Los creadores de Al Qaeda/ISIS dirigen la Guerra Global Contra el Terrorismo


La maquinaria de propaganda occidental (y especialmente la española) se encuentra muy atareada a raíz del reciente atentado de corte yihadista ocurrido en Barcelona el pasado 17 de agosto. El patrón se repite más allá de las fronteras donde tengan lugar los hechos. No se trata de informar sobre las causas de los atentados sino de aterrorizar y aturdir al espectador con imágenes de las consecuencias, para que en última instancia cierre filas en torno a las políticas de los gobiernos de turno y a las instituciones del Estado, incluido su aparato represor (policial y judicial). Se trata además de desviar la atención hacia cuestiones superficiales que no profundizan en los orígenes del terrorismo yihadista, que tienen nombre y apellidos.


Adolfo Ferrera Martínez
Mariátegui
20/11/17

Ningún medio corporativo ni tampoco ninguno de los múltiples “medios alternativos” y “ONGs” financiadas por George Soros y las grandes corporaciones denuncian que la CIA y el MI6 junto a sus “aliados” del Mossad, el ISI pakistaní y los servicios secretos saudís son los principales creadores de Al Qaeda [1], reconvertidos más tarde (2014) bajo la administración de Obama en el llamado Estado Islámico, cuyo papel es destruir los Estados árabes independientes para reescribir las fronteras en Oriente Medio y Norte de África (el Medio Oriente Ampliado o Gran Oriente Medio).

En un sorprendente artículo redactado el 13 de septiembre de 2001 para la revista de las fuerzas terrestres estadounidenses Parameters, el coronel Ralph Peters observaba que Washington no tiene fundamentalmente nada que temer del terrorismo y que no debe vacilar en utilizarlo. También señalaba, al referirse al proyecto de rediseño del «Medio Oriente ampliado» (que incluso delimitó en mapas entregados a la Comisión Baker-Hamilton), que Washington no debe temer el caos generalizado en el mundo árabe ya que, en definitiva, cuando estén divididos en micro-Estados, los árabes no tendrán más opción que recurrir a Estados Unidos para defenderse de la voracidad de Israel. [Thierry Meyssan, Red Voltaire, 21/9/2014]

En el momento primario de su creación como instrumentos del imperialismo, estos grupos salafistas (como la Hermandad Musulmana) fueron utilizados por las potencias occidentales para impedir la llegada al poder de los partidos y movimientos socialistas panárabes, o bien para derrocar a estos gobiernos soberanos como el encabezado por Gamal Nasser en Egipto [2]. Años más tarde su misión sería llevar a cabo la yihad contra el “comunismo soviético” bajo la Operación Ciclón (1978-79) dirigida por Brezinski [3]. Hoy en día su misión es hacer la yihad contra el nuevo orden multipolar, tal y como se evidencia con el desplazamiento del terrorismo yihadista hacia el centro y el sudeste Asiático apuntando contra China y Rusia y sus aliados regionales en Eurasia.

Cambian los nombre propios de los protagonistas, pero la estrategia del terror hoy en día tiene los mismos fines y es apoyada desde los mismos centros de poder. Sin embargo los omnipresentes “activistas humanitarios” y los “periodistas comprometidos” con las grandes causas de la humanidad, en lugar de informar y denunciar a los verdaderos culpables del terrorismo yihadista, prefieren presentarse como los grandes defensores de los musulmanes del mundo cada vez que los sectores más reaccionarios o de “extrema derecha” arremeten de forma oportunista contra este gigantesco colectivo (1.700 millones de musulmanes en el mundo) después de algún atentado de corte “islamista” que se produce en Europa.

Es decir, que siempre que se producen atentados terroristas en cualquier ciudad europea, la discusión pública y política se fractura en dos bloques: aquellos “reaccionarios” que culpan a los musulmanes (y extranjeros) en general y pretenden expulsarlos de sus países; y los más “progresistas” que defienden el buen entendimiento entre todas las religiones y culturas así como una política de “fronteras abiertas” para todos (incluidos los terroristas, a la vista de los acontecimientos).

Dentro de este esquema de discusión política y mediática se eliminan del mapa las causas geopolíticas y geoestratégicas que existen detrás de los atentados y de los terroristas yihadistas; y en su lugar, los “expertos” mediáticos tratan de encontrar las respuestas ante el comportamiento criminal de los yihadistas alegando razones psicológicas, sociológicas y antropológicas. Estos “analistas” no encuentran ningún hilo conductor entre terroristas y patrocinadores.

De esta forma el debate político, mediático y social se manipula y se desvía hacia terrenos menos comprometidos para los gobiernos de la OTAN y los negocios de las élites económicas y financieras occidentales en Oriente Medio y norte de África. Se impone el sensacionalismo y la ignorancia inducida por un “periodismo” al servicio de los negocios corporativos privados.

