Augusto Malpartida León / Mariátegui
Foto: Tierra Insurgente
20/07/09
La lucha indígena puso en estado comatoso al gobierno de García. Este había tratado de evitar recurriendo a la vocación de alfombra de los medios de comunicación defensores del modelo neoliberal, que el país se enterase de las demandas que AIDESEP, en representación de cientos de miles de amazónicos, planteaba.
El gobierno recurrió a la masacre del 5 de junio para derrotar a AIDESEP y salió derrotado. Antes había ordenado a “su” congreso que suspendiera la aplicación de los decretos legislativos, luego tuvo que derogarlos. Igual entró en una crisis en la que el tristemente célebre Yehude Simons hacía el ridículo abriendo mesas de diálogo por doquier, firmando compromisos al por mayor, compromisos de los que no se podía hacer responsable porque ya estaba de salida, García aparecía en un mensaje a la nación para mostrar arrepentimiento, los ministros trataban de salvar su responsabilidad, García volvía al día siguiente a enseñar los dientes como perro acorralado, mantenía a un gabinete ya fenecido, sin saber qué hacer. Todos los ojos se volvieron hacia García, todos supieron entonces que García era el problema, él y sus “faenones”, él y sus “Caananes” de toda la vida, él y sus perros del hortelano, él y su crisis en la que rearmar un gabinete ya se había vuelto una hazaña.
Finalmente logró superarse a sí mismo y colocó a Velásquez Quesquén de Primer Ministro, y nombrar un gabinete con ministros que se enteraban media hora antes que tenían que ir a Palacio a juramentar. Y los salientes, igual, se enteraban en la puerta de su despacho que tenían que desocupar la oficina porque ya no eran más ministros. Todo en medio de la crisis, todo con García más desubicado que nunca y todo en medio de demandas de renuncia de García, desde sectores urbanos y campesinos, que no terminan de callarse.
Este es el gobierno que dirige García hoy, este es el García que gobierna hoy, el García que quiere ir en 11 días al Congreso a mentirle al país y presentar la farsa de un gobierno con futuro. Este es el gobierno al que las luchas de AIDESEP y las luchas campesinas, y las luchas urbanas, derrotaron.
Pero hay en la izquierda voces que dicen que “solamente es una derrota parcial”, y que el nuevo gabinete es el cuco que viene a reprimirnos, y el nuevo gabinete muestra que el gobierno ahora sí está a la ofensiva y listo para destrozar al movimiento popular, que Velásquez Quesquén es casi la suma de los siete jinetes del apocalipsis que se nos viene encima para liquidarnos. Y entonces, hay que hacer el “muertito”, transformamos la insurgencia en paro nacional, y el paro en jornada de lucha, y la jornada de lucha en jornada de protesta y la jornada de protesta en mítin y el mítin en el ritual de volanteo, conferencia de prensa para anunciarlo y conferencia de prensa para decir que tuvimos éxito, con tres mil participantes, y la mitad de ellos abucheando a los oradores y los oradores poniéndose cabe entre ellos.
Es la misma izquierda que respalda la insurgencia indígena, pero cuando esta triunfa se asusta. Es la misma izquierda que dice que el problema es García y luego no le quiere sacar consecuencias políticas a lo que dice, es la misma izquierda que aprueba ¡Fuera García! como consigna y luego se asusta de lo que ha hecho. Es la misma izquierda que no entiende que si se derrota al gobierno, si se le coloca en crisis, hay que seguir luchando hasta sacarlo. Es la misma izquierda que ya renunció a ser dirección política y se entusiasma con su rol de comparsa, es la misma izquierda que antes movía las masas y ahora muere porque vean como mueve la cola.
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