De todas las democracias occidentales del mundo del siglo XXI, posiblemente la peruana sea la que presenta los mayores cuestionamientos.
Isaac Bigio
Mariátegui
06/06/16
1) Tiene el único balotaje en la historia universal en el que en la primera vuelta el segundo puesto lo ocuparon los votos nulos/blancos y quien entra a tallar en la vuelta final sacó menos del 17.5% de los votos emitidos.
2) Tiene las únicas elecciones legislativas donde el voto nulo/blanco gana ampliamente el primer puesto. En vez de que ese proceso sea anulado y nuevos comicios sean convocados, se va a instaurar un Congreso en el cual un partido que obtuvo menos del 24% de los votos emitidos acumule más del 56% de sus curules.
3) Es el único balotaje donde antes de las dos vueltas se da una primera ronda en el cual una corte electoral, y no el pueblo, descalifica a candidatos.
4) La mayor votación en la historia peruana no ha sido por ningún candidato presidencial sino los 8,666,462 nulos/blancos para el Parlamento Andino, cifra mayor que la que sacaron en una primera votación inicial cualquiera de los actuales presidentes sud y centro americanos (la electa de Brasil acaba de ser removida y Macri en Argentina solo superó esa cifra en la tercera vuelta).
5) Presenta la más desproporcionada representación ante un parlamento continental en el mundo. Para el Parlamento Andino, Fuerza Popular consigue 3 de los 5 representantes peruanos cuando apenas tuvo un quinto de los votos, habiendo quedado tercera detrás de los votos nulos y de los blancos.
Distorsiones
En ninguna democracia del mundo se da una representación tan distorsionada como en el Perú. Basta compararla con el centenario sistema uninominal británico que está diseñado para que solo dos partidos se alternen en el poder.
En el Reino Unido hay 650 parlamentarios, cada uno de los cuales representa a su respectivo distrito electoral. De esta manera quien gana, aunque levemente, en más distritos, es quien más parlamentarios saca. Se ha dado el caso que un partido que haya sacado un cuarto de los votos haya solo conseguido un veinteavo de las bancas y es normal que un partido con menos del 40% de los votos logre mayoría absoluta.
Poco antes de escribir esta nota estuve en un programa de TV con el conocido presentador y ex parlamentario británico George Galloway hablando ante cámaras acerca de cuál es el sistema parlamentario menos democrático. Él me hacía ver que era el de su país y yo que era el del mío. Le demostré que en Reino Unido los conservadores dominan el 51% del parlamento tras haber sacado un 37% de los votos, pero que en el Perú un partido tiene un mayor porcentaje de curules tras haber obtenido un mucho menor porcentaje en las urnas. Mientras la diferencia entre el porcentaje conseguido en las ánforas y el logrado en el parlamento es de un 50% mayor en Reino Unido, en Perú es de un 130%.
La web de la ONPE informa que Fuerza Popular obtuvo 4,431,077 votos para el congreso sobre un total de 18,751,264 sufragios depositados. No nos indica el porcentaje (que nosotros hemos calculado en menos del 24%) y tampoco nos da un total de los votos blancos o nulos. Según nuestros cálculos, éstos superan los 6,500,000 votos, más que los 6,100,000 que Keiko sacó en la primera vuelta y un 50% más que lo que su partido para el congreso. Los votos blancos/nulos ganan en los Peruanos del Exterior y en todos los 26 distritos electorales del Perú, salvo en dos pequeños fronterizos donde pierde por escaso margen.
Si se pudiese dar una representación a los votos nulos/blancos, éstos deberían ser muy superiores a ese 56% que Fuerza Popular ha conseguido en el Congreso. Como eso no es posible, la otra opción sería pedir una nueva elección por que la primera mayoría ha sido aquella que no se identifica con ninguna de las listas en contienda.
Más desproporciones
Hay otro aspecto en el cual el sistema peruano es aún más antidemocrático que el británico. En Reino Unido se posibilita que partidos que se basan en ciertas regiones puedan entrar al parlamento para representar a sus electores. Así, en éste hay diputados de los partidos locales de Irlanda del Norte, Gales y Escocia.
Veamos el caso del departamento peruano sin costa más poblado (Cajamarca). Allí el partido que ganó ampliamente fue Democracia Directa, el cual obtuvo 208,935 votos, lo que significa un 40% de los 530,123 votos válidos y más del 25% de los 779,859 votos emitidos en dicha región. Sin embargo, DD no tendrá ningún escaño en la región donde es la primera mayoría y, más bien, puede que pierda su legalidad como partido.