En el caso concreto del reino de España, las consignas políticas están muy claras y el terreno de discusión pública queda bien delimitado. Se trata finalmente de que aceptemos la política de Seguridad y de Defensa del régimen monárquico español en el marco de la OTAN con el objetivo de “luchar contra el terrorismo global” que nos golpea; y se trata además de que las protestas y la movilización social (principalmente por parte de la izquierda) se limite a homenajear a las víctimas y defender a “los musulmanes” de los ataques de la extrema derecha, los racistas y los intolerantes.

Mientras tanto los patrocinadores estatales del terrorismo internacional (de Oriente a Occidente) no están en el punto de mira de la crítica política y social.

No mordamos el anzuelo. No sigamos mansamente su agenda de propaganda

Cualquier persona medianamente inteligente y honesta sabe que el problema no son “los musulmanes”. De hecho decenas de miles de musulmanes (mayoritariamente chiís) están luchando contra los terroristas yihadistas (mayoritariamente sunís) en lugares como Siria e Irak. Un país como Irán, que se define constitucionalmente como una “República Islámica”, es uno de los objetivos principales de los terroristas (de sus patrocinadores estatales) y está a la cabeza en la lucha contra el terrorismo yihadista regional e internacional.

Además la inmensa mayoría de víctimas del terrorismo yihadista a nivel mundial son musulmanas: sólo un 2,6% del total registrado tuvieron lugar en los países occidentales (datos del Indice Global sobre Terrorismo 2015). Por estos motivos tampoco se puede hablar de un enfrentamiento entre una “primitiva y barbárica comunidad islámica” que ataca a una “moderna civilización occidental” y  sus “valores democráticos”. Este es un planteamiento artificial que no se sostiene con los datos en la mano.

El problema no es el Islam, sino el Wahabismo. El problema no son los musulmanes (nada menos que 1.700 millones en total) sino los salafistas que abrazan esta ideología wahabí que tiene su epicentro en Arabia Saudí. El problema no viene dado por un “choque de civilizaciones”, sino por la utilización del terrorismo como arma geopolítica por parte de la OTAN-Israel y las dictaduras “aliadas” del Golfo.


Cualquier persona bien informada sabe también que si estos “periodistas”, “intelectuales”, “activistas humanitarios” y “democráticos” líderes políticos occidentales expusieran públicamente esta realidad se quedarían sin trabajo y perderían sus fuentes de financiación (o incluso su propia vida llegado el caso).

Es en éstas diferencias de concepto, exponiendo los hechos y evidencias existentes, donde los analistas independientes y organizaciones antimperialistas deberían centrar sus análisis y sus propuestas.

Cuando se desligan premeditadamente las “causas” de las “consecuencias” – ocultando las primeras y amplificando las segundas – los discursos y manifestaciones públicas “en contra del terrorismo” se convierten en pura propaganda que beneficia precisamente a los patrocinadores del terrorismo internacional.

¿Qué medidas han tomado los gobiernos europeos para combatir la matriz ideológica y financiera del terrorismo yihadista?

A finales del año 2015 el entonces presidente británico David Cameron encargó la elaboración de un estudio sobre la expansión del yihadismo y la situación de los distintos grupos radicales que operaban en el Reino Unido. Con esta iniciativa Cameron, que ya había bombardeado y arrasado Libia en 2011, trataba de justificar internamente la necesidad de bombardear la República Árabe Siria y asesinar al legítimo presidente Al Assad (actualmente el vencedor junto al Eje de la Resistencia de la guerra contra el terrorismo imperialista en Siria).

Dos años después de aquel encargo seguimos sin saber cuáles fueron los resultados de aquel estudio. La explicación de este “retraso” – es decir la censura de ese documento – es que los resultados de dicha investigación no eran del agrado del gobierno imperialista británico (tampoco del actual) ya que podrían perjudicar sus propios interese políticos así como los intereses económicos y comerciales de sus grandes corporaciones en Oriente Medio.

Lo que sí fue publicado por diversos medios británicos a mediados de mayo de este año 2017 fue un informe de la Henry Jackson Society sobre “la financiación exterior del extremismo islamista en el Reino Unido” [4]. Su conclusión fue que Arabia Saudí (y en menor medida Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait) es el principal patrocinador del “extremismo islámico” en el país. Aclaremos que la Henry Jackson Society no es una organización independiente crítica con la política exterior británica, sino un think-tank anglosajón con sede en Cambrige que defiende la Globalización neoliberal y la OTAN.

