frase con la que el vocero de la organización Identidad Estudiantil en Medellín, Felipe Meneses, acompaña el titular de esta columna de opinión acerca de la detención de varios de sus compañeros el pasado 8 de julio, bajo falsas acusaciones de pertenecer a milicias urbanas de la insurgencia. Sentidas líneas de Meneses como muestra de solidaridad con sus compañeros.


Mariátegui
18/07/15

Por Felipe Meneses*. Al iniciar este camino siempre surgen preocupaciones: los amigos, la familia, los compañeros de estudio que miran raro e incluso los profesores que recuerdan con mucho ahincó los procesos de ¡A luchar! Y la Unión Patriótica. Siempre se escucha decir por ahí “cuidado hermano, no se vaya hacer matar, usted sabe que acá no se puede pensar diferente”, “A usted no le da miedo hijo que lo metan a la cárcel”, “vea que nadie ha podido cambiar el mundo, antes los matan”. Es una constante que el miedo se reproduzca de generación en generación, que conversaciones entre conocidos lleguen siempre al punto de criticar su accionar e incluso de estigmatizarlo, muy ligado a las lógicas establecidas por el Estado colombiano históricamente.

Este quizá no sea un texto académico, quizá sea ‘visceral’, sin fundamento teórico, o sin categorías analíticas, pero es que no se encuentra una forma más natural, bonita y sensata de demostrar lo que se siente a más de ocho días de la captura injustificada de 11 luchadores sociales en la ciudad de Bogotá.

Y es que todo empieza igual o similarmente para toda persona que en algún momento determinado de su vida decide hacer parte de un movimiento social, entregar sus capacidades académicas a la transformación de la sociedad y problematizar la cotidianidad, pasando de ser un simple espectador de la vida y convirtiéndose en sujeto histórico de la misma, en constructor de su historia, de la historia colectiva.

No es ningún secreto (menos cuando se estudia historia) que en un país como este es casi imposible pensar en contravía, tener planteamientos que trasgredan las lógicas naturales del statu quo, es impensable hacer parte de la izquierda, ya sea en la universidad, en el barrio, en la empresa o en algún otro lugar, la falta de garantías para la agremiación es tanta que incluso cuando ya se nos hacía creer que era posible dar un debate de ideas el día menos pensado nos levantamos con la noticia de la captura de 11 compañeros, 11 personas con las que se compartió, se construyó y se luchó, ahora están siendo judicializadas, bajo unas pruebas irracionales, en una especie de cacería de brujas y siguiendo la lógica histórica de estigmatización de la lucha social.

Seguiremos escuchando el cuento surreal de que es posible luchar por un mundo nuevo sin impedimentos mientras seguimos viviendo la cruenta realidad en la que nos asesinan, nos capturas y nos acallan sin importar el precio.

Hoy, tras varios días de la captura de nuestros amigos, compañeros y hermanos, recuerdo el momento de la noticia y como las palabras de aquel idílico hombre argentino que hace unos meses quise dejar de vanagloriar regresaron a mí mente, como regresan cuando se presenta algún obstáculo. A nosotros, los que nos hicimos críticos, nos motivan sentimientos de amor, amor por el mundo, por la humanidad, por la sociedad, amor por la esperanza y los sueños de cambio; pero también nos motiva la rabia, determinada por una realidad asquerosa en la que vivimos, por las personas que siguen dominando a toda costa, por los actos de sevicia, por la pobreza creciente, por la discriminación, por la indiferencia y por muchas otras cosas que constantemente estamos cuestionando. Hoy es un día en que debería estar feliz, hoy juega el Medellín, he avanzado en mi trabajo de grado, he recibido buenas noticias académicas, pero no lo estoy, algo falta, faltan ellos; hoy es un día en que como dice Silvio Rodríguez, regreso del bosque, cansado y aburrido y con un sin sabor gigante.

Y sí, también escucho a Silvio, leo los libros que fueron encontrados como evidencia a los compañeros, también hablo en público y construyo foros y conversatorios en la Universidad para problematizar el modelo educativo enmarcado en un modelo económico que desangra la sociedad, también sueño con un mundo nuevo y también discuto en pasillos y en jardineras universitarias sobre las inverosimilitudes de la política colombiana, yo al igual que ellos he decidido luchar por un mundo nuevo, por una educación para un país con soberanía, democracia y paz.

A mi mente llega la frase de un compañero muy querida, “el miedo es bonito, el miedo motiva, cuando se siente miedo se desarrollan mejor los sentidos” y sí, hoy tengo miedo; tengo miedo por ustedes, pero ese miedo no es del que lo hace a uno esconderse, es el miedo con el que construimos a diario, tengan ustedes presente que seguiremos avanzando en la construcción de un mundo nuevo, lo haremos juntos a ustedes en libertad, juntos compartiremos nuestros miedos y construiremos a partir de ellos; es natural que en este momento se sienta temor, lo importante es ponerlo en función del cambio.

Hoy tengo rabia, siento frío y el aburrimiento me carcome. Pero cuando pienso en ustedes, la esperanza regresa, el amor se reactiva y nuevamente me acuerdo del che, podré sonreír esperando que ustedes lo hagan también, podré esperar y esperanzarme esperando que ustedes lo hagan también, podré seguir soñando al igual que ustedes y podré seguir construyendo propuesta de país para la vida digna, junto a ustedes, porque estoy seguro de su inocencia, de que son falsos positivos judiciales y de que pronto nos encontraremos nuevamente para seguir caminando la palabra por la senda de la libertad.

* Felipe Meneses es vocero regional de la organización Identidad Estudiantil y estudiante de Historia de la Universidad de Antioquia.

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