En cambio, FP que solo sacó 153,384 votos consigue la mitad de los 6 congresistas por Cajamarca. En dicha región el fujimorismo quedó por debajo de los 249,736 votos blancos/nulos y de DD, y con menos del 20% de los votos de Cajamarca amasa el 50% de sus congresistas.
Cajamarca, que ya ha sido escenario de varios conflictos sociales, ahora incubará más: con su ex gobernador anti-minero en la cárcel, sin que la fuerza que arrasó allí pueda detentar 3 o 4 de sus congresistas y con la mitad de su representación parlamentaria en favor de un partido que pide dar rienda suelta a mineros informales que perjudican al medio ambiente.
En Reino Unido se ha buscado ir saliendo del sistema de desequilibrios del parlamento británico y ya existe una representación proporcional en la elección del parlamento escocés y en la de las Asambleas de Londres, Gales e Irlanda del Norte.
En Perú ocurre lo inverso. Si la primera elección que se dio para inaugurar la actual etapa democrática (la constituyente de 1978) todos sus integrantes eran electos por representación proporcional, ahora se ha llegado a la representación más anti-proporcional que conoce cualquier democracia en occidente y posiblemente en todo el planeta.
La desproporción es aún mayor en el caso de la delegación peruana al Parlamento Andino. En los comicios para dicho organismo, más del 46% de los votos fueron blancos/nulos, razón suficiente como para tener que convocar a nuevas elecciones donde los peruanos pudiesen estar mejor informados de las características de tal entidad y de las distintas propuestas.
En tal elección FP apenas sacó 3,842,651 votos, poco más del 20% del total de sufragios, pero se lleva el 60% de la representación peruana al Parlandino.
Monarquía
En las democracias occidentales hay dos polos: el de las repúblicas presidenciales y otro el de las monarquías constitucionales. En las primeras, el jefe de Estado es elegido, mientras que en las segundas es vitalicio.
El Perú podrá vanagloriarse de que su población elige directamente a su Presidente mientras que en España, Reino Unido, Holanda, Bélgica, Suecia, Dinamarca, Noruega y Luxemburgo hay un rey o príncipe que hereda el cargo.
Sin embargo, el trono británico no interfiere en el proceso electoral y simplemente se limita a llamar al jefe del partido que logra mayoría parlamentaria absoluta a que haga gobierno.
El Perú, empero, adopta los peores rasgos de ambos polos. Tiene una corte que decide qué candidatos pueden ser o no eliminados del proceso, aunque falten pocas semanas para las elecciones.
Si los reyes europeos son conocidos por toda la población, ninguno de los miembros de la corte peruana son conocidos para más del 99.99% de los peruanos.
Tampoco esta corte es hereditaria, pero si es designada. Nos referimos a la corte electoral, es decir a los 5 jueces de la instancia máxima del Jurado Nacional de Elecciones.
Ellos se dieron la atribución de tachar las candidaturas ya inscritas de dos aspirantes que iban en el segundo lugar y se iban a clasificar para el balotaje según todas las encuestas desde inicios de este año hasta un mes antes de la primera vuelta del 10 de abril. César Acuña y Julio Guzmán fueron descalificados por razones administrativas, aunque, siguiendo los mismos criterios, había más razones para sacar de la carrera también a Fujimori.
Esa forma de excluir fue tan chocante incluso para un partidario de la monarquía británica, como es el semanario The Economist, que éste tildó al proceso peruano de fraudulento.
Tercera vuelta
Argentina con el kirchnerismo instauró un inédito y novedoso sistema de 3 elecciones nacionales consecutivas. Para antes de que se pudieran dar las dos vueltas presidenciales, se oficializaron las llamadas elecciones nacionales Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO).
Según éstas, todos los ciudadanos estaban obligados a votar en unos comicios donde no se elige a ningún cargo público sino para que la población indique a qué partido apoya y dentro de éstos a qué lista secunda.
Todos aquellos partidos que no pasen la valla del 1.5% quedan impedidos de participar en las elecciones generales. Macri compitió con otras dos candidaturas en su propio frente político, convirtiéndose en el triunfador y por ende en su representante único para las presidenciales.
El Perú también ha instaurado una suerte de primera fase. Ésta no es una elección de ningún tipo y todas las primarias que se han dado han sufrido cuestionamientos de parte de varios perdedores quienes aducen fraude o solo han movilizado a poco más del 0.1% del registro de electores.
La primera fase la decide la referida corte electoral, cuyas atribuciones son más amplias que un monarca europeo.