El Gobierno saudí financia programas educativos en escuelas islámicas que (…) usan los mismos libros que la educación rigorista saudí. El contenido de esos libros de texto, “es tan radical que en 2014 el Estado Islámico los adoptó como libros de texto oficiales para las escuelas en su califato”. El documento cita una publicación de la BBC que advierte que en 2010, en unas 40 escuelas islámicas sostenidas por el Gobierno saudí, en torno a 5.000 niños británicos estaban siendo educados según el programa oficial del Reino. Además de promover la educación rigorista apoyando las escuelas en el extranjero y exportando clérigos que difundan fuera del mundo islámico su ideología, el reino saudí ofrece becas a jóvenes salafistas en el extranjero para formarlos en sus propias escuelas en Medina y que regresen como clérigos. [Información Sensible, 7/7/2017]

La dictadura saudí financia miles de mezquitas, escuelas y universidades por toda Europa (y por todo el mundo) para expandir su ideología wahabí y reclutar futuros líderes y mártires para la Yihad Global. Miles de estos salafistas europeos viajaron a Siria e Irak desde 2011 para unirse al Estado Islámico con la complicidad absoluta de los servicios de inteligencia y los gobiernos europeos. En aquel momento eran calificados como “rebeldes” y “revolucionarios” que “luchaban por la democracia”. Fueron premiados y homenajeados por instituciones públicas y privadas de toda Europa. El caso de los Cascos Blancos es el más paradigmático de toda esta indecencia occidental.

Sin embargo cuando éstos “luchadores por la libertad” atentan posteriormente en suelo europeo se convierten en “terroristas” y reciben la condena de los mismos gobiernos y organizaciones que anteriormente les apoyaron. Parece ser que la nacionalidad de las víctimas influye directamente sobre el tratamiento que le damos a sus verdugos: “rebeldes” si asesinan en Siria, “terroristas” si lo hacen en Europa.

En el 2012, empezamos a escuchar algunas noticias que hablaban sobre la proliferación de ciertas redes de reclutamiento en Europa. Mientras tanto, en las calles de Bruselas, comenzaban los rumores sobre tal o cual “muyahidín” que partía a combatir a Siria. En marzo 2013, el ministro de interior belga anunció la creación de la Task Force Siria, fue entonces cuando escribí una carta a los padres de los yihadistas alertándolos de la gran complicidad que tenían las autoridades belgas en la partida de sus hijos a Siria. Voy a recordar que el ministro belga de asuntos extranjeros, Didier Reynders declaró en una entrevista realizada por Bel-RTL el 26 de abril 2013, que “puede que les construyamos un monumento como héroes de una revolución” refiriéndose a los combatientes belgas. La facilidad con la que estos jóvenes han conseguido salir de Bélgica, llegar a Siria y aterrorizar a su población es asombrosa. [5]


Resulta abrumadora la información existente sobre quiénes están detrás de la “radicalización del islam” y la “expansión del yihadismo” en Europa. Los informes que manejan y publican las propias autoridades occidentales son muy claros y no dejan lugar a dudas, aunque sus conclusiones no ocupen las portadas de los principales periódicos ni sean debatidas en los Parlamentos para actuar en consecuencia.

El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de España alerta de que seis países musulmanes financian al islamismo. Un informe del servicio secreto señala que estas donaciones llegan a organizaciones radicales. (…) Los fondos que envían caen con frecuencia en manos de organizaciones radicales o de individuos sin escrúpulos. [Ignacio Cembrero, El País, 31/7/2011]

Reino Unido recibe con la alfombra roja a la llamada “oposición siria”, es decir, a la rama siria de la organización salafista Hermandad Musulmana, así como a la cofradía de los Deobandis y a su líder Masood Azhar. Francia por su parte es el refugio dorado de los dirigentes del grupo terrorista MKO. Este tipo de fundamentalistas son “activos” de los servicios de inteligencia occidentales. Son sus protegidos. Son utilizados por Occidente en el exterior para expandir su hegemonía, y sus dirigentes son acogidos en estos países occidentales cuando tienen que huir y “exiliarse” en ellos bajo el paraguas de “refugiados” o “exiliados políticos”.

Los gobiernos occidentales que acuden a los funerales de las víctimas de los atentados terroristas y emiten discursos de repulsa contra el terrorismo, son responsables y cómplices de los terroristas a los que dicen combatir.

Entramos en un Londres que nunca hubiésemos imaginado. Descubrimos cómo grupos islamistas controlan todo un barrio imponiendo, con dinero del contribuyente, la ley Sharia en templos, escuelas y tribunales. Así se radicalizan los británicos que se unen al terrorismo islámico. [Recorrido por el Londres más islamista, El Confidencial, 16/3/2016]

[leer también: Las potencias occidentales arman, entrenan, financian y utilizan a los terroristas que dicen combatir]

Son también sus propios “aliados” del Golfo, y principalmente” Arabia Saudí, quien promociona esta “radicalización” tanto cerca de sus fronteras como en la propia Europa y el resto de mundo. Sin embargo ningún gobierno occidental lo denuncia y lo sanciona. No sólo miran para otro lado, sino que tanto Estados Unidos, como Reino Unido y los países de la Unión Europea incrementan cada año sus lazos comerciales y militares con Arabia Saudí para imponer su agenda en Oriente Medio, al mismo tiempo que les permiten a los wahabitas-salafistas su expansión ideológica por toda Europa.