Bastó que uno de los 5 miembros del JNE inclinase la balanza para que por 3 a 2 votos Guzmán fuese expectorado de la contienda. Y esa exclusión no fue cualquier cosa. Gracias a ello, PPK que iba en picada y estaba en cuarto puesto remonta y pasa al balotaje. Según el grueso de los sondeos, si Guzmán entraba a la segunda vuelta tendría las de ganar.
El partido de Acuña, a su vez, demostró tener ciertas raíces al haber quedado cuarto en las elecciones legislativas compitiendo sin un candidato presidencial, pero sacando más votos que cualquiera de los 4 partidos que hayan gobernado al Perú post-Fujimori.
Si Acuña le quitaba votos a Keiko en los sectores más pobres y en el norte, Guzmán amenazaba con impedirle el paso a la presidencia El JNE al remover a ambos de la contienda mostró un claro favoritismo por Fujimori haciendo que la primera vuelta (que son ellos) fuera decisiva.
Otra distorsión
Estas elecciones han vuelto a marginar a la ‘región’ peruana que es la que después de Lima metropolitana es la que tiene más ciudadanos y que genera más divisas.
Ellos son los más de 3 millones de Peruanos del Exterior, quienes nunca han tenido su propia representación en el congreso. Pese a ser la diáspora iberoamericana que más vota (y por lejos) los repatriados peruanos no tienen el mismo derecho que tienen los ecuatorianos, colombianos, dominicanos o portugueses del exterior que eligen a sus propios parlamentarios.
En Ecuador, 6 de los 137 miembros de la Asamblea Nacional del Ecuador son electos por los migrantes (2 por los que viven en Sudamérica, 2 por los de Norteamérica y 2 por los del resto del mundo). En Perú ninguno de los 130 congresistas es un migrante ni les representa.
En un país ultra-centralista se ha creado un mega-distrito electoral en el cual se une a las dos mayores ‘regiones’ de peruanos: las de los PEX con los de la capital.
Esto crea una gran deformación, impide que se conozcan las inquietudes de los migrantes (cuyas remesas mantienen a muchas familias del Perú) y altera los resultados de Lima (pues muchos PEX deben votar por candidatos capitalinos aunque no frecuenten esta ciudad o nunca la hayan conocido).
Reformas
Las actuales normas y corte electoral han trabajado en los hechos en favor de un determinado partido. FP con menos del 24% de los votos emitidos obtiene más del 56% de los congresistas. FP con un quinto de los votos al Parlandino obtiene 3 de los 5 representantes peruanos a éste.
En este congreso estará ausente la voz de la mayor región fuera de la capital (los migrantes) y también estará ausente el partido que ganó con un 40% de los votos válidos en el más poblado de las 14 regiones sin litoral del país.
La corte electoral se ha dado atribuciones que ninguna monarquía europea se ha dado: la de vetar a candidaturas que bien pudieron haber entrado a la segunda vuelta o hasta ganar ésta.
Urge cambiar radicalmente el sistema electoral peruano para hacer que vuelva a ser más proporcional y que se den menos exigencias a los partidos para que se inscriban.
Se impone tomar en cuenta a los peruanos que votan por nadie porque no concuerdan con los partidos en cuestión para darles la oportunidad a que su voto cuente. En caso que los votos blancos/nulos superen a quien gane una elección nacional o regional o quede segundo en una primera vuelta, deberían darse nuevos comicios.
El Artículo 365 de la Ley Orgánica de Elecciones (Ley Nº 26859) estipula que “El Jurado Nacional de Elecciones declara la nulidad total de las elecciones en los siguientes casos: Cuando los votos nulos o en blanco, sumados o separadamente, superan los dos tercios del número de votos válidos”.
Esto ha pasado en los comicios al Parlamento Andino y en los de muchas regiones en las elecciones congresales. No obstante, ninguno de esos procesos es cuestionado. El JNE solo cuestiona candidaturas según lo desean ciertas fuerzas.
Nos encaminamos a una democracia donde un partido con pocos militantes pero gran pasado autocrático tenderá a controlar plenamente al poder legislativo y a la delegación al Parlandino, y probablemente también detentar la presidencia.
Se supone que las democracias representativas buscan aliviar conflictos sociales, pero lo que se viene dando en Perú es una no representativa que incentivará explosiones sociales.
- Isaac Bigio enseñó en la London School of Economics, donde antes hubo grados y postgrados en historia y política económica.
http://www.alainet.org/es
Foto: El Comercio / Pedro Pablo Kuczynski y Keiko Fujimori disputan voto a voto la presidencia del Perú
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