Los saudíes han llevado a cabo un proyecto para promover la ideología wahabí en el mundo entero. (…). El régimen saudí no trata de ocultar todo este proceso. Muy al contrario, se jacta de sus esfuerzos en este sentido. Según el diario pro saudí Asharq al Ausat, el régimen saudí ha edificado centros religiosos en Europa en una superficie de 3.842 m2 con un coste de unos 5 millones de dólares. Entre ellos están el centro de la M-30 en Madrid (donde el EI llevaba a cabo actividades de reclutamiento), el de Marbella y el de Málaga. Los saudíes planean otros en Córdoba y Granada, también en España. A ellos hay que sumar un centro en Ginebra, otro en Londres, otro en Escocia, otro en Viena, otro en Lisboa, otro en Bruselas (cercano al barrio de Molenbeek, presentado por los medios como el bastión de los yihadistas en Europa), otro en Roma y el de Nantes-La-Jolie en Francia. [Al Manar, 6/1/2016]

Por el contrario, Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea imponen sanciones y atacan directa y militarmente a Siria, a Irán, a Rusia o a organizaciones como Hezbolá y otras milicias chiítas que son quienes realmente están luchando contra el terrorismo sobre el terreno en Oriente Medio. La OTAN tiene una extraña forma de combatir el terrorismo: financia a los grupos yihadistas y ataca a quienes los están combatiendo.

Todos sabemos lo que supone desde un punto de vista estratégico el régimen de Arabia Saudí para Estados Unidos y para la supervivencia del Dólar como moneda de reserva y comercio a nivel global. Estados Unidos ofrece protección militar y política al régimen saudí, y éste a cambio ofrece petróleo barato para Washington y su comercialización en Dólares. Ambos utilizan a los yihadistas como peones en el tablero geopolítico mundial.

Los gobiernos europeos obedecen, callan y colaboran a cambio de algunas inversiones y algunos contratos millonarios para las grandes corporaciones y de algunas donaciones (manchadas de sangre inocente) para sus partidos políticos o fundaciones “sin ánimo de lucro”. Los civiles muertos en los atentados terroristas son para ellos “daños colaterales”. Unos atentados que además operan a su favor porque aterrorizan a la población europea y permiten anular cualquier atisbo de disidencia interna.

Los patrocinadores internacionales de los terroristas más sanguinarios del mundo, dirigen la “Guerra Global contra el Terrorismo”. Definitivamente nos hemos vuelto locos.



Referencias – Notas

[1] America’s “Global War on Terror”, Al Qaeda and the Islamic State (ISIS),- dossier sobre la “Guerra Global contra el Terrorismo” del profesor canadiense Michel Chossudovsky (Global Research, 16/11/2015) http://www.globalresearch.ca/americas-global-war-on-terror-al-qaeda-and-the-islamic-state-isis/5434057

[2] La realidad tras los Hermanos Musulmanes,- artículo del analista Eric Draitser (Rebelión, 17/12/2012) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=160903

[3] They Sow the Cyclone — We Reap the Blowback,- un informe del ensayista y profesor Dan Sánchez (23/11/2015)

[4] Foreign Funded Islamist Extremism in the UK,- Centre for the Response to Radicalisation and Terrorism (Henry Jackson Society, julio 2017) http://henryjacksonsociety.org/wp-content/uploads/2017/07/Foreign-Funded-Islamist-Extremism-final.pdf

[5] Euro-yihadistas: instrumentos de la OTAN,- Silvia Cattori entrevista al periodista y escritor belga de origen sirio Bahar Kimyongür (La Haine, 2/6/2014) http://www.lahaine.org/mundo.php/euro-yihadistas-instrumentos-de-la-otan


NOTA: La foto que encabeza este artículo está sacada de un informe publicado por el sitio El Confidencial.com titulado Recorrido por el Londres más islamista y que fue citado en uno de los párrafos de este artículo. La imagen hace referencia al “colegio Madani Islamic School” situado en un barrio de Londres, donde “el ‘niqab’ es obligatorio para las niñas a partir de los 11 años”, según el citado medio. Desde estos colegios y centros de estudio muchos profesores muestran su apoyo hacia Al Qaeda o el Estado Islámico. Lo mismo ocurre con muchos de los Imanes que difunden la ideología wahabí a través de cientos de mezquitas que se asientan por todo el Reino Unido, así como en toda Europa.

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